La puerta de un avión de Alaska Airlines se desprendió en pleno vuelo por omisiones de los fabricantes: informe

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La NTSB publicó el informeLa NTSB publicó el informe sobre el accidente de Alaska Airlines (NTSB)

La National Transportation Safety Board (NTSB) identificó una cadena de fallas en los procesos de fabricación, inspección y supervisión como la causa que permitió la expulsión de un panel de puerta (“door plug”) en un vuelo de Alaska Airlines realizado por un Boeing 737 Max 9 en enero de 2024. La presidenta de la NTSB, Jennifer Homendy, explicó que la emergencia ocurrió porque “un accidente así solo sucede cuando hay múltiples fallos del sistema”. El panel se desprendió poco después del despegue desde Portland, Oregon, provocando descompresión en la cabina y lesiones leves en ocho ocupantes.

La investigación de la NTSB evidenció que los pernos que aseguraban el “door plug” se retiraron durante una reparación en la fábrica de Boeing y no se volvieron a instalar. Ni Boeing ni Spirit AeroSystems, que fabricó e instaló el panel, dejaron registro de este procedimiento. Las autoridades de la NTSB subrayaron que “la tripulación no debió ser heroica, porque este accidente nunca debió haber sucedido” y agregaron que tanto Boeing como la Federal Aviation Administration (FAA) no aseguraron los niveles de seguridad necesarios para el modelo afectado.

Luego del suceso, Boeing y Spirit AeroSystems trabajan en un rediseño del sistema de puertas para agregar un mecanismo de respaldo, informó AP. Sin embargo, la FAA estima que la validación de estos cambios no se producirá antes de 2026. Los equipos técnicos de la NTSB esperan aprobar nuevas recomendaciones para reforzar los controles internos y externos en la fabricación y monitoreo de aeronaves.

El incidente ocurrió en eneroEl incidente ocurrió en enero de 2024 y se produjo luego de 154 vuelos de la aeronave. (NTSB)

De acuerdo con los resultados de la investigación de la NTSB, el vuelo 1282 de Alaska Airlines despegó del aeropuerto de Portland rumbo al Aeropuerto Internacional de Ontario en California con 171 pasajeros. Al alcanzar los 4.800 metros de altitud (16.000 pies), el panel de 61 por 122 centímetros (2 por 4 pies), situado sobre una salida de emergencia inutilizada, detrás del ala izquierda, se desprendió del fuselaje. La rápida descompresión provocó la activación de las mascarillas de oxígeno y la expulsión por succión de objetos personales, así como un fuerte ruido reportado por varios pasajeros.

Siete pasajeros y un auxiliar de vuelo sufrieron lesiones leves, y la tripulación pudo regresar la aeronave a Portland y aterrizar sin víctimas fatales. Testigos relataban una sensación de desorientación y pérdida de referencias cuando se produjo el suceso. Un pasajero, Kelly Bartlett, contó a AP: “Sabíamos que algo andaba mal. No sabíamos qué ni cuán grave era. No sabíamos si íbamos a estrellarnos”.

El análisis detalló que solo siete asientos estaban desocupados, incluidas las dos plazas más cercanas a la abertura que dejó el panel. Objetos personales, teléfonos móviles y ropa salieron impulsados al exterior del avión. El impacto fue atenuado por las decisiones de la tripulación y la circunstancia de que el recorrido se realizaba sobre tierra firme, condición establecida por Alaska Airlines debido a una avería pendiente de solucionar en la bomba de combustible del avión.

La NTSB destacó que el desprendimiento del panel ocurrió tras 154 vuelos anteriores en que la pieza fue desplazándose progresivamente hacia arriba, tras haber sido reinstalada sin pernos. La causa, según la agencia, fue la cadena de omisiones en la fábrica: trabajadores de Boeing retiraron el “door plug” para reparar remaches y lo reinstalaron sin los pernos que lo fijaban, y no documentaron el procedimiento en los informes de manufactura consultados por la investigación, informó AP.

Boeing logró un acuerdo conBoeing logró un acuerdo con las autoridades estadounidenses para evitar consecuencias legales. (NTSB)

La NTSB concluyó que el alcance de las auditorías realizadas por la FAA sobre la producción de Boeing era variable y limitado. Aunque la agencia reguladora ejecuta más de 50 auditorías anuales, no cuenta con criterios claros sobre los aspectos que deben revisarse ni mantiene registros suficientes, ya que los reportes anteriores se eliminan tras cinco años, citó AP. Las inspecciones no se planificaban en función de problemas detectados con anterioridad, lo que debilitó el control sobre posibles deficiencias sistémicas.

Desde la crisis de seguridad del 737 Max (tras los accidentes de 2018 en Indonesia y 2019 en Etiopía, que causaron en total 346 muertos) Boeing había implantado en 2015 un nuevo plan corporativo de seguridad exigido tras un acuerdo judicial, pero la NTSB indicó que este solo llevaba dos años en desarrollo cuando se fabricó el avión de Alaska Airlines implicado en el incidente reciente.

A raíz del incidente, la FAA ha limitado la producción de Boeing 737 Max a 38 aviones mensuales, en tanto se revisa la implementación de nuevas medidas de seguridad, según AP. Por su parte, Boeing y Spirit AeroSystems avanzan en el rediseño de sistemas para prevenir la repetición de estos fallos. Las autoridades estadounidenses evitaron llevar a Boeing ante la justicia penal por la gestión previa de los fallos del 737 Max tras alcanzar un acuerdo con el Departamento de Justicia el mes pasado, según AP.

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