
En Brownsville, Texas, un ciudadano mexicano de 55 años, identificado como Reynaldo Galván Rico, fue sentenciado a seis años de prisión federal tras declararse culpable de coordinar envíos de metanfetamina y heroína desde México hacia Estados Unidos.
Según informó la Fiscalía del Distrito Sur de Texas, Galván Rico, quien residía ilegalmente en Raymondville, enfrentará un proceso de deportación una vez que cumpla su condena.
De acuerdo con las autoridades, Galván Rico fue identificado en marzo de 2019 como un coordinador clave en México.

Su rol consistía en actuar como enlace o punto de contacto entre los proveedores de drogas en ese país y los conductores encargados de transportar los narcóticos dentro de Estados Unidos.
El juez federal de distrito que llevó a cabo la sentencia, Rolando Olvera, ordenó a Galván Rico cumplir con una sentencia de seis años (72 meses) en una prisión federal. Posteriormente, se espera que el acusado enfrente un proceso de deportación, al terminar su tiempo tras las rejas.
A pesar de la gravedad de los cargos, se le permitió permanecer en libertad bajo fianza hasta el momento de su entrega para cumplir la sentencia, dictada por el juez Rolando Olvera.
El caso forma parte de la Operación Take Back America, una iniciativa que busca combatir el narcotráfico y otras actividades delictivas transnacionales.
Según el fiscal federal Nicholas J. Ganjei, esta operación tiene como objetivo perseguir y castigar a quienes lucran con el tráfico de drogas, calificando estas acciones como un envenenamiento de las comunidades estadounidenses. Ganjei advirtió que los responsables de estas actividades deben estar alerta, ya que las autoridades están decididas a enfrentarlos.
El caso de Galván Rico es un ejemplo de los esfuerzos coordinados entre agencias para combatir el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas. Según el fiscal federal adjunto Lance Watt, quien estuvo a cargo del procesamiento del caso, este tipo de acciones refuerzan el compromiso de las autoridades estadounidenses de proteger a sus comunidades y garantizar la seguridad en sus fronteras.

La investigación que llevó a la detención de Galván Rico fue realizada por un equipo multiagencial que incluyó al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas - Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), la Administración de Control de Drogas (DEA) y el FBI, con el apoyo de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Estas agencias trabajaron bajo el marco del Programa de las Fuerzas de Tarea de Control de Drogas contra el Crimen Organizado (OCDETF, por sus siglas en inglés), una estrategia que combina inteligencia y recursos legales para desmantelar organizaciones criminales de alto nivel que representan una amenaza para Estados Unidos.
El OCDETF se enfoca en identificar y desarticular redes delictivas mediante un enfoque integral que involucra a múltiples agencias gubernamentales. Este programa, liderado por la fiscalía, ha sido clave en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. Más información sobre sus actividades puede encontrarse en la página oficial del Departamento de Justicia.

La Operación Take Back America, en la que se enmarca este caso, tiene un alcance más amplio que el combate al narcotráfico. Según la Orden Ejecutiva 14157, esta iniciativa también busca enfrentar a redes de tráfico de armas y otras organizaciones criminales transnacionales (TCO, por sus siglas en inglés), que han sido designadas como grupos terroristas globales. Este estatus permite a las autoridades estadounidenses intensificar las acciones legales y operativas contra dichas entidades.
Además, la operación incluye medidas dirigidas a las llamadas jurisdicciones santuario, que han dificultado la implementación de procesos migratorios federales. Estas investigaciones abarcan desde delitos relacionados con la inmigración ilegal hasta actividades que afectan directamente la agenda migratoria del gobierno. Entre las prioridades se encuentra la deportación de extranjeros con antecedentes criminales y el fortalecimiento de las medidas para detener la entrada irregular al país.
En el contexto del narcotráfico, la operación también tiene como objetivo desmantelar cárteles como Los Zetas, La Nueva Familia Michoacana, Los Cárteles Unidos y otros grupos señalados por su impacto en la estabilidad regional. Estas organizaciones han sido vinculadas a actividades delictivas que no solo afectan a Estados Unidos, sino también a los países vecinos.