El ex presidente brasileño Jair Bolsonaro, que cumple prisión domiciliaria mientras es juzgado por golpismo, abandonó este sábado la residencia en Brasilia en la que está recluido hace dos semanas para someterse a una serie de exámenes médicos en un hospital, autorizado por la Corte Suprema.
El líder de la ultraderecha brasileña, de 70 años, llegó al hospital particular DF Star de Brasilia hacia las 9.00 hora local (12.00 GMT) y se limitó a saludar a un grupo de militantes que lo esperaban en la puerta del centro médico, a quienes aclaró que la Justicia le impedía hablarles.
La previsión, según la autorización expedida por el magistrado Alexander de Moraes, el juez instructor en el proceso que se le sigue por golpismo en la Corte Suprema, es que el ex mandatario permanezca en el hospital hasta unas ocho horas para los exámenes recomendados por sus médicos.
El capitán de la reserva del Ejército será sometido a nueve procedimientos, incluyendo endoscopia, ecografía, tomografía y exámenes de sangre y orina.
Los médicos recomendaron los procedimientos luego de que Bolsonaro se quejara de que, desde que está en prisión domiciliaria, se agravaron sus crisis de hipo y de falta de aire recurrentes de una esofagitis provocada por la prolongada y demorada cirugía a la que fue sometido en el abdomen en abril pasado.
“Estuve con él el miércoles, cuando estaba con mucho hipo y hasta dificultades para hablar. La frecuencia de esas crisis, que aumentaron desde que está en prisión domiciliar, hicieron como que los médicos pidieran la serie de exámenes”, afirmó el senador Flávio Bolsonaro, su hijo mayor y uno de entre varios políticos que han recibido autorización para visitarlo.
El pequeño grupo de manifestantes que esperó a Bolsonaro en la puerta del hospital exhibió banderas y mensajes de apoyo a Estados Unidos, país cuyo presidente, Donald Trump, condicionó el levantamiento de las sanciones arancelarias que impuso a Brasil a la suspensión de los procesos penales contra el líder ultraderechista.
Bolsonaro está en régimen de prisión domiciliara desde el 4 de agosto por haber violado las medidas cautelares que le fueron impuestas en el marco del juicio en el que la Fiscalía le acusa de liderar un golpe de Estado contra el actual presidente, Luiz Inácio Lula da Silva.
Su salida provisional de la prisión domiciliaria se produjo un día después de que la Corte Suprema de Brasil anunciara que la fase final del juicio que se le sigue por golpismo comenzará el próximo 2 de septiembre.
Además del ex presidente a partir de ese día comenzarán a ser juzgados otros siete acusados de formar parte del llamado “núcleo central” de la trama golpista, que al igual que el exmandatario se enfrentan a condenas que podrían oscilar entre doce y cuarenta años de prisión.
Los ocho acusados responden por los presuntos delitos de golpe de Estado, intento de abolición del Estado democrático de derecho, asociación armada para delinquir, daño calificado al patrimonio público y deterioro del patrimonio público.
Según la Fiscalía, el complot golpista fue concebido después de que Bolsonaro fuera derrotado por Lula en las presidenciales de octubre de 2022, cuando fueron discutidas medidas para desconocer las elecciones por supuesto fraude y declarar estado de sitio.
La Fiscalía afirma que, tras el fracaso de los planes iniciales, los acusados habrían incitado el asalto a Brasilia del 8 de enero de 2023, una semana después de la investidura de Lula, cuando miles de bolsonaristas asaltaron las sedes de los tres poderes del Estado y exigieron que las Fuerzas Armadas derrocaran al nuevo Gobierno.
(Con información de EFE)