Dolor invisible en los rescatistas: jornadas interminables, hallazgos de cuerpos y la esperanza de sobrevivientes

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El impacto emocional extremo afectaEl impacto emocional extremo afecta a los equipos de búsqueda y rescate en Texas tras las inundaciones. (REUTERS/Sergio Flores)

El impacto emocional extremo que sufren los equipos de búsqueda y rescate en Texas se ha convertido en una de las caras más duras de la tragedia que azota al estado tras las devastadoras inundaciones.

“Los equipos de primera respuesta, los de búsqueda y rescate que están aquí en el río, están sufriendo un golpe emocional extremo, duro y traumático”, relató el capellán Tony Dickey de la Marina Cajun Unida a CNN.

En medio de la destrucción, los rescatistas se enfrentan a la tarea de recuperar cuerpos, incluidos los de niños, en condiciones que desafían tanto la resistencia física como la fortaleza mental.

Las inundaciones en el condadoLas inundaciones en el condado de Kerr han dejado más de 100 muertos y un número interminable de desaparecidos. (AP Photo/Julio Cortez)

La magnitud de la catástrofe en el condado de Kerr, donde las inundaciones han dejado al menos 121 muertos solo en esa zona, y han obligado a equipos de rescate de todo Estados Unidos y México a desplegarse en un operativo que se extiende a lo largo de kilómetros de escombros y ríos desbordados.

La cifra total de víctimas mortales en Texas Hill Country supera las 100 personas, mientras que al menos 170 permanecen desaparecidas solo en el condado de Kerr, según datos publicados por CNN.

La tragedia se desencadenó durante la noche del Día de la Independencia, cuando una lluvia torrencial equivalente a la de todo un verano elevó el nivel del río Guadalupe de 90 centímetros a 9 metros en apenas 45 minutos, transformando la vía fluvial en una amenaza letal.

Las aguas arrasaron barrios, parques de casas rodantes y los 18 campamentos juveniles de la región, donde miles de niños pasaban el verano. Residentes locales, niños campistas y líderes de campamentos fallecidos, además de viviendas, negocios y cabañas destruidos.

Equipos de rescate de EstadosEquipos de rescate de Estados Unidos y México trabajan en condiciones extremas para recuperar cuerpos y buscar sobrevivientes. (REUTERS/Sergio Flores)

El miércoles por la mañana, la búsqueda en lo que antes era un parque de casas rodantes se detuvo brevemente cuando los rescatistas recuperaron el cuerpo de un bebé de entre los escombros. Joe Rigelsky, fundador de Upstream International, organización cristiana sin fines de lucro, describió el momento en que los perros detectores de cadáveres marcan un lugar: “Captas el olor. Marcas a un perro, le das una marca y el lugar queda en silencio”.

Los equipos, de rodillas, excavan con las manos entre el lodo y los restos, mientras el olor a descomposición impregna el ambiente. Entre los cuerpos hallados, además de personas, se encuentran animales arrastrados por la corriente.

La labor de los rescatistas se repite a lo largo de los 64 kilómetros del río en el condado de Kerr y se extiende varios kilómetros río abajo en el condado de Kendall, donde también se han encontrado cadáveres.

El capitán Max McQuarrie, del Equipo de Rescate Acuático de Virginia Beach, advirtió que la búsqueda exhaustiva a lo largo de los 96 kilómetros del río podría prolongarse “días, si no semanas”. Los equipos enfrentan un terreno plagado de árboles caídos, montículos de escombros y el calor sofocante de Texas.

La dificultad para contabilizar víctimasLa dificultad para contabilizar víctimas aumenta en los parques de casas rodantes devastados por la inundación. (AP Foto/Eli Hartman)

La dificultad para contabilizar a las víctimas aumenta en los parques de casas rodantes, donde resulta complejo determinar cuántas personas se encontraban en la zona al momento del desastre.

Las autoridades han insistido en que los montones de escombros pueden ocultar cuerpos y han pedido a los residentes no utilizar maquinaria pesada ni quemar restos hasta que los equipos de búsqueda hayan revisado cada pila.

El sargento Jonathan Lamb, de la policía de Kerrville, subrayó que la tragedia “podría haber sido mucho peor” y destacó los rescates realizados por los socorristas.

El desgaste emocional de losEl desgaste emocional de los rescatistas es palpable ante la magnitud de la tragedia y la presencia de niños entre las víctimas. (REUTERS/Umit Bektas)

Amanda Nixon, especialista en traumatología por desastres, explicó que el personal de búsqueda se esfuerza hasta el límite para encontrar y devolver a casa a los desaparecidos. “Intento dejarlos ser humanos en el momento, que sientan lo que necesitan sentir y hacerles saber que está bien”, afirmó. Josh Gill, coordinador de incidentes de la Armada Cajun Unida, describió la devastación como “increíble, una de las peores que he visto”.

Gill añadió: “Lo más difícil es superar las emociones. Sabemos que hay niños y familias desaparecidos; estamos tratando de superar las emociones. Queremos recorrer cada copa de los árboles, cada montón de escombros y encontrar a la mayor cantidad de personas posible, y aún tenemos esperanza, cada mañana, y rezamos para encontrar sobrevivientes”.

La labor de los equipos de rescate se apoya en helicópteros, drones, barcos, perros y hasta mulas, estas últimas proporcionadas por Mission Mules, organización cristiana sin fines de lucro que facilita el acceso a zonas de difícil tránsito. Mike Toberer, presidente de la entidad, aseguró que los equipos no se retirarán hasta encontrar a todos los desaparecidos: “Hablas con cualquiera de esos equipos de campo y te dicen que no se irán a casa hasta encontrar a todos”.

Rigelsky, quien fundó Upstream International junto a su esposa Sami hace 23 años, resumió el compromiso de los voluntarios: “Cada día que hay una persona desaparecida, todos nos ponemos manos a la obra”.

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