
El ejército de Israel informó este jueves que atacó durante la noche posiciones de infraestructura pertenecientes al grupo terrorista Hezbollah en el sur de Líbano, sin detallar el tipo de armamento utilizado.
“Durante la noche, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) atacaron infraestructuras terroristas de Hezbollah en el sur del Líbano”, indicó el comunicado militar. “Las FDI actuarán contra cualquier intento de Hezbollah de reconstruir o establecer una presencia militar bajo la apariencia de cobertura civil”, añadió.
A pesar de la tregua del 27 de noviembre, pactada con el objetivo de detener más de un año de enfrentamientos entre Israel y Hezbollah, las fuerzas israelíes continúan llevando a cabo ataques aéreos casi diarios en territorio libanés al detectar actividades terroristas. Según fuentes militares, los objetivos están relacionados con la reorganización y presencia armada del grupo terrorista chií.
Paralelamente, se han registrado disparos de cohetes desde Líbano hacia Israel desde que se instauró la tregua, aunque hasta ahora ningún grupo terrorista ha reivindicado la autoría de los lanzamientos.

El miércoles, el ejército libanés anunció la detención de varios sospechosos de haber disparado cohetes hacia territorio israelí. Un funcionario de seguridad citado por la agencia AFP aseguró que tres de los arrestados son miembros de Hamas, aliado palestino de Hezbollah en la región.
El ministro de Defensa de Israel, Israel Katz, afirmó el miércoles que las fuerzas israelíes permanecerán indefinidamente en las denominadas zonas de seguridad dentro de la Franja de Gaza, Líbano y Siria, una postura que podría complicar aún más las negociaciones en curso con Hamas para alcanzar un alto el fuego y lograr la liberación de los rehenes que permanecen en Gaza.
“A diferencia del pasado, el (ejército israelí) no está evacuando zonas que han sido despejadas y tomadas”, señaló Katz en un comunicado. Añadió que las tropas “permanecerán en las zonas de seguridad como un tapón entre el enemigo y las comunidades (israelíes) en cualquier situación temporal o permanente en Gaza, igual que en Líbano y Siria”.

Desde que Israel declaró finalizado el alto el fuego el mes pasado, las fuerzas israelíes han tomado el control de más de la mitad de Gaza como parte de una renovada ofensiva militar.
El objetivo declarado es presionar a Hamas para que libere a los rehenes. Hamas ha advertido que no procederá con ninguna liberación sin una retirada completa del ejército israelí del enclave y un alto el fuego duradero.
En el norte, Israel también se ha negado a retirarse de zonas ocupadas en el sur de Líbano, tras el cese de hostilidades con Hezbollah el año pasado. Asimismo, mantiene presencia en una franja del sur de Siria, controlada desde diciembre pasado, tras el derrocamiento del expresidente Bashar al Assad por fuerzas rebeldes.
Palestinos, autoridades libanesas y sirias consideran la presencia de tropas israelíes en estos territorios como una ocupación militar que viola el derecho internacional.
El gobierno israelí, por su parte, afirma que el mantenimiento de esas posiciones es necesario para evitar nuevos ataques, como el ocurrido el 7 de octubre de 2023, cuando milicianos de Hamas ingresaron al sur de Israel desde Gaza, mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y capturaron a 251 rehenes.

Desde entonces, la campaña militar israelí ha dejado más de 51.000 palestinos muertos, según el Ministerio de Salud de Gaza, que no distingue entre civiles y combatientes, aunque sostiene que más de la mitad de las víctimas son mujeres y menores. Israel asegura haber matado a 20.000 insurgentes, sin presentar pruebas que respalden esa cifra.
Las operaciones aéreas y terrestres han devastado grandes extensiones del territorio, desplazando a cerca del 90% de los dos millones de habitantes de la Franja. Muchos de ellos han sido forzados a huir repetidas veces, y cientos de miles sobreviven en asentamientos precarios, con escasez de alimentos, tras más de un mes sin que Israel permita la entrada de importaciones al enclave.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado su objetivo de aniquilar a Hamas y recuperar a los 59 rehenes que aún permanecen en Gaza, de los cuales se estima que 24 siguen con vida.
Netanyahu también declaró que, una vez alcanzado ese objetivo, Israel implementará la propuesta del presidente estadounidense Donald Trump para el reasentamiento de parte de la población gazatí en terceros países, iniciativa que ha descrito como una “emigración voluntaria”.

Netanyahu encabeza el gobierno más nacionalista y religioso en la historia del país, y varios de sus aliados de coalición han reclamado el restablecimiento de asentamientos judíos en Gaza, que fueron evacuados en 2005.
La propuesta de Trump ha sido rechazada por los palestinos y los países árabes, y ha sido criticada por expertos en derechos humanos, quienes sostienen que podría violar el derecho internacional. La población gazatí ha manifestado su rechazo a abandonar el enclave, temiendo una nueva expulsión masiva como la ocurrida durante la guerra de 1948, en el contexto de la creación del Estado de Israel.
(Con información de AP y AFP)