NUEVA YORK – Para Yomaira Figueroa-Vásquez, directora del Centro de Estudios Puertorriqueños de Hunter College en Nueva York (CENTRO), aunque, demográficamente, la diáspora en el estado ha declinado, los boricuas siguen siendo la zapata que sostiene a miembros de otras comunidades caribeñas y latinoamericanas que buscan avanzar política y socialmente.
En entrevista con El Diario, la primera mujer que ocupa de manera permanente la directoría del CENTRO, argumentó que fueron los boricuas los que le abrieron las puertas a integrantes de otras comunidades como la dominicana.
“Aunque la población ha bajado, nosotros hemos sido los pioneros entre los latinos y el poder político. Eso no se puede cambiar y esa sigue siendo la verdad. Ahora, con el cambio de población, tenemos muchos hermanos dominicanos que están asumiendo puestos legislativos; Adriano Espaillat (representante de Nueva York) está en el Congreso…, y ellos han sido muy abiertos en decir que los puertorriqueños les abrieron las puertas. Yo creo que para nosotros ha sido muy importante crear esas alianzas con otros latinoamericanos que sus poblaciones están creciendo”, planteó la afrocaribeña.
“Yo he visto una cosa tan linda, los puertorriqueños han pasado muchas décadas en NY y muchos momentos difíciles, y, cuando yo hablo con muchos de esos líderes, ellos dicen: ‘nuestros hermanos latinoamericanos y caribeños no tienen que pasar lo mismo que nosotros pasamos. Nosotros tenemos que ser diferentes y abrirle las puertas, mano a mano, hombro a hombro, para seguir la lucha adelante’. Así que, para mí, los legisladores están haciendo un trabajo muy lindo en unirse con los otros legisladores latinos para llevar un mensaje, y también legislación que es muy importante para nuestra comunidad”, analizó Figueroa-Vásquez, nacida y criada en Nueva Jersey.

En este sentido, la profesora resaltó el hecho de que la conferencia Somos Inc. que reúne a líderes políticos, funcionarios electos y organizaciones de Nueva York y Puerto Rico se mantenga en la isla, aparte de la que se realiza en Albany anualmente.
Este año, el encuentro se realizará en el Caribe Hilton en San Juan, entre el 5 y 9 de noviembre, bajo el lema “El Momento es Nuestro: Rise, Build, Reimagine”.
“Eso también nos enseña ese compromiso que tiene el estado de NY con Puerto Rico, y que debe seguir, porque somos una voz, una comunidad”, emplazó.
Un informe del CENTRO con fecha de enero de 2023 indica que la población de puertorriqueños en el estado ascendía a 1,008,909.
El estimado abarca un año y se basa en datos de la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense de 2021 de la Oficina del Censo de Estados Unidos.
Otro reporte de diciembre del 2023 apunta a que unos 574,053 puertorriqueños vivían en la ciudad de NY en el 2022. El cálculo también hace referencia a la Encuesta sobre la Comunidad Estadounidense y abarca un año.
La presencia de la diáspora boricua que empezó a migrar a NY a principios del siglo pasado en busca de mejores oportunidades económicas y movilidad social, y escapando de la pobreza, actualmente se expande hacia áreas más allá de los límites de la ciudad como el condado Nassau, por ejemplo.
El CENTRO, fundado en 1973, es el instituto de investigación, biblioteca y archivo universitario más grande que documenta la historia de boricuas en la isla y en la diáspora.

