
A pesar de sus vistas icónicas, su animado paseo marítimo y su atractivo turístico global, el muelle de Santa Mónica recibió este año una calificación reprobatoria en el más reciente informe de Heal the Bay, una organización ambiental sin fines de lucro con sede en Los Ángeles. El histórico muelle figura en el segundo lugar de la lista de las playas más contaminadas del estado, debido a los altos niveles de bacterias fecales detectados en sus aguas.
El reporte, publicado como parte de la edición número 35 del Informe Anual de Calidad del Agua de Playas de Heal the Bay, clasifica a los sitios con peores resultados en una categoría conocida como “Beach Bummer List”. Esta clasificación incluye a diez playas, seleccionadas entre más de 500 monitoreadas en el estado de California. La playa más contaminada fue Playa Blanca, ubicada en Baja California, México, seguida por el muelle de Santa Mónica, en el condado de Los Ángeles.
A pesar de los esfuerzos e inversiones para remediar la situación, los niveles de bacterias indicadoras de contaminación fecal siguen siendo persistentemente altos en ciertas zonas del litoral californiano. “El icónico muelle de Santa Mónica continúa plagado de altos niveles de bacterias indicadoras de materia fecal, a pesar de años de inversión para enfrentar esta contaminación crónica”, señala textualmente el documento de Heal the Bay.

En pleno verano, cuando el calor empuja a residentes y visitantes hacia la costa, el informe advierte sobre los riesgos que implican ciertas zonas del litoral. Mientras que otras áreas de Santa Mónica presentan mejor calidad de agua —como el sector sur del muelle, en Pico Boulevard, que obtuvo una calificación de B, y el sector norte, en Wilshire Boulevard, con una A-plus— el área exacta del muelle fue calificada con una F.
El informe deja claro que las condiciones varían significativamente incluso dentro de un mismo municipio costero, y resalta la importancia del monitoreo segmentado y riguroso. En este caso, la cercanía del muelle con desagües pluviales y acumulaciones de residuos urbanos parece estar incidiendo directamente en la persistencia del problema.
Además de Santa Mónica, otras playas del condado de San Diego y de San Mateo también fueron incluidas en la lista negra. Entre ellas se encuentran el Estuario del Tijuana en la desembocadura del río Tijuana, Imperial Beach en Seacoast Drive y el Parque Estatal Border Field en Monument Road.

El listado completo de la “Beach Bummer List”, según el informe de Heal the Bay, incluye:
- Playa Blanca, Baja California, México
- Santa Mónica Pier, condado de Los Ángeles
- Tijuana Slough en el río Tijuana, condado de San Diego
- Chicken Ranch Beach, condado de Marín
- Linda Mar Beach en San Pedro Creek, condado de San Mateo
- Erckenbrack Park Beach, condado de San Mateo
- Tijuana Slough, al norte del río Tijuana, condado de San Diego
- Border Field State Park en Monument Road, condado de San Diego
- Imperial Beach en Seacoast Drive, condado de San Diego
- Pillar Point en Harbor Beach, condado de San Mateo
El informe utiliza exclusivamente datos de monitoreo bacteriológico tomados durante el año 2024. Las muestras buscan indicadores fecales que pueden provenir de excrementos humanos y animales, lo cual representa un riesgo significativo para la salud pública, especialmente en actividades recreativas acuáticas.

Sin embargo, no todas las noticias son malas. En el extremo opuesto del espectro, 62 playas californianas fueron incluidas en la “Honor Roll” del informe, una mejora sustancial frente a las apenas 12 playas reconocidas el año pasado. Según Heal the Bay, este salto positivo puede atribuirse en gran parte a una reducción drástica de las lluvias durante la temporada 2024–2025, lo cual disminuyó la escorrentía urbana, principal vía de entrada de contaminantes al océano.
El condado de Orange lidera la tabla de las playas más limpias, con 34 sitios en la lista. Le siguen San Diego (12 playas), Los Ángeles (siete), Ventura (cinco) y Santa Barbara (una). El norte de California también estuvo representado con tres playas, incluyendo una en San Francisco y dos en San Mateo.
La reducción de las precipitaciones durante el año fiscal ha sido clave para evitar que aguas pluviales cargadas con bacterias, químicos y basura fluyan hacia el mar. Según el informe, “tras las tormentas, contaminantes como bacterias nocivas, basura y químicos de las calles de la ciudad suelen llegar al océano a través de los desagües pluviales”.

El propio informe advierte que los datos presentados se basan únicamente en indicadores bacterianos. No se incluyen análisis de metales pesados u otros contaminantes que pudieron haber alcanzado el océano tras los incendios forestales de enero en las regiones de Palisades y Altadena. Esto implica que la calidad del agua, aunque mejor en lo bacteriológico, podría estar afectada por otros tipos de polución aún no cuantificados.
Así, aunque la reducción de lluvias trajo consigo una mejora visible en la calidad de las aguas costeras californianas, el informe subraya la necesidad de mantener un monitoreo ambiental integral, especialmente ante eventos extremos como incendios, que pueden alterar de forma sustancial la composición química del entorno marino.
La 35ª edición del informe de Heal the Bay reafirma la importancia de contar con información actualizada y localizada para proteger tanto la salud pública como los ecosistemas costeros de California.