
Con la presencia de profesionales, investigadores, enfermeros, pacientes y representantes de la industria farmacéutica, entre el 30 de mayo y el 3 de junio, se realizó el Congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica. De esta manera, la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, fue la sede donde se presentaron los avances en la investigación, el uso de la inteligencia artificial (IA), los nuevos tratamientos y las estrategias para mejorar la atención al paciente con cáncer.
“Anualmente, los dos congresos internacionales más importantes en el campo de la especialidad son el de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO) y el de la European Society of Medical Oncology (ESMO)”, explica el doctor Matías Chacón, quien se desempeña como jefe de Oncología del Instituto Alexander Fleming (IAF), director académico del Instituto Misionero del Cáncer y, además, integra la dirección de la carrera de especialista en Oncología de la Universidad de Buenos Aires.
Al respecto, agrega que, en Argentina, se realiza también un evento anual organizado por la Asociación Argentina de Oncología Clínica, donde se dan a conocer los trabajos más importantes de los congresos internacionales. “En julio de este año, en Mar del Plata, con la participación de casi 1000 especialistas, presentamos las novedades del Congreso Norteamericano, así como también otros trabajos propios de Argentina”.
“La investigación nunca se detiene y es muy relevante que se difunda para erradicar la idea de que el cáncer es sinónimo de muerte”, afirma esta eminencia en Oncología.
Entre los principales avances compartidos durante en el evento de las investigaciones y las innovaciones terapéuticas, el doctor Chacón destaca el rol de la inmunoterapia, la importancia de la actividad física y el papel de la inteligencia artificial en oncología.

-La inmunoterapia es un tratamiento conocido contra el cáncer. ¿Qué novedades se presentaron?
Es una herramienta conocida en el tratamiento contra el cáncer que utiliza el sistema inmunológico del propio paciente para combatir la enfermedad. La novedad es que se identificó la forma de potenciar la interacción entre las células tumorales y el sistema inmunológico, a través de la cual se puede potencialmente erradicar la enfermedad.
Esto cambió la historia del cáncer, ya que antes se pensaba que cada órgano tenía un tumor específico al se le daba un tratamiento determinado. Ahora se sabe que el sistema inmunológico actúa de manera similar en la mayoría de los órganos, por lo que las enfermedades pueden ser combatidas con los mismos medicamentos. Por ejemplo, el melanoma puede tratarse con los mismos medicamentos que se usan para el cáncer de riñón, de colon o de cuello uterino. ¿Cómo se logra? Fortaleciendo el sistema inmunológico y dándoles herramientas a las células, a los linfocitos, para que eliminen el tumor mediante señales como el CTLA-4, PD 1 y PDL 1, entre otras. Gracias a esto, pacientes con melanoma metastásico, antes incurables, ahora tienen una chance mayor al 50 % a los 10 años de estar libres de enfermedad.

-¿Cuáles son los mecanismos biológicos que explican cómo la actividad física puede mejorar las tasas de curación y supervivencia?
-Existe un estudio presentado en el Congreso Americano de Oncología, realizado en 35 centros a nivel mundial, que incluyó a 900 pacientes con cáncer de colon en etapas 2 y 3 que habían sido operados y tenían una probabilidad de curación del 70-80 %. Se los dividió en dos grupos: uno de ellos realizó actividad física reglada durante 3 años, mientras que el otro no. El grupo que hizo ejercicio tuvo un 10 % más de probabilidad de curarse. Otros estudios relacionados con cáncer de mama, colon y útero han demostrado lo mismo. En esa línea, se presentó información sobre tumores digestivos que indica que el ejercicio es la mejor estrategia de protección para evitar que una persona vuelva a desarrollar cáncer de colon o muera a causa de él.
Esto demuestra que evitar el sedentarismo incrementa las posibilidades de curación e, incluso, ayuda a prevenir el sobrepeso, un factor que contribuye al desarrollo del cáncer.
Además de estas dos investigaciones, se presentaron avances significativos en el tratamiento de cáncer de esófago, estómago, colon, melanoma y cuello uterino. Estos avances tienen un impacto positivo y mejoran las estadísticas tanto para pacientes con posibilidades de curación como para aquellos en quienes se busca prolongar la vida y brindar esperanza.

-¿Hubo algún avance en las investigaciones sobre el cáncer de mama, el más frecuente en nuestro país?
-Actualmente, hay más de 500 estudios en curso que exploran nuevas estrategias que han revolucionado el tratamiento del cáncer de mama. Esto se debe al desarrollo de una tecnología que permite identificar y atacar una proteína específica presente en las células tumorales y vecinas, lo que potencia el tratamiento y minimiza los efectos secundarios. Este tipo de enfoque se está investigando para su aplicación en otros tipos de cáncer.
-Un tema clave del congreso es el referido a la inteligencia artificial (IA). ¿Qué rol puede cumplir en el área médica?
-Si bien la IA es muy útil en diversos ámbitos de la medicina (en la interpretación de imágenes o en la distinción de lesiones o blancos terapéuticos, por mencionar solo algunas aplicaciones), no puede reemplazar al especialista ni la información que necesita un paciente para acceder a un tratamiento. La IA habla de promedios y esa información es engañosa, porque el paciente no es un número, sino un individuo particular.
En cuanto a la incorporación de su uso en la estructura sanitaria, la realidad es que, en la Argentina, la falta de registros de cáncer e historias clínicas únicas constituye una muy importante limitación.

-Por último, ¿es real esta sensación de que en la actualidad hay cada vez más personas enfermas de cáncer?
-No. En 1950, la probabilidad de desarrollar cáncer era de una en ocho personas. Hoy, si vivimos en una zona desarrollada, esa probabilidad aumenta a una en tres o cuatro. Sin embargo, si consideramos todo el planeta, la probabilidad es de una en siete. Esta diferencia se debe a la inclusión de África, continente que, pese a tener siete veces más de población que las Américas, colabora solo con el 6 por ciento del cáncer mundial. ¿Cuál es la razón? Que la gente muere más joven por otras causas como el hambre, infecciones, desnutrición, diarreas, etc. Hay más cáncer porque la población vive más años y los métodos de detección permiten diagnósticos que antes no eran factibles por la falta de tecnología. Hay más cáncer porque vivimos más gracias a las mejorías higiénicas, vacunas, antibióticos y antihipertensivos, entre otras intervenciones médicas y sanitarias, que prolongan la vida de las personas.