La Policía de Nueva York (NYPD) se encuentra en la búsqueda de un hombre sospechoso de arrojar un objeto sexual durante un partido de la WNBA, incidente en el que una niña de 12 años resultó golpeada en la pierna. El hecho ocurrió el pasado martes 5 de agosto en el Barclays Center de Brooklyn, durante el enfrentamiento entre el New York Liberty y el Dallas Wings.
Las autoridades difundieron imágenes y un video del sospechoso, un hombre que vestía una camiseta con la imagen de la serie animada “Beavis and Butt-Head”, una gorra de Ohio State, pantalones cortos y zapatos negros. Según la policía, el individuo lanzó el objeto que impactó contra la pierna derecha de la menor, quien reportó dolor pero no requirió hospitalización.
Una portavoz del New York Liberty informó que el equipo “está colaborando con las fuerzas de seguridad”, ante la investigación en curso. “Todo lo que podemos compartir en este momento es que hay una investigación en marcha y que estamos cooperando con las autoridades”, detalló el comunicado difundido por el club.

El incidente no es aislado. En las últimas dos semanas, la WNBA ha sido escenario de episodios similares en varias ciudades de Estados Unidos. El primer caso reciente fue el 29 de julio, durante un partido entre el Golden State Valkyries y el Atlanta Dream en College Park, Georgia.
Desde entonces, se han registrado lanzamientos de objetos sexuales durante partidos en Phoenix, Chicago y Los Ángeles. En algunos casos, las autoridades ya han realizado arrestos: dos hombres están detenidos por los incidentes en Georgia y Phoenix.
Desde la liga, la postura es contundente. “La seguridad de todos en nuestros estadios es una prioridad”, sostuvo un portavoz de la WNBA. “Estamos trabajando estrechamente con la policía local y federal para aplicar todas las medidas apropiadas, incluidas detenciones y procesamientos por delitos graves contra quienes participen o fomenten estas conductas temerarias e inaceptables”.
Los reiterados disturbios han provocado malestar entre jugadoras y entrenadores, así como discusiones públicas sobre la seguridad en los estadios y la percepción sobre el profesionalismo de la liga femenina.
En Chicago, el objeto arrojado durante la última jugada del partido entre el Atlanta Dream y el Sky atrajo la atención sobre la necesidad de reforzar los controles en los eventos.
En Los Ángeles, el objeto casi impactó a Sophie Cunningham, jugadora de Indiana Fever, quien después se expresó en su pódcast: “todos intentamos conseguir que la WNBA se tome en serio, y entonces pasa esto ¿Cómo vamos a lograrlo así?”.
Organizaciones y entrenadores también han apuntado al problema de fondo: la sexualización de las atletas. “Esto ha venido ocurriendo durante siglos. Es la más reciente versión de la sexualización de las mujeres. No es divertido y no debería ser motivo de bromas”, afirmó Cheryl Reeve, entrenadora de Minnesota Lynx. “La sexualización de las mujeres es utilizada para oprimirlas, y esto no es distinto”.

Jugadoras como Isabelle Harrison, del Liberty, han denunciado en redes sociales los fallos en los protocolos de seguridad. “¿¡Seguridad en el estadio!? ¿Hola??! Por favor, mejoren. No es gracioso. Nunca lo fue. Lanzar cualquier cosa a la cancha es peligroso”, expresó Harrison en su cuenta de X.
Además del malestar causado entre afición y deportistas, el fenómeno ha dado paso incluso a la apertura de mercados ilegales de apuestas, donde se permite a usuarios especular sobre si objetos sexuales volverán a ser arrojados durante partidos futuros.
Hasta el momento, no se han registrado casos similares en otras ligas profesionales. El impacto en la WNBA va más allá del ámbito deportivo, beneficiando solo a quienes buscan trivializar o sabotear el avance del deporte femenino.
La NYPD continúa solicitando colaboración ciudadana para identificar al responsable del incidente en Brooklyn, al tiempo que equipos, jugadores y directivos reiteran el llamado al respeto y a la protección de la integridad durante los eventos deportivos.