Conozca que hay detrás de cada flor de Colombia

hace 2 semanas 9

En Antioquia, donde el verde del campo predomina y los rojos, amarillos y púrpuras despuntan, se produce alrededor del 27% de las flores en el país y resalta la productora Elite Flower con 140 variedades, entre las que sobresalen pompones, crisantemos y hortensias que sirven además para confeccionar hermosos buqués.

Una rápida mirada al largo proceso del cultivo, cuidado, selección, empaque y transportación, de la mano de la Asociación Colombiana de Exportadores de Flores, ASOCOLFLORES, sirve para conocer de cerca la dedicación de miles de agricultores, técnicos y personal de apoyo en plantaciones y aeropuertos que hacen posible el comercio internacional.

Desde un aula de destreza, donde agricultores son instruidos sobre el cuidado del cultivo y el manejo de las flores, hasta los campos cubiertos de labor, donde se cultivan las flores bajo condiciones controladas de temperatura y humedad, el cuidado por insectos y enfermedades en las plantas llama la atención la disposición de cientos de trabajadores.

Temprano en la mañana, cuando el Sol comienza a despuntar, Rosa Elena llega a la finca Miramonte, en las afueras de Medellín, para iniciar su faena diaria de 46 horas a la semana que suma ya 35 años.

“Comencé a trabajar aquí a los 21 años y me siento muy agradecida. He logrado criar a mis dos hijos”, comentó a DIARIO LAS AMÉRICAS, mientras que, con sutil delicadeza, seleccionaba tallos, que llaman esquejes y sirven para cultivar nuevas plantas.

Los esquejes son cuidadosamente colocados en fila en una pequeña bolsa de plástico, que tras dos o tres semanas de confinamiento son sembradas en pequeñas vasijas adecuadas.

“Primero le ponemos hormona en la puntita para estimular el crecimiento de raíces y más tarde, cuando haya crecido, la trasladamos al campo de cultivo”, detalló Orfa, que también suma varios años de trabajo en la finca.

Andrés Felipe, que comenzó sus labores hace unos días en la plantación, reconoce lo mucho que ha aprendido en poco tiempo.

“Siempre aprecié las plantas, pero desde que comencé a trabajar aquí me enamoré de ellas”, afirmó.

Al otro lado del cultivo está Juan, que carga una pesada aspiradora que sirve para absorber insectos y gana algo más de 1.4 millones de pesos colombianos al mes, unos 330 dólares al cambio, además de, acorde con la ley en Colombia, debe recibir un auxilio de transporte.

El costo de vida en Colombia, en promedio, puede variar, pero según estudios recientes, una persona puede vivir convenientemente con unos 546 dólares al mes. Esta cifra es significativamente menor que el promedio mundial, lo que lo convierte en un país relativamente económico para vivir en comparación con otras regiones.

Sostenibilidad

La productora Elite Flower tiene en cuenta la sostenibilidad, que es el equilibrio entre el crecimiento económico, el cuidado del medio ambiente y el bienestar social.

A primera vista se distingue la recopilación de agua de lluvia, que es colectada en los techos de los invernaderos y corre por su peso a canales que rodean los campos de labor hasta ser almacenada en un estanque.

“El agua es analizada y filtrada para su posterior uso, lo que nos permite reciclar la lluvia y darle el uso adecuado según sea necesario”, comentó Laura Rayo, jefa del manejo integrado de riego y fertilización.

Respecto al uso de fertilizantes, fungicidas e insecticidas para estimular y cuidar los cultivos, la empresa productora aplica una serie de productos que son bioestimulantes, que ayudan a las plantas a ser más eficientes y eficaces con productos naturales.

“También utilizamos fertilizantes y sustancias químicas como fungicidas e insecticidas, pero tratamos de tener un control biológico. O sea, lo alternamos porque hay plagas que evolucionan y adquieren resistencias”, aclaró.

Además, Élite Flowers cuenta con un laboratorio donde se analizan plantas y hongos y se elaboran ciertos productos que sirven para combatir la propagación de enfermedades en las plantas.

“Esto nos ayuda también a cumplir con el sello de calidad para la exportación y las restricciones establecidas por países importadores”, añadió.

“Cuando se tiene el sello de calidad es garantía de producción limpia”, subrayó.

Selección

Una vez que la planta crezca y florezca a plenitud, es cortada y transportada al centro de selección y almacenaje.

“Las revisamos y nos aseguramos de que cumplan con la calidad requerida”, señaló Marta, empleada de agrupamiento y empaque.

Cuidadosamente depositadas en cajas habilitadas de cartón y protegidas bajo refrigeración, parten más tarde rumbo al centro climatizado de cargas del aeropuerto de Medellín, para luego ser transportadas a Miami en aviones de carga de LATAM.

