El renovado apoyo incondicional de Occidente a Ucrania frente al sangriento accionar de Rusia

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Varios líderes y delegaciones internacionales viajaron a Kiev para participar de las celebraciones del Día de la Independencia de Ucrania (Crédito: Jorge Reta)

El despliegue de las fuerzas de seguridad hoy en la estación de tren en Kiev fue inusitado. No era para menos, el Primer Ministro de Canadá, Mark Carney, viajaba en el mismo tren que los dos únicos representantes de países sudamericanos, el Diputado Gerardo Millman y el suscripto, invitados especiales para la celebración de un nuevo aniversario de la Independencia de Ucrania. En un día soleado, con temperatura muy agradable, salió Carney con un operativo de seguridad extremo, compatible con la situación de guerra que se vive en este país.

Fue emocionante ser testigos de este evento histórico por las circunstancias políticas del más alto nivel internacional que se han ido sucediendo en los últimos días con el eje, Alaska, Washington, Kiev, donde ayer el Secretario General de la OTAN le manifestó al Presidente Zelenski el ineludible y permanente apoyo de esa Organización Supranacional.

Hace un par de horas, en plena ceremonia, las palabras del Premier canadiense no dejaron lugar a interpretaciones erráticas. El apoyo de su país y de la OTAN serán máximos porque “no se puede confiar nunca en Putin, por eso debemos estar siempre alertas”.

Por su parte Volodimir Zelenski manifestó “sólo nosotros decidiremos nuestro futuro ya que un día, la distancia entre los ucranianos desaparecerá y estaremos de nuevo juntos como un país y una familia. Solo es cuestión de tiempo”.

Zelensky brindó una conferencia juntoZelensky brindó una conferencia junto al primer ministro de Canadá, Mark Carney (Crédito: Jorge Reta)

Además advirtió que “Ucrania tiene capacidad para responder simétricamente a los ataques rusos y afectar infraestructuras estratégicas en Rusia, si Moscú no accede a un alto el fuego. Nadie nos puede prohibir esos ataques porque son de justicia”.

En el palco oficial escuchaba atentamente Keith Kellogg, enviado especial de los Estados Unidos ante Ucrania, y a su lado asentía el Ministro de Defensa sueco, David McGuinty, y la totalidad del cuerpo diplomático extranjero. Entre ellos, se distinguía Argentina, con su Jefa de Misión la Embajadora Elena Mikusinski, ubicada con los representantes de la Unión Europea, Japón e Israel.

La emotiva ceremonia culminó con la entrega por parte del presidente de varias condecoraciones por el tremendo desempeño que están realizando las Fuerzas Armadas y el final se produjo con una rápida y muy custodiada retirada del Palco Oficial por parte del presidente.

Recordemos que cuando Angela Merkel dio un paso al costado, un vacío difícil de explicar se instaló en Europa y en el mundo. Hoy quedan como las cabezas más emblemáticas del viejo continente, el Presidente Macron, el Primer Ministro Starmer y el Canciller Mertz. Y significativamente Volodomir Zelenski, Doctor en derecho, ex actor, director y político, que ha emergido como un nuevo líder excepcional en estas oscuras y dramáticas horas que vive su castigado país.

Su ejemplo es un hito fundamental para todos y teniendo en cuenta la extremadamente compleja situación internacional que enfrenta el gobierno de los Estados Unidos, insistimos que es mandatorio que hoy más que nunca, Occidente siga apoyando sin concesiones a Kiev para lograr la recuperación definitiva de sus territorios ocupados.

La invasión a Ucrania no es solo un ataque a esa República sino a todas las democracias del planeta. Nos encontramos ante un desafío que reconoce pocos antecedentes porque desde el fin de la II Guerra Mundial, el sistema institucional de la libertad nunca se había sentido tan amenazado, excluyendo la “guerra fría”.

El problema formidable es que Rusia con su sangriento accionar militar ha quebrado la “regla de oro” instaurada paciente, silenciosamente, desde la creación de las Naciones Unidas hace ya ochenta años: el concepto de seguridad colectiva que por un lado condena y por otro lado, explícitamente y muy importante, impide la utilización de la fuerza para la solución de conflictos entre Estados. Putin ha violado el Derecho Internacional y si el mundo lo acepta, estaremos ante desafíos negativos de incalculables consecuencias.

Por ello es imprescindible una actitud de firmeza incondicional ya que el líder moscovita sólo entiende el lenguaje de la fuerza y esa cohesión ejemplar es la que con gran coraje están demostrando la Unión Europea, el Reino Unido y Canadá, entre otros países.

