
La incertidumbre y el temor se han apoderado de miles de familias venezolanas en Estados Unidos tras una reciente orden de la Corte Suprema que pone en riesgo su estatus migratorio. Una niña venezolana de 10 años, residente en Nueva York, ha estado preguntando a su madre qué sucederá si las autoridades de inmigración llegan a su hogar, según reportó NBC News.
Esta familia, junto con otras 350.000 personas, ha estado viviendo y trabajando en el país bajo el Estatus de Protección Temporal (TPS) durante los últimos dos años. Sin embargo, la decisión judicial ha generado una ola de angustia y un sentimiento de traición entre aquellos que podrían perder estas protecciones.
El TPS es una designación humanitaria que permite a los nacionales de ciertos países, afectados por conflictos armados, desastres naturales u otras crisis graves, residir y trabajar legalmente en EEUU por un período de hasta 18 meses, sujeto a renovaciones.

La administración del presidente Donald Trump ha recibido luz verde para continuar con sus esfuerzos de terminar con estas protecciones, que fueron otorgadas a los venezolanos en 2023 por el entonces presidente Joe Biden.
Según publicó NBC News, esta medida forma parte de una serie de políticas que buscan reducir las protecciones temporales y otros programas de inmigración legal para refugiados y solicitantes de asilo.
Una politóloga venezolana, que se estableció en Carolina del Norte tras huir de la persecución gubernamental en su país, expresó su frustración al conocer la orden de la Corte Suprema. Ella, al igual que muchos otros beneficiarios del TPS, ha cumplido con todos los requisitos y ha pagado cientos de dólares en permisos de trabajo y tarifas de solicitud.
“Estar en ese limbo es como si te quitaran un derecho que ya habías adquirido”, comentó en entrevista con el medio.
La crisis migratoria venezolana es una de las más grandes del mundo, con más de 7.7 millones de personas que han abandonado su país en la última década.
La violencia, la inflación, el crimen organizado y la represión política, junto con la escasez de alimentos y medicinas, han obligado a muchos a buscar un futuro mejor en el extranjero.
La politóloga, que llegó a EEUU en 2022 con una visa, encontró en el TPS una tranquilidad necesaria para comenzar una nueva vida lejos de las violaciones a los derechos humanos que enfrentó en Venezuela.
NBC News detalló que, aunque Biden había extendido el TPS hasta octubre de 2026, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) revocó esa extensión poco después de que Trump asumiera el cargo, buscando poner fin al programa para los venezolanos bajo la designación de 2023.

Actualmente, se está llevando a cabo un litigio para determinar si el programa continuará hasta el próximo año o si terminará antes.
En Los Ángeles, otra madre venezolana con TPS trabaja en múltiples empleos para mantener a su familia en Venezuela. Su hija de 30 años, dentista en su país natal, no puede cubrir sus necesidades básicas debido a la crisis económica.
La madre envía dinero regularmente para ayudar a su familia a sobrevivir. “Ahora, me siento traicionada”, confesó.
El abogado de inmigración Edward Cuccia, con sede en Nueva York, ha recibido numerosas llamadas de sus clientes con TPS, quienes buscan orientación sobre qué hacer a continuación.
Cuccia aconseja a los venezolanos en riesgo de perder el TPS que documenten todas sus actividades en EEUU, mantengan pruebas de las dificultades enfrentadas en Venezuela y exploren otras vías de inmigración.
“Se trata de una gran cantidad de personas que huyeron de una situación terrible en Venezuela, que no ha mejorado. Su situación está en el limbo”, añadió.