
El deseo de transformar el cabello, ya sea para sumar volumen, longitud o un toque de color es un tema recurrente que se impuso hace años. Hoy, las extensiones de pelo se convirtieron en una herramienta accesible y versátil, pero también rodeada de mitos y dudas.
¿Pero qué opinan los referentes de la peluquería argentina? Max Jara, director creativo y fundador de Jara Taller de Pelo, y Bebe Sanders, reconocida estilista, compartieron su experiencia, recomendaciones y desmintieron creencias erróneas sobre el uso de extensiones. Sus testimonios ofrecen una guía completa para quienes buscan lucir un cabello renovado sin comprometer la salud capilar.
El uso de extensiones de cabello no es una invención moderna, los orígenes de esta práctica se remontan al Antiguo Egipto, donde se hallaron restos de pelucas elaboradas con cabello humano y lana de oveja, datadas en torno al 3400 a.C. Estas piezas, fijadas con ceras vegetales y de abejas, no solo mejoraban el aspecto, sino que también representaban un símbolo de estatus y poder, ya que su elevado costo las hacía accesibles solo para unos pocos.
En la Europa y América del siglo XVIII, las pelucas volvieron a cobrar protagonismo, aunque en esta ocasión predominaban los cabellos de origen animal, lo que explicaba los tonos blancos y grises tan característicos de la época. Ya en el siglo XX, la moda del cabello largo en los años 40 y el auge del volumen en los 60 impulsaron el desarrollo de postizos y extensiones, mientras que en las décadas de 1980 y 90 surgieron sistemas más prácticos, como las extensiones de clip y las fibras sintéticas.

En la actualidad, la oferta de extensiones es más amplia y accesible que nunca. Existen opciones para todos los gustos y presupuestos, desde piezas de quita y pon para ocasiones especiales hasta sistemas permanentes que permiten peinar, lavar, secar y moldear el cabello como si fuera propio.
Los avances tecnológicos han perfeccionado la naturalidad de las extensiones, haciendo que los puntos de unión sean prácticamente invisibles y que los resultados se integren de manera armónica con el cabello natural.
La variedad de sistemas disponibles permite adaptar las extensiones a las necesidades y preferencias de cada persona. Según los especialistas consultados por Infobae, las opciones más populares incluyen las extensiones de clip, ideales para cambios temporales; las adhesivas, que ofrecen una fijación más duradera; las cosidas, que se integran mediante trenzas o cortinas; y las de queratina, que emplean un polímero compatible con el cabello humano.
Max Jara, con experiencia en salones de Barcelona, Ibiza y Río de Janeiro, recomendó especialmente el sistema de micro ring y cortinas. “Para mí es lo más sano para el pelo. Son mucho más higiénicas, fáciles de llevar y no dañan el cabello porque no tienen contacto con pegamentos”, explicó a Infobae. Este método consiste en fijar las extensiones mediante pequeños aros metálicos, evitando el uso de adhesivos o calor.
Por su parte, Bebe Sanders destacó el sistema Great Lengths, de origen italiano, que utiliza una unión compatible con la queratina natural del cabello. “Cuando te la sacás, el pelo te queda impecable y crece normalmente”, afirmó a Infobae. Sanders subrayó que este sistema, con más de 25 años de presencia en su salón, es reconocido mundialmente por su calidad y versatilidad, permitiendo desde reflejos de color hasta cambios de volumen o longitud.

