De bastión militar a epicentro verde, cultural y climático: la reinvención de Governors Island en Nueva York

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La isla atrae a cercaLa isla atrae a cerca de un millón de visitantes cada año mediante propuestas educativas y recreativas

En el corazón del puerto de Nueva York, apenas a 800 metros de Manhattan, se ubica Governors Island, una pequeña isla de casi 700 metros cuadrados, que durante siglos estuvo ligada a fines militares, desde los primeros asentamientos del pueblo Lenape, pasando por fortificaciones coloniales y bases de defensa.

Esta isla se sitúa enEsta isla se sitúa en Estados Unidos, dentro de la ciudad de Nueva York, entre Manhattan y Brooklyn, en medio del puerto neoyorquino

En la actualidad se convirtió en un enclave estratégico para el Ejército de Estados Unidos, como relata The Guardian.

Su localización privilegiada la hizo testigo de buena parte de la historia urbana y militar de Nueva York, siendo utilizada por los Lenape para la caza y la pesca estacional, hasta su posterior ocupación por fuerzas estadounidenses y británicas.

Tras la venta conjunta a la ciudad y el estado, comenzó el proceso de reapertura al público, en 2005, momento a partir del cual se asentaron diferentes organismos encargados de promover, conservar y reinventar el espacio.

En este momento, el Trust for Governors Island, la National Park Service y la Governors Island Foundation marcan el rumbo institucional de la isla, según la página web oficial.

Su parque ofrece colinas artificiales,Su parque ofrece colinas artificiales, amplios espacios verdes y vistas panorámicas del puerto de la ciudad

Acceder es sencillo y parte de la verdadera aventura para quienes cruzan desde Manhattan o, estacionalmente, desde Brooklyn, según Time Out.

Los ferris, operados por el Trust for Governors Island, mantienen partidas frecuentes durante todo el año y ofrecen pasajes gratuitos a niños, adultos mayores, militares y residentes de viviendas públicas.

El parque y sus colinas reciben a los visitantes desde las primeras horas de la mañana, siendo la única vía pública para peatones y ciclistas. La compra anticipada de boletos y revisión de horarios es recomendada por los operadores de la isla y medios como Time Out.

El rostro actual de Governors Island comenzó a esculpirse a partir de 2006, cuando el concurso internacional de diseño atraído por el Trust for Governors Island y autoridades de la ciudad de Nueva York provocó una de las reconversiones paisajísticas más notables de la metrópolis, según West 8.

Una iniciativa en la islaUna iniciativa en la isla produce compost a partir de residuos orgánicos gracias a la colaboración de voluntarios

El plan maestro previsto por West 8, empresa ganadora del concurso, ideó una serie de fases de construcción que integraron de forma progresiva áreas recreativas, bosques naturalizados, juegos, agua y comida, así como nuevas topografías y paisajes.

El resultado es visible: colinas artificiales de hasta 23 metros, arboledas tolerantes a la salinidad, y miradores con vistas únicas a la Estatua de la Libertad, el puente Verrazano y la costa de Brooklyn, como puede apreciarse en las descripciones de Time Out.

Lo esencial en el diseño fue la mitigación ante el cambio climático: la mayoría del terreno fue esculpido y elevado para resistir inundaciones y tormentas extremas, ubicando raíces por encima del nivel del mar pronosticado, fórmula comprobada cuando la isla resistió la supertormenta Sandy en 2012, según West 8.

El ambiente invita a las actividades al aire libre: caminar, correr, andar en bicicleta, hacer picnic y observar aves son solo algunas de las prácticas frecuentes, reporta Time Out.

En la isla, el públicoEn la isla, el público puede disfrutar de jornadas de acceso abierto para explorar sus atracciones sin costo de entrada

No faltan rincones de descanso, entre los que sobresale Hammock Grove, instalaciones interactivas como Slide Hill, y propuestas para adultos, niños y familias, incluyendo paseos guiados, tours temáticos y áreas de barbacoa reservables.

En paralelo a la vocación lúdica y social, Governors Island ha desarrollado en la última década un papel central en la innovación climática y la experimentación ecológica, articulando proyectos piloto que combinan investigación científica, participación ciudadana y nuevas economías verdes, como subraya The Guardian.

El acceso a la islaEl acceso a la isla solo es posible mediante ferris, que parten desde Manhattan y Brooklyn

Uno de los programas más visibles es el Center for Climate Solutions, resultado de la alianza entre el Trust, la oficina del alcalde y el New York Climate Exchange, pensado como un campus de investigación, desarrollo tecnológico y activismo ambiental equiparable con epicentros internacionales de innovación, según la página web oficial.

La colaboración, bajo el paraguas del Harbor Climate Collaborative, junto a entidades como el Brooklyn Navy Yard Development Corporation y NYCEDC, ha canalizado inversiones superiores a 725 millones de dólares en proyectos climáticos y de economía circular, apostando al empleo verde y a una ciudad resiliente.

La isla reúne una agendaLa isla reúne una agenda diversa de actividades que van desde talleres ambientales y recorridos guiados hasta festivales y eventos artísticos para todas las edades

Entre las iniciativas que marcan la diferencia se encuentra Seaweed City, liderado por Shanjana Mahmud y Luke Eddins, cuyo trabajo involucra a la comunidad local en la restauración y cultivo de algas marinas, explorando sus aplicaciones en el saneamiento de aguas y el desarrollo de biomateriales.

El colectivo ha buscado expandir jardines de algas en los cinco distritos, priorizando la colaboración comunitaria y la financiación sostenida, según The Guardian.

Para quien visita, la oferta es completa: múltiples restaurantes y bares, entre los que se encuentran Taco Vista, Island Oyster y Makina Café, así como propuestas para tomar café o disfrutar de cerveza artesanal y té, de acuerdo con la guía de Time Out.

El glamping, impulsado por Collective Retreats, permite alojarse en tiendas de lujo durante la temporada cálida, sumando así una faceta inédita en la vida urbana de la ciudad.

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