Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y vocalista de Black Sabbath, falleció el martes 22 de julio a los 76 años. su esposa Sharon y sus hijos Jack, Kelly, Aimee y Louis confirmaron la noticia a través de una publicación de Instagram.
“Con una tristeza más grande de la que las palabras pueden expresar, debemos informar que nuestro amado Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de amor. Pedimos a todos que respeten la privacidad de nuestra familia en este momento”, expresaron.
Según reveló una fuente cercana del músico a la revista People, el artista pasó sus últimos días en la tranquilidad de su hogar en Inglaterra, rodeado por su familia y haciendo lo que más amaba.
“[El mayor deseo de Sharon] se cumplió, y ese es ahora su enfoque. Los últimos días de Ozzy transcurrieron en Inglaterra, rodeado de su familia, música y en el lugar que él llamaba hogar. Estaba en paz”, afirmó la fuente.
La leyenda del rock estaba acompañado por su esposa Sharon Osbourne, de 72 años, con quien se casó en 1982, y por sus hijos: Aimee (31 años), Kelly (40 años) y Jack (39 años). También era padre de Jessica, Louis y Elliot, fruto de su primer matrimonio.
Su muerte ocurrió apenas 17 días después de su último concierto con Black Sabbath, celebrado en Villa Park, Inglaterra, un emotivo cierre de carrera que había estado preparando durante meses. “Ese show lo fue todo. Cerró su carrera con broche de oro”, comentó el informante.
Durante el concierto del 5 de julio, Ozzy Osbourne, afectado por el Parkinson que le fue diagnosticado en 2003 y complicaciones por una caída en 2019, se presentó sentado en un trono decorado con murciélagos y calaveras.

A pesar de sus limitaciones físicas, interpretó cinco temas, incluidos sus éxitos “Crazy Train” y “Mama I’m Coming Home”.
En los meses previos, el artista había compartido con sus fans cómo se preparaba para volver a los escenarios, tras años de dificultades de salud.
En su programa Ozzy Speaks, de SiriusXM, confesó: “Todo lo que puedo decir es que estoy dando el 120 por ciento. Si Dios quiere que haga el show, lo haré. No he hecho ningún trabajo físico en los últimos siete años. Pero sea como sea, voy a lograrlo”.

Asimismo, el cantante añadió que estaba trabajando con un entrenador especializado. “Es duro, pero él está convencido de que puede lograrlo conmigo. Estoy dando todo lo que tengo”, señaló.
Sobre la ansiedad previa al show, le dijo a su coanfitrión Billy Morrison: “A veces, pero si empiezo a obsesionarme todo el tiempo, estaré loco para el viernes, ¿sabes? Así que solo lo tomo un día a la vez”.
Ozzy también reveló que fue Sharon quien tuvo la idea del concierto de despedida, con la intención de motivarlo: “Ella lo propuso para darme una razón para levantarme por la mañana”, expresó.

A pesar de su espíritu combativo, el músico no ocultaba el dolor de enfrentar su deterioro físico. En una entrevista con The Guardian en mayo, habló sobre lo difícil que era sobrellevar la enfermedad.
“Te despiertas a la mañana siguiente y descubres que algo más ha salido mal. Empiezas a pensar que esto nunca va a terminar. Estaré allí arriba y haré lo mejor que pueda. Así que todo lo que puedo hacer es presentarme”, afirmó .