La elección del tipo de extensión no debe basarse únicamente en la moda o el precio. Max Jara enfatizó la importancia de evaluar la calidad, textura y densidad del cabello de la clienta, así como su rutina diaria y los objetivos que busca alcanzar. “No hay una única fórmula. Las extensiones deben complementar el estilo y la identidad de la clienta, no forzarla”, señaló.
Sanders coincidió en que las necesidades varían ampliamente, algunas personas buscan un cambio total, otras solo desean agregar volumen en zonas puntuales o experimentar con mechas de color. Por ello, el asesoramiento profesional resulta clave para seleccionar el sistema más adecuado y garantizar un resultado natural y duradero.
Uno de los temores más extendidos es que las extensiones dañan el cabello natural. Según Jara, este mito carece de fundamento cuando se utilizan productos de calidad y se realiza un mantenimiento profesional. “Si están bien aplicadas y se cuidan correctamente, no tienen por qué dañar el pelo”, aseguró. También desmintió la creencia de que las extensiones resultan incómodas o artificiales, ya que las técnicas actuales permiten una integración perfecta y una sensación natural.
Sanders, remarcó que el sistema Great Lengths elimina el riesgo de daño en la unión, a diferencia de otros métodos que emplean adhesivos o siliconas. “Con Great Lengths ese problema está descartado”, afirmó. La estilista relató que muchas clientas llegan con miedo a perder cabello, pero que, con el sistema adecuado, el pelo crece normalmente y se mantiene saludable.

El mantenimiento adecuado es fundamental para prolongar la vida útil de las extensiones y preservar la salud del cabello. Jara recomendó cepillar el pelo al menos dos veces al día con un cepillo especial, como el Tangle Teaser, y utilizar siempre protección térmica antes de aplicar calor. “Hay que cuidarlo de la misma manera o hasta un poco más que el cabello natural”, indicó.
Entre las rutinas sugeridas, destacó la importancia de dormir con trenzas suaves o recogidos para evitar enredos, aplicar aceites o cremas livianas de medios a puntas y emplear productos de lavado profesionales adaptados al tipo de cabello. Además, aconsejó acudir al salón una vez al mes o cada mes y medio para revisar el estado de las extensiones y realizar tratamientos de hidratación.
Sanders, por su parte, señaló que las extensiones Great Lengths no requieren un mantenimiento especial y pueden tratarse igual que el cabello propio, siempre que se utilicen champús neutros, preferentemente sin sal, y se realicen baños de crema y lubricaciones regulares. “Solo hay que disfrutarlas”, resumió.
La calidad del cabello utilizado en las extensiones es un factor determinante para lograr un resultado natural y duradero. Jara relató que en su taller seleccionan el pelo de manera minuciosa, considerando diferentes bases de color y texturas. “Trabajamos con pelo nacional, seleccionado de forma muy puntillosa. Hay familias en el interior del país que crían el pelo con mucho cuidado y lo venden cada tres años”, explicó.
El especialista mencionó que en regiones del norte argentino, como Misiones, existen colonias donde las mujeres, muchas de ellas rubias naturales, venden su cabello una vez que alcanza el largo ideal. Esta práctica, según Jara, permite ofrecer a las clientas una de las mejores calidades del país y garantiza transparencia sobre la procedencia del producto.

Sanders, en tanto, remarcó que la reputación internacional de Great Lengths se basa en la excelencia de su materia prima y en la compatibilidad de su sistema con el cabello humano, lo que asegura resultados estéticos y saludables.
La experiencia acumulada por ambos profesionales se reflejó en los casos y observaciones que compartieron con Infobae. Jara advirtió sobre los riesgos de algunos sistemas, como las extensiones de tips, que pueden provocar alopecia si no se retiran correctamente. “He visto clientas que empiezan a perder pelo de la raíz por el uso de pegamentos”, relató, aunque aclaró que el resultado depende en gran medida de la pericia del profesional y del cuidado que se le brinde.
Sanders, por su parte, destacó una, vez más, la versatilidad del sistema Great Lengths, que permite realizar desde reflejos de colores fantasía hasta trabajos de volumen y alargue. Además, dijo que la confianza en este método llevó a celebridades y clientas de distintos países a buscarlo específicamente, atraídas por la seguridad de que el cabello se mantendrá sano y el resultado será natural.
El éxito en el uso de extensiones de pelo depende en gran medida de la calidad del producto y del asesoramiento profesional. Elegir extensiones naturales, conocer su procedencia y recibir una guía personalizada son pasos fundamentales para lograr un cambio estético sin comprometer la salud capilar.
Según los especialistas, las extensiones no solo transforman la imagen, sino que también pueden tener un impacto positivo en el autoestima, al permitir que cada persona alcance el look deseado con confianza y seguridad.