
La llegada de Lionel Messi y Rodrigo De Paul a la Argentina para sumarse a la concentración de la Selección, previa a los partidos frente a Venezuela y Ecuador, trascendió el plano estrictamente deportivo y se transformó en un verdadero acontecimiento de moda. Ambos futbolistas lograron captar la atención por el estilo y sofisticación que irradiaron en su arribo.
Messi llegó con un conjunto que acaparó miradas desde el primer instante. Eligió un look íntegramente negro, una apuesta a la sobriedad pero con una impronta moderna: un pantalón de corte recto, acompañado por una camisa y una chaqueta en la misma gama.
Para cerrar el conjunto, llevó zapatillas deportivas en color negro que reafirmaron el enfoque urbano y relajado de su atuendo. Si bien la combinación monocromática podría haber pasado desapercibida en otro contexto, en el caso del capitán de la Selección, cada detalle recibió atención y comentarios.

Dentro de esa armonía, surgió un elemento que rompió la monotonía: el bolso que Messi llevó en la mano. Se trató de un accesorio de lujo de colores gris y negro, que pertenece a la exclusiva firma Hermès.
Este accesorio añadió un guiño sofisticado al conjunto y reforzó la presencia de marcas premium en el vestuario del astro.
Rodrigo De Paul, por su parte, expuso una propuesta distinta, más vinculada a la frescura y el dinamismo, aunque sin descuidar el rango del lujo. El mediocampista apostó por un conjunto deportivo de color negro con llamativas franjas blancas, reforzando el aire atlético, y llevó la gorra hacia atrás, un toque desenfadado y propio de su estilo personal.
El centro del look lo ocupó su bolso Louis Vuitton multicolor. Las mochilas y bolsos de la prestigiosa casa francesa forman parte habitual de su vestuario, lo que combina funcionalidad, modernidad y un sello personal.

La combinación de estilos entre ambos futbolistas reflejó dos caminos posibles hacia la moda de alta gama: la elegancia sobria y el desenfado sofisticado.
La repercusión que alcanzan las elecciones de vestimenta de figuras tan influyentes como Messi y De Paul va mucho más allá del ámbito local. Cada uno, desde su personalísima perspectiva, legitima la consolidación de un nuevo paradigma en la moda deportiva, donde el vestuario de las estrellas deja de ser un aspecto secundario y pasa a ocupar un lugar clave en el mundo fashionista. La capacidad de estos deportistas para fusionar comodidad, lujo y tendencia los ha convertido en auténticos pioneros.
Semanas atrás, Messi volvió a estar en el centro de la atención de la moda global. Su aparición en la famosa “kiss cam” durante un recital de Coldplay coincidió con la viralización de imágenes que lo mostraron luciendo un reloj exclusivo: el Rolex Oyster Perpetual Cosmograph Daytona apodado “Barbie”.

Esta pieza, fabricada en oro amarillo de 18 quilates y con una esfera de ópalo rosa, presenta un bisel engastado con 36 zafiros fucsia y una correa de piel de aligátor rosa, sumando alrededor de 5,57 quilates. Su exclusividad radica tanto en los materiales como en el reto técnico de insertar ópalo rosa, una piedra poco común en la alta relojería.
En paralelo, Rodrigo De Paul ha dado muestras de su pasión por la moda y las tendencias en diferentes entrevistas. En diálogo con Infobae señaló anteriormente: “A mí me gustan mucho los looks. Soy un tipo que, a mi manera, no digo ‘estudiar’, pero sí veo mucho Pinterest”.
De Paul incluso reconoció que tiene su propio tablero en la plataforma, donde recolecta ideas especialmente influenciadas por la estética de los años noventa.
Esta referencia, sumada a su apreciación por las marcas que rescatan tendencias vintage y las reinterpretan para el mercado actual, explica parte del atractivo de su figura: la combinación de juventud, vanguardia y sensibilidad por los detalles.