El espacio, creado por una coalición de estudiantes, profesores y activistas, cumplió 50 años en el 2023.
Desde el CENTRO, se brinda apoyo a estudiantes, académicos, artistas y miembros de la comunidad en general, tanto en Nueva York como fuera de ella. “Producimos investigaciones originales, películas, libros y herramientas educativas, y albergamos The Centro Journal, la revista académica de referencia sobre estudios puertorriqueños. Nuestro objetivo es crear investigación práctica y accesible para fortalecer, ampliar y reinventar el campo de los estudios puertorriqueños”, detalla el sitio web de la entidad.
Para la directora, parte de lo que hace valioso la labor del instituto es la diversidad de personas que impacta y que incluye a miembros de grupos más allá del puertorriqueño.
“Tenemos un público muy amplio. Somos como un archivo y una biblioteca diferente en la que cualquier persona de la calle puede entrar y te vamos a recibir bien y puedes leer y revisar documentos del archivo. La accesibilidad de estos archivos para nosotros es sumamente importante. Los que llegan al Centro, pueden ser profesores, catedráticos, estudiantes que están haciendo sus tesis doctorales. No solo vienen de Nueva York, vienen de todo el país. El año pasado, recibimos un grupo de estudiantes de Japón que estuvieron visitando a Puerto Rico que vinieron para acá, pero también recibimos a residentes de la comunidad. En los eventos que tenemos en El Barrio, mayormente vienen muchas personas mayores en la comunidad; personas que han estado activas en lo que es la cultura puertorriqueña y lo que son los estudios puertorriqueños”, abundó la entrevistada.
La oferta educativa del CENTRO también responde a la población de menor edad. En ese sentido, Figueroa-Vásquez destacó la iniciativa denominada “La Meriendita”, que consta de lecturas de libros infantiles y actividades como meriendas para los más pequeños. El programa está diseñado para promover la literatura, el arte, la amistad y el aprecio por la cultura e historia puertorriqueñas entre el público de menor edad.
“Leemos libros con ellos y traemos autores puertorriqueños y latinos para que hablen con niños de edades más pequeñas. Para nosotros ha sido muy importante poder abrir el camino y traer lo que son los estudios puertorriqueños en los cuentos, la historia, cultura, todos nuestros saberes al público donde se encuentren. Nosotros participamos en la Parada puertorriqueña, en el Festival de Loisaida”, mencionó sobre el impacto de la institución ubicada en El Barrio.
La conexión con organizaciones de base comunitaria tanto en NY, en otros estados y en Puerto Rico es también pieza clave del trabajo del CENTRO.
Con esa idea en mente es que conceden 12 becas bajo el programa “Rooted + Relational Micro-Grant”, iniciativa de investigación de cinco años financiada por la Fundación Mellon. A través de la misma, se otorgan subvenciones de hasta $5,000 cada una a organizaciones comunitarias, individuos o proyectos no institucionales ni académicos para programas comunitarios.
“Estamos muy conectados con los puertorriqueños en Chicago, en Maui. Una de las cosas que la beca de Mellon nos ha ayudado a hacer es proveer becas de $5,000 a 12 organizaciones comunitarias puertorriqueñas en la diáspora o en el archipiélago de Puerto Rico cada año por cinco años. El año pasado, en vez de dar 12, dimos 24”, detalló la experta en estudios africanos, puertorriqueños y latinos.
“Para mí eso ha sido un logro para poder conectar a todos los centros que están estudiando Puerto Rico con las personas que están haciendo trabajo comunitario y el trabajo ha sido muy bonito ver eso en acción”, resaltó.
La portavoz del CENTRO recordó que los $2 millones asignados por el estado de Nueva York a la institución en el 2023 también han ayudado a agilizar la ampliación de las instalaciones.
La gobernadora Kathy Hochul anunció en junio del referido año que invertirían $20 millones en el CENTRO para ampliar la biblioteca y los archivos.
El anuncio se hizo en el marco del 50 aniversario de la institución.
“He estado dirigiendo ese proyecto de construcción. Pude traer a cincuenta empleados al Centro. Ahora tenemos a 92 empleados en el Centro. Antes habían 42. Hemos aumentado bastante”, dijo la educadora quien fue nombrada directora en propiedad ese mismo año.
De cara al futuro, parte de la gestión de Figueroa-Vásquez se enfocará en además de archivos y teoría, sino soluciones, o pasar del conocimiento a la acción.

“El deber de nosotros es difundir información para que se pueda entender lo que está pasando en el mundo político, económico y social. El mantra nuestro desde el 1973 ha sido ‘aprender a luchar, luchar es aprender’. Entonces, para nosotros en el Centro, lo que es el conocimiento académico, los datos, los archivos y la historia de nosotros no está separado del momento contemporáneo en el que estamos batallando una Administración que desprecia a los puertorriqueños, y tenemos, no solamente entenderlo en este contexto, sino en un contexto. Para nosotros, no solamente es proveer información por dar información, sino que sea accesible y se pueda llevar a la acción, que se pueda hacer algo con esa información. Para nosotros, no solo se trata de libros y artículos, sino también reportes. Tenemos un laboratorio de científicos de datos en el Centro que ahora mismo están tratando de ver a dónde se están mudando los puertorriqueños; dónde están los trabajos; cuántos están en la cárcel; cuántos necesitan PAN (Programa de Asistencia Nutricional); cuál es la diferencia entre PAN en Puerto Rico y SNAP en Estados Unidos; por que los puertorriqueños que viven en los estados pueden tener SSI (Programa de Asistencia Nutricional) y los de P.R. no.”, analizó.
En este contexto, la académica destacó un reporte del CENTRO del año pasado que desmiente la creencia popular de que en Puerto Rico no se paga ningún impuesto federal.
El informe “¿No pagan ‘taxes’? Resumen de la recaudación de ingresos federales en Puerto Rico” concluyó que el gobierno de Estados Unidos ha recibido más de $3,700 millones anuales en contribuciones de ciudadanos en la isla.
“Parte de nuestro trabajo es llegar a la consciencia de lo que está pasando, pero con información verificada…cuáles son las verdades; qué nos dicen los datos, y que podemos hacer de aquí para adelante. Para nosotros siempre es una educación política. Más allá de eso, estamos en un momento de crisis en Puerto Rico sobre nuestros datos. En Puerto Rico es muy difícil ver, por ejemplo, por raza, qué es lo que está pasando…No podemos ver las diferencias entre esas experiencias. Por eso nosotros buscamos maneras de buscar esa información, estos números, las estadísticas, para aportar de una manera seria e investigada sobre cuáles son las necesidades del pueblo de Puerto Rico por distrito, por municipio, y después ver más allá que se puede hacer”, alertó la investigadora.
Por otro lado, también el año pasado, a través del “Data Hub” o el centro de datos, se desarrolló un mapa de las más de 300 escuelas públicas cerradas en la isla.
Esta herramienta ofrece análisis sólidos, junto con herramientas de datos, con base en información disponible públicamente, de la Oficina del Censo de los EE. UU. y otras agencias federales, para proveer información sobre Puerto Rico y los puertorriqueños en la diáspora a académicos, formuladores de políticas y el público en general.
“La información está online disponible para todo el mundo, pero también se lo proveemos a los legisladores, especialmente de Nueva York”, destacó.
“Tenemos proyectos sobre Puerto Rico, y a los legisladores de NY, del estado y la Ciudad, también les interesa lo que está pasando en Puerto Rico”, añadió.
En la primera parte de la entrevista exclusiva que puedes leer aquí, Figueroa-Vásquez analizó el impacto de la Residencia de Bad Bunny entre boricuas en la isla y los de la diáspora.
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