Crearon a un falso magnate para las redes y era un simple jubilado: engañaron a miles

hace 20 horas 3

Durante meses, la cuenta de Instagram de “Boris Bork” mostraba la vida soñada de un supuesto millonario: almuerzos en restaurantes exclusivos, viajes en helicóptero, autos de lujo y un aire de superioridad frente a la cámara. Más de 18,000 seguidores seguían cada publicación, convencidos de que se trataba de un magnate real.

Pero la verdad era muy distinta: Boris Bork no existía. Era un personaje creado por Roman Zaripov, un joven de 23 años que quiso demostrar que no se necesitaban millones para fabricar una celebridad en redes sociales.

Con apenas $800 creó al falso magnate y engañó a miles de personas

Inspirado por un artículo que aseguraba que convertirse en estrella digital costaba seis o siete cifras, Zaripov se propuso hacerlo con mucho menos. Encontró a Boris Kudryashov, un jubilado de mediana edad con aspecto carismático, a través de la red social rusa VKontakte.

El hombre aceptó encarnar al falso magnate y se alió con Zaripov para el experimento.

Con una inversión de $800 y varios fines de semana de trabajo, Zaripov tomó fotos de su “millonario” en autos de alta gama, con ropa llamativa y en entornos urbanos que transmitían éxito. Cada imagen iba acompañada de textos que reforzaban la ilusión. En poco tiempo, el personaje se volvió aspiracional para miles de usuarios.

La puesta en escena funcionó tan bien que la cuenta de Boris Bork llegó a recibir hasta 30 mensajes diarios, incluyendo ofertas para promocionar marcas y regalos a cambio de publicidad. Las empresas y seguidores interactuaban como si se tratara de una figura auténtica, sin verificar su identidad.

Según Zaripov, lo más sorprendente fue comprobar “lo fácil que es engañar a la gente” y cómo incluso quienes deberían confirmar la veracidad de lo que circula en redes no lo hacen.

La confesión y reflexión

Tras seis meses, Zaripov reveló en Facebook que todo había sido un experimento social inspirado en figuras como Gianluca Vacchi, el empresario italiano famoso por sus lujos y videos virales.

“Todavía me sorprende cómo, gastando apenas 800 dólares en dos meses, puedes lograr que decenas de miles de adultos crean en una persona que no existe”, escribió en la red social.

Y remató: Lo que más me impactó fue lo fácil que es engañar a la gente y cómo quienes deberían verificar la información que circula en redes no lo hacen”.

Más que una broma, el caso de Boris Bork evidenció la facilidad con la que se pueden construir identidades falsas en redes sociales y cómo estas pueden influir en miles de personas. El experimento dejó al descubierto que, en el mundo digital, la apariencia puede ser más poderosa que la verdad.

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