
Con el Plan “El pueblo va a los cuarteles” Nicolás Maduro llamó a que los millones de milicianos que asegura tener como defensa a la amenaza que le representa la operación antinarcóticos de los Estados Unidos, se concentraran en 312 instalaciones militares para una “fase avanzada de entrenamiento y cohesión de combate”, pero los cuarteles lucieron solos; en los más representativos hicieron presencia algunas decenas, principalmente de empleados de la administración pública.
Los mensajes enviados a los inscritos en la página del Sistema Patrio, de los teléfonos, de las listas en WhatsApp y Telegram fueron reiterados en la convocatoria para que se presentaran a las instalaciones militares de su jurisdicción. La respuesta masiva se reflejó en la soledad de los cuarteles.
Ni los Cuerpos Combatientes del país ni la Milicia Nacional asistió masivamente al llamado, mucho menos el pueblo convocado para la jornada de adiestramiento e instrucción.
Para la convocatoria Maduro ordenó concentrarse desde las 9 de la mañana en las instalaciones militares donde recibirían orientación en el “empleo de los sistemas de armas, organización para las operaciones, todo lo que es el desarrollo de los hábitos y habilidades en el despliegue de las operaciones militares de día, de noche, de madrugada”.

En el Fuerte Manaure, en la población de Carora, estado Lara, se evidenció el fracaso de la convocatoria, a la que asistieron dirigentes del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) vinculados directamente al poder.
Lo que se visualiza a través de las gráficas del evento es una plataforma semivacía y notable ausencia de participación ciudadana o militar activa. “Lo que se esperaba fuera una jornada de adiestramiento y práctica, se convirtió en una simple parada protocolar, sin entusiasmo ni respaldo”, le dice a Infobae un vecino de la zona.
A su juicio “nadie quiere ser carne de cañón. La desconfianza, el desgaste y el rechazo a las imposiciones se hicieron visibles en cada rincón del Fuerte Manaure”.
En el estado Cojedes, en la instalación militar ubicada en San Carlos, acudieron poco más de una docena de personas.

Los obreros de las empresas estatales, ni siquiera de Petróleos de Venezuela (Pdvsa), se presentaron a los cuarteles. Algunos funcionarios de la Brigada de la Guardia de Honor Presidencial (GHP), militares de las dependencias de Fuerte Tiuna y los dirigentes políticos más comprometidos estuvieron para los actos, pero ninguna actividad adicional.
Los trabajadores del Ministerio del Despacho de la Presidencia y Seguimiento de la Gestión de Gobierno, a cargo del vicealmirante Aníbal Coronado, asistieron al adiestramiento militar.
Se hicieron tomas y videos a algunas de las personas presentes, se gritaron consignas contra Estados Unidos como “gringo go home”, a la vez que aseguraban defender la patria porque “somos un pueblo de libertadores”.
El jefe de Gobierno de Caracas, Nahum Fernández, manifestó que “fue un desbordamiento de amor, el pueblo activo en defensa de la paz, para defender su territorio, sus montañas, sus campos”.

En los lugares donde concentraron más personas fue en aquellas instalaciones militares, como el cuartel “Abelardo Mérida” de Maracay, estado Aragua, donde hizo presencia algún dirigente nacional, en este caso el ministro del Interior y Justicia, Diosdado Cabello Rondón, quien llegó de uniforme y portando arma larga.
Entre los asistentes estuvo uno de los radicales de la revolución bolivariana, Brullerby Suárez, alcalde del municipio Mario Briceño Iragorry, estado Aragua.
Otra de las figuras identificada como una radical madurista, que estuvo presente, fue la gobernadora Joana Norelis Sánchez, quien se ve en imágenes y videos mientras se entrena en el manejo de las armas.
Aun así, el número de alistados que se acudieron a la convocatoria realizada por Nicolás Maduro fue muy baja.
Freddy Alirio Bernal Rosales, gobernador del Táchira, se ubicó en el Comando de Zona de la Guardia Nacional en San Cristóbal, dijo que “no somos guerreristas, queremos la paz, pero ante el asedio de una potencia extranjera, un pueblo movilizado y consciente”.
“Aquí no se ofrece nada material. Se ofrece que la patria siga en paz”, destacando que la primera etapa era alistarse que va a seguir, seguido de cohesión y adiestramiento, luego vendrá la formación ideológica y “la lucha armada si fuera necesario” ante la agresión de una potencia extranjera o “de un enemigo interno que nunca se descarta”, aseveró Bernal.

En el caso del ministro de la Defensa y vicepresidente sectorial de Defensa y Soberanía, GJ (Ej) Vladimir Padrino López aseguraba que a los 312 puntos de encuentro y unidades tácticas de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana estaba acudiendo el pueblo de Venezuela, en más de 8 millones milicianos registrados.
El titular castrense estuvo presente en el Polígono Libertador en Fuerte Tiuna, junto a la almirante Carmen Teresa Meléndez Rivas y la vicepresidente Delcy Eloína Rodríguez Gómez, así como algunos diputados, entre ellos Génesis Josef Garvett Romero.
Padrino insistió en que ahí se encontraban “los interesados en defender su patria, que es deber de todos, sin ambigüedad y sin titubeo”, agregando que se está en la etapa de “adiestramiento y cohesión”.
Aclaró que los recién ingresados como milicianos se están familiarizando con el “armamento, instrucción teórica y práctica”, con eventos progresivos que eleven el apresto operacional.
Hizo otra vez el llamado a que se inscriban a través del Sistema Patria que se mantienen abierto de manera permanente, recalcando que ninguna guerra se gana “sin el apoyo del pueblo, absolutamente”.

Padrino López dijo que “la lucha nuestra es una lucha nacional, la Fuerza Armada que tiene las armas de la República ama la paz; pero, tampoco se equivoquen. Para eso nos estamos preparando, a máxima presión por allá, máxima preparación por aquí para defender la paz”.
Recordó que “la apertura de los cuarteles para el pueblo sucedió hace más de 20 años y la Fuerza Armada lo ha procesado perfectamente, porque nosotros somos del pueblo, no somos ninguna élite”.
Ratificó que se encuentran en un contexto de “amenaza militar, no es una retórica, es el apostamiento de buques de guerra en el caribe, apuntando a Venezuela” y citó a Cipriano Castro.
Aseguró que seguirán haciendo ese tipo de llamados. “Con los nuevos incorporados volverá un proceso de adiestramiento, para que esas 8 millones de personas tenga un arma, una misión y un lugar qué defender”.
A su juicio los que están “en la administración actual de los Estados Unidos son unos extremistas, con profundo odio, con profunda fijación en Venezuela, no solo por sus riquezas, sino por su Constitución, el proceso político venezolano y lo que existe en el subsuelo”.