
Tres días después de despedir a su madre, Kaitlyn Dever se enfrentó al que describió como “uno de los mayores retos” de su carrera actoral: interpretar a Abby en The Last of Us, la exitosa serie de HBO.
La actriz, conocida por su intensidad emocional en pantalla, trasladó el dolor más íntimo de su vida personal a una de las secuencias más conmovedoras y violentas de la televisión reciente. Según GQ, aquella experiencia marcó un antes y un después tanto en su vida profesional como en su forma de enfrentar el duelo. “Fue la cosa más loca que he hecho en mi vida”, confesó.
La madre de la actriz, falleció en febrero de 2024 tras una larga lucha contra el cáncer de mama. Durante más de una década, Kaitlyn vivió bajo el peso de la incertidumbre. “Siempre sentía que... lo peor que me podía pasar era perder a mi mejor amiga. Y siempre pensé que no podría seguir adelante”, relató.
Cuando la salud de su madre se deterioró repentinamente a finales de 2023, Dever comenzó a prepararse para lo inevitable. Aun así, la pérdida la dejó “en estado de shock”.

En los días más oscuros posteriores a la muerte de Kathy, Dever encontró una fuente inesperada de consuelo en una entrevista de Andrew Garfield, donde el actor hablaba sobre cómo la muerte de su madre lo llevó a reinterpretar el significado del arte. “Me aferré mucho a esa idea: que este dolor se puede transformar en algo”.
Apenas tres días después del funeral de su madre, Kaitlyn Dever se presentó en el set de The Last of Us . Su primera escena fue la más exigente: el enfrentamiento entre Abby y Joel, interpretado por Pedro Pascal, en una secuencia donde el personaje de Abby asesina al hombre que mató a su padre años atrás. “No hubo tiempo para ensayar. Nos pusimos manos a la obra sin más”, relató.
Repetir una y otra vez la línea “encontré el cuerpo de mi padre” fue devastador. “Acababa de experimentarlo... fue una locura repetir esa línea una y otra vez porque acababa de verla. Ya no estaba viva y vi su cuerpo en el hospital. Y esa experiencia es desgarradora. Nada será tan malo como eso”, afirmó Dever. Aquella escena se convirtió en una forma cruda de terapia: “Fue terapéutico y doloroso a la vez”.
Pedro Pascal fue testigo directo de la intensidad emocional que Dever imprimió a la escena. Citado por GQ, expresó: “Observé su habilidad, resiliencia, inteligencia y profunda sensibilidad, y es algo que nunca olvidaré”. Según el actor, aunque sus personajes estaban envueltos en violencia y tragedia, como compañeros de trabajo compartían un entendimiento emocional más profundo.

El equipo de producción respetó la decisión de Dever de no hablar sobre su duelo durante el rodaje. “No quería que nadie lo mencionara. Quería hacer mi trabajo”, explicó. A pesar del silencio, la tensión emocional era palpable. “Creo que todos sabían lo que estaba pasando, pero también sabían que necesitaba espacio”.
La elección de Kaitlyn Dever como Abby no estuvo exenta de polémica. En la adaptación del videojuego original, el personaje ya había generado reacciones divididas. La actriz Laura Bailey, quien dio voz a Abby en el videojuego, llegó a recibir amenazas.
Dever era consciente del desacuerdo que había. “Soy plenamente consciente de esa conversación sobre su apariencia. No tengo mucho control sobre lo que dicen de mí, y me parece bien. Ya lo he aceptado”.
En lugar de dejarse afectar por las críticas, Dever se apoyó en los creadores de la serie, Neil Druckmann y Craig Mazin, quienes la eligieron desde el inicio. “Su principal objetivo y preocupación era asegurar que el viaje emocional fuera lo más importante, y lo agradecí mucho”, destacó.

Aunque revisa ocasionalmente los comentarios en línea, ha aprendido a enfocarse en el respaldo que recibe. “Me sentí muy bien al saber que alguien siente lo mismo. Saber que alguien puede identificarse con lo que siento me hace sentir menos sola”.
Volver una y otra vez a las escenas más difíciles funcionó, para ella, como una especie de exposición emocional controlada. “Fue muy duro, pero supongo que me impulsó a pensar más en ello. Si hubiera tenido unos meses entre estas cosas, quizá lo habría procesado de otra manera. Quizá, en cambio, lo habría ignorado más”.
Para Kaitlyn, hablar de su madre es una forma de mantenerla viva. “Quienes pierden a un ser querido quieren que se les pregunte sobre la persona que perdieron. Me gusta hablar de ella. Compartir mi experiencia podría ayudar a alguien más en su propia experiencia”, dijo.

En su testimonio a GQ, Kaitlyn Dever dejó claro que el dolor no desaparece, pero puede resignificarse. En su caso, se convirtió en una fuerza interpretativa capaz de conmover a millones, y en un puente para conectar con quienes también atraviesan pérdidas.