
El mundo de la equitación cuenta con razas que, por sus cualidades, han dejado una huella inconfundible en la historia del deporte. Una de ellas es el Silla Francés, un caballo originario de Francia que se distingue por su potencia, porte atlético e instinto competitivo.
Según datos de Strathorn Farm, empresa especializada en caballos de alto rendimiento, el precio de un ejemplar puede variar considerablemente: “su valor parte de 14 mil dólares (12.900 euros) y puede alcanzar los 54 mil dólares (49.700 euros) o más”. Un caso excepcional fue el de Palloubet d’Halong, vendido en 2013 por 15 millones de dólares (13.8 millones de euros), una cifra récord en el sector.
De acuerdo con el sitio especializado en equitación CHACCO, “es bien sabido que las diferentes razas de caballos han sido moldeadas a lo largo de siglos para diversas disciplinas. Una de las razas más destacadas y admiradas en el ámbito del salto es el ”Silla Francés”. Aquí repasamos sus orígenes, cualidades físicas y el papel que ha jugado en las competencias más prestigiosas.

Esta especie de caballo tiene sus raíces en el siglo XIX, cuando en Francia se iniciaron cruces entre caballos locales y pura sangre inglés con el objetivo de obtener ejemplares más veloces, fuertes y ágiles. A lo largo de los siglos, distintas razas han sido adaptadas para disciplinas específicas, y en el caso del salto ecuestre, pocas han alcanzado tanta admiración como esta.
La incorporación del pura sangre inglés fue determinante: aportó velocidad, resistencia y la capacidad de saltar con elegancia. Combinado con las líneas de sangre francesas, dio origen a un corcel versátil que también se adaptó a la doma clásica y al concurso completo.
Con el paso de los años, esta montura se convirtió en protagonista de competencias internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos y los Campeonatos Mundiales, donde jinetes y amazonas de renombre lo eligieron para alcanzar títulos y medallas.
“El Silla Francés es conocido por su elegante apariencia y su poderoso físico”, afirma CHACCO. Estos caballos suelen medir entre 1,60 y 1,75 metros, con extremidades fuertes, una cabeza refinada y una mirada vivaz que refleja inteligencia y disposición para el trabajo.
Su capacidad atlética es uno de sus mayores atributos: la fuerza de sus posteriores le permite superar obstáculos con gran facilidad, lo que lo ha consolidado como uno de los mejores en el salto ecuestre.
Además de su talento deportivo, esta raza francesa ha influido en la cría de otros caballos en todo el mundo. “El impacto del Silla Francés en la cría de otras razas no puede ser subestimado”, añade el sitio web. Actualmente, los criadores continúan perfeccionando la selección de sementales y yeguas para mantener y mejorar las cualidades que lo han convertido en un referente internacional.