¿Existe una hora ideal para dormir? Estudio revela el hábito nocturno de los estadounidenses

hace 21 horas 3

Dormir bien es fundamental para la salud física, mental y emocional, pero determinar la hora ideal para acostarse puede ser más complicado de lo que parece. Un nuevo estudio de Avocado Green Mattress y que fue publicado por Talker, analizó las rutinas nocturnas de 2,000 adultos en Estados Unidos y reveló patrones interesantes sobre a qué hora se duermen realmente y qué factores afectan su descanso.

Según la encuesta, el estadounidense promedio no se duerme hasta las 23:18 horas. Sin embargo, su rutina para ir a la cama comienza antes: alrededor de las 22:15 horas. En promedio, tardan unos 21 minutos en completar sus actividades previas al descanso, como cepillarse los dientes, ponerse pijama o leer, por lo que suelen acostarse a las 22:36 horas.

Aun así, no concilian el sueño de inmediato, ya que pasan cerca de 40 minutos más antes de quedarse dormidos. Este retraso provoca que muchas personas sientan que descansan menos de lo necesario. De hecho, el estudio señala que se despiertan unas 3 veces por semana, lamentando no haberse acostado más temprano.

Las razones de los estadounidenses para trasnochar

Cuando no cumplen su objetivo de irse a la cama a tiempo, las razones son variadas:

* 29% se queda despierto para terminar tareas domésticas o atender otras responsabilidades.

* 21% considera que la noche es su momento favorito del día.

* 15% retrasa el sueño para evitar que llegue el siguiente día laboral.

* 13% aprovecha esas horas para conectar con su pareja.

Estos datos evidencian que, más allá de las obligaciones, existe un componente emocional y social que influye en la hora de dormir.

Factores que afectan la calidad del descanso

No solo importa cuándo se duerme una persona, sino también cómo duerme. El 14% de los encuestados afirmó que su descanso se ve interrumpido por problemas como los ronquidos (63%) o porque su pareja los despierta durante la noche (52%). Estos factores, aunque comunes, pueden fragmentar el sueño y provocar cansancio diurno.

El estudio también reveló que 27% de los encuestados eran padres de niños en edad escolar. Para ellos, el regreso a clases significa menos horas de sueño por varias razones:

* 53% debe levantarse más temprano para preparar y llevar a los hijos a la escuela.

* 25% se acuesta más tarde debido a tareas como preparar almuerzos o ayudar con los deberes escolares.

* 11% considera que dormirá peor por el estrés y las preocupaciones asociadas al inicio del ciclo escolar.

Siempre es importante dormir, pero sobre todo, descansar adecuadamente para mantenernos sanos. (Foto: Shutterstock)

Laura Scott, directora de marketing de marca de Avocado Green Mattress, explicó: “A los padres con niños en edad escolar les puede resultar aún más difícil dormir lo suficiente, ya que dedican tiempo a las tareas, preparan almuerzos y comidas, conducen de un lado a otro y tratan de pasar tiempo de calidad con sus hijos. Con tantas cosas que suceden durante la vuelta al cole, garantizar que puedan dormir bien y descansar por la noche es más importante que nunca”.

¿Existe una hora perfecta para acostarse?

Si bien el estudio no establece una “hora mágica” que sirva para todos, expertos en sueño coinciden en que lo ideal es dormir entre 7 y 9 horas por noche. Esto implica ajustar el horario de acostarse según la hora en que se debe despertar.

Dormir tarde de manera habitual se ha asociado a riesgos como:

* Problemas cardiovasculares.

* Alteraciones metabólicas.

* Menor rendimiento cognitivo.

Por ello, los especialistas recomiendan establecer horarios fijos para dormir y despertar, así como crear un ambiente propicio para el descanso, evitando pantallas y estimulantes como la cafeína antes de acostarse.

Estrategias para conciliar el sueño más rápido

Entre las recomendaciones para mejorar la calidad del descanso destacan:

1) Rutina nocturna consistente: ir a la cama y levantarse a la misma hora todos los días.

2) Ambiente adecuado: habitación oscura, fresca y silenciosa.

3) Desconexión tecnológica: apagar dispositivos al menos 30 minutos antes de dormir.

4) Relajación previa: lectura, meditación o respiración profunda.

5) Alimentación ligera: evitar comidas pesadas y bebidas con cafeína por la noche.

En un mundo acelerado, las horas de sueño suelen sacrificarse para cumplir con compromisos laborales, académicos o familiares. Sin embargo, este estudio refleja que incluso quienes tienen la intención de acostarse temprano, muchas veces no logran hacerlo debido a múltiples factores.

La calidad y la cantidad de sueño son igual de importantes que la dieta o el ejercicio para mantener un estilo de vida saludable. Dormir bien no solo mejora el estado de ánimo, sino que también fortalece el sistema inmunológico, regula el metabolismo y potencia la concentración.

En definitiva, más que buscar una “hora perfecta” universal, cada persona debería analizar su rutina, ajustar sus hábitos y priorizar el descanso.

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