Pero antes, los cargamentos de flores son inspeccionados por equipos digitales especializados por la autoridad portuaria para evitar que los cargamentos lleven drogas ilícitas.

Después, muestras de ramos de flores son minuciosamente examinados para confirmar la ausencia de plagas.

“Revisamos la muestra bajo lupa y después la bamboleamos sobre una mesa blanca para ver si cae algún insecto”, explicó Sofia, inspectora del centro de carga del aeropuerto de Medellín.

Acto seguido, tras ser aprobada, la carga es depositada en frigoríficos con temperaturas que oscilan entre los ocho y 14 grados Celsius (de 46 a 57 grados Fahrenheit).

Transportación

De hecho, la promesa de calidad plantea que, luego de salir del cultivo, las flores deben llegar a su destino final en aproximadamente tres días, sean supermercados u otros vendedores, donde deben durar, al menos, 10 días en los floreros.

Por ello, dada la gran producción durante las tres semanas de la temporada por el Dia de las Madres, del 14 de abril al 4 de mayo, la aerolínea LATAM cuenta esos días con 230 vuelos de carga de Bogotá y Medellín a Miami.

Acorde con la unidad de medida aeroportuaria, LATAM transporta unas 12.000 toneladas de flores durante la temporada, y si tenemos en cuenta que una tonelada puede contener aproximadamente 23,000 tallos de flores, estamos hablando de más de 200 millones de flores en solo 21 días.

Una vez en Miami, el cargamento de flores colombianas recibe su último control en manos de la autoridad de Agricultura de Aduanas y Protección Fronteriza.

“Somos el único aeropuerto de Estados Unidos con servicio de inspección de aduanas abierto las 24 horas del día”, afirmó Dimitrios ‘Jimmy’ Nares, jefe de Mercadeo y Desarrollo Aéreo del Miami International Airport.

“Aquí llega el 91% de las flores que importamos por aire a Estados Unidos, de lo que Colombia provee el 73%”, aseguró.

Cuando la carga es finalmente aprobada, pasa a otro frigorífico y posteriormente, en solo horas, al camión que las distribuye o incluso a otro avión para ser llevadas a ciudades de Estados Unidos.

“Este proceso proporciona unos 6.000 empleos en Miami y contribuye a cerca de 200.000 empleos en todo Estados Unidos que dependen de la importación de flores frescas”, argumentó.

Precios

En relación con los precios a pagar por el consumidor, “es imposible calcular cuánto paga uno u otro por un ramo de flores porque depende de la temporada y los arreglos previos que el productor y el distribuidor tengan”, esclareció Christine Boldt, vicepresidenta ejecutiva de la Asociación de importadores de Estados Unidos (AFIA).

Teniendo en cuenta las diferencias del nivel de vida, una docena de rosas, que pudiera costar entre tres y cuatro dólares al cambio en Colombia, costaría unos 20 o más dólares en Miami.

“Todo este proceso, desde cuidado, inspecciones, trasportación aérea y terrestre, además de ganancia, encarece el precio de las flores”, definió.

Y si tenemos en cuenta la anunciada aplicación de aranceles a productos colombianos por parte del Gobierno de Estados Unidos, incluyendo las flores, Boldt opinó que “el 10% que se le agregue al producto colombiano se sumará al precio que pague el consumidor”.

No obstante, hay distribuidores que han dicho “queremos mantener el mismo precio, pero vamos a reducir la cantidad de flores. Es lo mismo que vimos con otros productos, como las bolsas de papas fritas, que antes eran muy grandes y ahora tienen el mismo precio, pero son más pequeñas”, relacionó.

Recapitulación

La próxima vez que vea un ramillete, o una simple rosa, piense que lleva a cuestas seis meses de arduo trabajo de siembra, inspecciones y tres días de desplazamiento.

Colombia es el segundo exportador de flores en el mundo, solo superada por Holanda. El año pasado, según datos proporcionado por las autoridades del país, las exportaciones de flores colombianas sumaron los 2.350 millones de dólares, lo que representa un aumento del 13 % en valor y del 8 % en volumen con respecto al año anterior.

“Las flores colombianas son mucho más que un producto de exportación: representan nuestra riqueza natural, resiliencia y el talento del País de la Belleza”, declaró Carmen Caballero, presidenta de ProColombia, la agencia gubernamental que promociona las exportaciones del país.

“Esta industria contribuye a las economías de Colombia y Estados Unidos, generando empleo y una cadena productiva que transforma vidas”, subrayó.

Madres como Rosa Elena, que asume su faena diaria para cultivar flores y sostener a sus hijos, se lo agradecerá.

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