La actriz Clara Galle llega a Olympo, la nueva serie de Disney+, más fuerte que nunca. En esta producción, interpreta a una joven nadadora de élite, un papel que exigió tanto preparación física como mental.
En una entrevista con Vogue, Galle explicó que, aunque entrenó con intensidad, su transformación no fue radical. “Estuvimos entrenando mucho, aunque es verdad que yo ya desde mucho antes hacía ejercicio. Es verdad que tuve un cambio físico, pero realmente no fue tan heavy”, señaló.
La preparación de la actriz combinó intensidad y descanso. La actriz mantuvo una rutina semanal de cinco sesiones de entrenamiento, con dos días reservados exclusivamente al descanso. “El descanso es muy importante”, afirmó, al destacar la necesidad de pausas reales para asegurar una recuperación efectiva.

Además del trabajo de fuerza, Galle se enfocó especialmente en la natación sincronizada, disciplina clave para su personaje. Complementó esta práctica con sesiones de gimnasio orientadas a la hipertrofia, destinadas a incrementar masa muscular. “Metimos muchísima natación sincronizada porque es la disciplina que yo hago en la serie, y después encajamos gimnasio. Con eso, el rodaje y el descanso, no había tiempo para mucho más en el día”, explicó.
El entrenamiento riguroso demandó una revisión integral de sus hábitos alimenticios. “Metí mucho gimnasio, hice hipertrofia y volví a aprender a comer. Pensaba que comía sano y la verdad es que comía bastante poco para lo que necesitaba dado todo el deporte que hacía”, reconoció la actriz.
Este ajuste alimentario representó un cambio significativo. La actriz aprendió a identificar las señales de su cuerpo y a proporcionarle los nutrientes necesarios. “Aprendí a escuchar a mi cuerpo y darle lo que necesita. Entrenar tanto sin alimentarse bien es insostenible”, aseguró. Esta transformación alimentaria le permitió sostener el ritmo del entrenamiento y, a la vez, mejorar su bienestar general.

Más allá de los cambios visibles, Clara Galle defendió una visión del cuerpo atlético centrada en la salud y la libertad personal. En sus palabras, destacó que su físico no busca responder a estándares externos: “Es curioso porque alguien lo señala y todo el mundo se da cuenta, pero yo ya tenía un cuerpo atlético”.
Según relató, la decisión de mantener su nueva forma física fue completamente personal. “Estoy manteniendo esta nueva forma física por decisión propia, pero fui siempre muy atlética”, afirmó. Su enfoque prioriza el bienestar físico por sobre la estética, evitando los extremos y fomentando una relación sana con el ejercicio y la alimentación, especialmente relevante para públicos jóvenes que enfrentan presiones sociales vinculadas con la imagen corporal.
La experiencia de la actriz en Olympo también estuvo marcada por el trabajo colaborativo con el elenco. La revista mencionó a Amaia Olaberria, María Romanillos, Nuno Gallego y Agustín Della Corte como parte del reparto. Aunque el artículo no profundizó en sus procesos individuales, las imágenes compartidas por la revista muestran momentos de convivencia y rodaje junto a Galle, reforzando la dimensión colectiva del proyecto.

Para la actriz, el proceso de preparación para Olympo significó más que un reto profesional: fue una transformación guiada por la constancia, el aprendizaje y la autonomía. En reiteradas oportunidades subrayó que su estado físico actual no responde a exigencias externas, sino a una convicción personal.
Su relato deja en evidencia el valor de adaptar los entrenamientos y la alimentación a las propias necesidades, sin descuidar la escucha corporal. La actriz concluyó su experiencia poniendo en primer plano una idea clave: el cuidado del cuerpo es una decisión consciente, orientada al bienestar físico y mental.