
Los grandes torneos generan grandes expectativas. Algunos buscan la gloria a través de la consagración, otros persiguen los puntos que los suban en el escalafón o los sostengan y, tal vez, los menos intentan un balance económico favorable con los ingresos que otorgan los premios en cada ronda del US Open.
Para los tenistas argentinos es un momento en el que salen a buscar acomodarse en un cierre de temporada que les permita comenzar la siguiente bien posicionado para la gira en Oceanía. ¿Y cuáles son esas posibilidades para esta edición?
Francisco Cerúndolo es el albiceleste con mejores condiciones de ranking -actualmente ocupa el puesto 19-, inmerso en un año bastante parejo hasta fines de mayo en Roland Garros, cuando comenzó a decaer en su cosecha. Una lesión lo retiró del Masters 1000 de Toronto el 2 de agosto pasado y las dudas crecen ante un escenario de partidos a cinco sets. Sólo defiende 50 puntos de la segunda ronda a la que llego en 2024, lo que le permitiría ilusionarse con sumar algo más. Pero el arranque ante el italiano Matteo Arnaldi (62) enciende las luces de precaución ante un rival que no es fácil de enfrentar.
Sebastián Báez (39) es el representante nacional que mayor cantidad de dudas puede presentar sobre cemento. Con un récord de 16 victorias y 18 derrotas en lo que va del año, su preparación se enfoca en este torneo y, sin la presión de la Copa Davis -no fue convocado para la serie ante Países Bajos-, saldrá a enfrentar al sudafricano Lloyd Harris (353), quien busca recuperarse de una lesión que lo sacó del circuito y que no le permite competir con continuidad. A los 31 años, con pocos torneos en la temporada y solamente un partido en el circuito grande (Roland Garros), deja al argentino como favorito a pasar a la segunda ronda. Sebas precisa sumar puntos para pensar con mayor claridad el comienzo de 2026.
Camilo Ugo Carabelli (43) fue el tenista argentino con mayor regularidad en el año, pero una lesión lo puso contra las cuerdas y lo hace ir a Nueva York con lo justo. A pesar de ello, no tiene mucho para defender y puede ganar aún más terreno si se recupera totalmente en las últimas semanas de la temporada.
Tomás Etcheverry (59) fue uno de los que más había progresado sobre todas las superficies y con muy buena proyección en las temporadas pasadas. Sin embargo, el 2025 no lo atraviesa con las mejores sensaciones y el ranking comenzó a marcar lo que su tenis mostraba en cancha -descendió 32 puestos respecto a su mejor posición en 2024-. Con la compañía del capitán argentino de Copa Davis, Javier Frana, por la cláusula con la Asociación Argentina de Tenis, saldrá a compensar los 100 puntos de la tercera ronda del año pasado.
Mariano Navone (78) viene de ganarle muy fácil (6-2 y 6-2), la semana pasada, a Marcos Giron, en el ATP 250 Winston Salem. Para el estadounidense será un momento de revancha, pero para el de 9 de Julio podría ser una posibilidad de avanzar en otro Grand Slam, en una temporada que no comenzó bien para él, pero en la que fue estabilizándose, para quedarse dentro del Top 100.
Francisco Comesaña (54), de gran actualidad, demostró que puede desarrollar buen tenis sobre cualquier superficie. Que podrá obtener un resultado favorable o no, pero que compite sin inconvenientes. Su rival en el debut es en sí una barrera difícil de atravesar. Alex Michelsen (32) es una de las joyitas del tenis estadounidense que busca progresar en el circuito. La diferencia de edad es mínima, el ranking tampoco los separa demasiado. Por eso la adaptación a este territorio sea la clave para una victoria. Un triunfo le permitiría al Tiburón soñar con repetir la tercera ronda de 2024, pero deberá trabajar mucho para llegar a esa instancia.
Federico Gómez (127) está hecho. El nacido en Merlo 28 años atrás es el que más rédito obtuvo hasta el momento, tras atravesar la qualy después de un duelo caliente ante el francés Hugo Grenier (188). El sorteo no le jugó una buena pasada y frente a él estará Jack Draper, el británico número cinco del mundo que alcanzó la semifinal en la Gran Manzana 12 meses atrás. Un escollo muy duro, un escalón muy alto que hay que ver si se atreve a escalar.
En definitiva, a excepción de Etcheverry y Comesaña, para los argentinos es un torneo para soñar con acumular puntos y acomodarse en el ranking, de cara a lo que será el acostumbrado cierre de temporada con la gira asiática y europea de canchas cubiertas, que suelen ser esquivas para los tenistas albicelestes.