Fallece anticastrista Eduardo Arocena tras una vida marcada por la violencia y la prisión

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MIAMI.- Eduardo Arocena Gómez, fundador del grupo armado anticastrista Omega 7 y una de las figuras más controvertidas del exilio cubano, falleció este martes en su residencia del suroeste de Miami a los 81 años.

Arocena murió rodeado de su familia, cuatro años después de recibir una liberación humanitaria debido a un grave deterioro de su salud tras pasar 39 años en prisiones federales.

Su muerte cierra un capítulo de la lucha contra el régimen de Fidel Castro desde Estados Unidos, donde fue procesado y condenado por liderar una organización a la que se le atribuyeron asesinatos y atentados con bombas.

Organización clandestina

Nacido en Caibarién, Cuba, en 1943, Arocena emigró a Estados Unidos en la década de 1960 y se estableció en Nueva Jersey. Insatisfecho con la oposición política al régimen de Castro, fundó el 11 de septiembre de 1974 la organización clandestina Omega 7.

El grupo, compuesto inicialmente por siete miembros, se convirtió en una de las células más activas del exilio, con operaciones principalmente en Nueva York, Nueva Jersey y Florida.

Bajo el liderazgo de Arocena, Omega 7 fue señalada de crímenes notorios como el asesinato de Eulalio José Negrín, un activista procastrista, en 1979, y el del diplomático cubano ante la ONU, Félix García Rodríguez, en 1980.

Los objetivos de sus ataques también incluyeron las misiones diplomáticas de Cuba y la Unión Soviética, el Lincoln Center for the Performing Arts y empresas que mantenían relaciones comerciales con la isla.

Captura, juicio y una larga condena

El historial de Arocena culminó con su arresto en Miami el 22 de julio de 1983. En un juicio celebrado en Nueva York en 1984, con el entonces fiscal Rudolph Giuliani a cargo de la acusación, fue declarado culpable de 25 cargos, que incluían terrorismo, asesinato y conspiración. La sentencia fue de dos cadenas perpetuas más 35 años adicionales de prisión.

Arocena pasó casi cuatro décadas en cárceles de máxima seguridad, un período durante el cual sectores del exilio lo consideraron el "preso político cubano más antiguo en Estados Unidos".

Su salud se deterioró drásticamente a raíz de un derrame cerebral que sufrió en 2011, lo que le provocó la pérdida del habla y una parálisis parcial.

Finalmente, el 25 de junio de 2021, las autoridades estadounidenses le concedieron la libertad por razones humanitarias, tras lo cual regresó a Miami para pasar sus últimos años bajo el cuidado de su esposa, Miriam, y sus hijos.

Legado

La figura de Eduardo Arocena generaba opiniones divididas. Para una parte del exilio cubano, fue un patriota que recurrió a las armas como única vía para combatir una dictadura.

Tras su fallecimiento, su hijo Frank Arocena declaró: "Mi padre hizo todo lo que pudo por Cuba".

Su muerte simboliza el fin de una era de lucha armada anticastrista caracterizada por la violencia, que dejó profundas cicatrices tanto en la comunidad cubana como en la sociedad estadounidense.

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