Cómo se dio la Independencia de México: 5 claves para entender la historia

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La Independencia de México fue un proceso político y militar que marcó el fin del dominio español en América. Se trató de una guerra prolongada que transformó a la Nueva España en un Estado soberano y provocó un duro golpe económico para la Corona.

El conflicto comenzó el 16 de septiembre de 1810 con el Grito de Dolores y culminó el 27 de septiembre de 1821 con la entrada del Ejército Trigarante en la Ciudad de México. Se trató de 11 años de lucha cambiaron el rumbo del continente.

Cómo entender la Independencia de México en 5 pasos

Contexto internacional e ideas ilustradas

La independencia no surgió de manera aislada. Estuvo influenciada por la Ilustración y las revoluciones de Estados Unidos y Francia. Además, la invasión napoleónica a España en 1808 debilitó a la monarquía y permitió que las élites criollas cuestionaran el dominio colonial.

Las ideas de libertad, soberanía popular e igualdad comenzaron a difundirse entre distintos sectores de la sociedad novohispana. Este contexto internacional inspiró a los criollos a organizar conspiraciones y plantear proyectos que buscaban reducir la desigualdad entre España y sus colonias.

Los primeros intentos de independencia

Antes del célebre Grito de Dolores, ya había intentos por alcanzar autonomía. En 1808, el ayuntamiento de la Ciudad de México buscó reclamar soberanía ante la ausencia del rey Fernando VII, pero el proyecto fracasó tras un golpe contra el virrey.

De igual modo, distintas conspiraciones en Querétaro y otras regiones dejaron ver el creciente deseo de independencia. Estas acciones, aunque reprimidas, sembraron las primeras semillas del movimiento insurgente que pronto se convertiría en una guerra abierta contra la autoridad colonial.

Una guerra larga y sangrienta (1810–1821)

La lucha por la independencia se extendió durante 11 años. Fue un conflicto complejo, con derrotas como la de Hidalgo en Puente de Calderón y victorias estratégicas de líderes como José María Morelos y Vicente Guerrero en distintas regiones del virreinato.

Más allá de los jefes insurgentes, fue también una guerra popular. Miles de campesinos y grupos marginados se unieron a la causa, enfrentando al ejército realista en distintos frentes. La guerra no solo buscaba independencia, también reflejaba tensiones sociales internas.

El Plan de Iguala (1821)

La recta final llegó con la proclamación del Plan de Iguala. Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero lograron unificar fuerzas bajo tres garantías fundamentales: la religión católica, la independencia absoluta de México y la unión de todos los grupos sociales.

Este plan representó un acuerdo político que puso fin a años de divisiones. Permitió consolidar alianzas y ofreció una salida negociada a un conflicto que había desangrado al virreinato. Fue la base que garantizó el desenlace pacífico en el tramo final.

Consumación y entrada del Ejército Trigarante

El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante ingresó triunfalmente en la Ciudad de México, sellando la independencia. Al día siguiente se firmó el Acta de Independencia, con lo cual nació oficialmente un nuevo Estado soberano en el continente americano.

La consumación cerró un ciclo de 11 años de guerra y abrió una etapa inédita en la historia de la nación. México se erigió como un país independiente, iniciando la construcción de sus instituciones y un camino marcado por nuevos desafíos políticos.

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