En este escenario, el factor tiempo es vital ya que cada día que pasa sin una decidida política diplomática a nivel mundial, es una ganancia para Vladimir Putin, formado como espía por la KGB, que se relaciona con un estilo dictatorial, enfermizo, algo que siguen utilizando en comunicación mediática los populistas tanto de extrema derecha como de izquierda. Tiene un estilo tóxico, de sometimiento, similar a los alienados que creen pertenecer a una raza superior pero que en realidad demuestran que poseen un enorme grado de inseguridad y de posibles trastornos siquiátricos.

Estamos convencidos que el grave error estratégico de Putín fue planear una invasión masiva con una diferencia de ocho a uno respecto a las Fuerzas Armadas Ucranianas y creer que por esta abrumadora diferencia, sus tropas realizarían un desfile triunfal de 48 horas hasta la llegada al Palacio Presidencial en Kiev. La pregunta que las potencias occidentales se hacen es como el nuevo “Zar” no aprendió de la historia de la humanidad…

Moscú no tomó en cuenta que las guerras no son un juego de ”suma cero”, donde las cantidades de efectivos relativos aseguran el triunfo. Grave error, los conflictos armados tienen una dinámica que es propia del período histórico en que se desarrollan, condicionado por factores económicos, sociales y políticos, todos ellos en muchos casos impredecibles con lo óptica racional de la inmensa mayoría de una determinada nación.

Las horas de los discursos han finalizado. Se debe ir a la acción, sentándose a la mesa de las negociaciones con el firme respaldo de la Unión Europea y la OTAN, hecho sin precedentes, todavía, en la historia del viejo continente desde el fin de la II Guerra Mundial hasta nuestros días. “Res non Verba”: hechos no palabras. El dilema actual es definitivo: si Ucrania no recobra definitivamente su integridad territorial, se corre el gran riesgo como mencionamos al principio, que las democracias del mundo sean heridas mortalmente.

Homenaje a los soldados argentinosHomenaje a los soldados argentinos incorporados voluntariamente al Ejército Ucraniano y fallecidos en combate (Crédito: Jorge Reta)

Después de un profundo análisis del mosaico internacional de estos últimos meses, creemos que una alternativa ante este grave problema que está cobrando cientos de vidas diariamente, la podríamos resumir en los siguientes puntos principales:

  1. Alto el fuego total e incondicional, 24 hs. después de la firma del Documento respectivo.
  2. Creación de una Fuerza de Mantenimiento de la Paz, que debería sería desplegada en un lapso no mayor a los quince después de la rúbrica correspondiente.
  3. Desmilitarización de todos territorios ocupado desde febrero de 2022.
  4. Determinar una zona de exclusión aérea sobre todo el territorio ucraniano, hasta la finalización del despliegue de la Fuerza Militar Internacional.
  5. Una vez logrado estos objetivos, Occidente podría comenzar a levantar paso por paso, lentamente, las restricciones comerciales impuestas a Rusia y se anularían ellas totalmente cuando los territorios ocupados en 2022 sean devueltos a Ucrania.

¿Es una opción extremadamente difícil de llevar a cabo? Sí, pero no imposible de realizar. Lo importante es demostrar que no se puede repetir nunca más lo acontecido en septiembre de 1939 cuando Alemania invadió Polonia ante la mirada impávida del mundo, sin reacción, del monstruoso régimen nazi encarnado por Adolfo Hitler.

En este contexto, Argentina debe participar desde el primer momento, si la comunidad internacional decide el despliegue de los “Cascos Azules”. Nuestras Fuerzas Armadas tienen experiencia, prestigio y demostrada solvencia internacional para ser protagonistas en esta cruzada heroica de apoyo multilateral a Ucrania, en un mundo cada vez más globalizado e interdependiente.

Hoy Ucrania continúa levantando con fuerza extraordinaria la antorcha del más sublime fuego por la Libertad, siendo nuestro más ferviente deseo acompañar al desangrado pueblo para que sigan manteniendo esos valores de lucha que representan también nuestros más excelsos principios liberales, que compartimos universalmente.

Finalmente, si la disuasión deja de ser efectiva y las fronteras de algún país de la OTAN es vulnerada, esperemos se actúe racionalmente y con absoluta determinación como lo indica el artículo 5° de la Carta de la OTAN. Ojalá nunca jamás se llegue a esta situación límite pero los planes de contingencia deben estar adecuadamente preparados porque es mandatorio que la Libertad se imponga siempre y definitivamente a los totalitarismos.

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