
Taylor Swift ha conseguido lo que parecía imposible: recuperar el control total sobre el catálogo musical que marcó el inicio y la consolidación de su carrera.
Seis años después de que los derechos de sus primeros seis álbumes fueran vendidos al empresario Scooter Braun sin su consentimiento, la cantante finalmente ha comprado su discografía completa a la firma de capital privado Shamrock Capital.
La cantautora celebró esta victoria personal el viernes, y confirmó que finalmente era dueña de los masters, videos musicales, películas de conciertos, arte visual y canciones inéditas en relación a los discos que publicó entre 2006 y 2017.
Braun había vendido ese catálogo a la firma en 2020, después de adquirirlo previamente en 2019 al comprar Big Machine Records, el sello discográfico con el que Swift debutó.

Aunque los detalles financieros del nuevo acuerdo no han sido divulgados oficialmente, una fuente citada por Variety señaló que el precio pagado por Swift fue “considerablemente más cercano a los 300 millones de dólares” —la cifra que Shamrock habría abonado a Braun en 2020— que al rango de “600 millones a 1.000 millones” que se había rumoreado días atrás.
“Toda la música que he hecho ahora me pertenece”, escribió Swift en un emotivo comunicado publicado en su sitio web. “Decir que este es el mayor sueño hecho realidad es, en realidad, quedarme corta”.
Swift agradeció a sus seguidores, haciendo énfasis en que su apoyo fue clave para alcanzar este objetivo.
Scooter Braun, quien fuera calificado como antagonista en este drama, ofreció una declaración breve tras las recientes novedades.
“Estoy feliz por ella”, dijo a la prensa estadounidense.

Aunque semanas atrás se sugirió que el productor había tenido alguna participación en la operación, fuentes cercanas al trato alcanzado desmintieron esa teoría.
“Contrario a un informe previo falso, no hubo ninguna parte externa que ‘alentara’ esta venta. Todo el crédito legítimo por esta oportunidad debe ir a los socios de Shamrock Capital y al equipo de gestión de Taylor en Nashville únicamente”, indicó la fuente a PEOPLE. “El logro ocurrió a pesar de Scooter Braun, no gracias a él”.
La disputa entre Swift y Braun comenzó oficialmente en junio de 2019, cuando Ithaca Holdings, empresa de Braun, adquirió Big Machine Records y con ello, los derechos de los primeros seis discos de Swift. La artista, quien había dejado ese sello en 2018, afirmó haberse enterado de la compra “al mismo tiempo que el mundo”.
En una declaración pública ese año, Swift expresó su indignación: “Todo lo que podía pensar era en el acoso manipulador e incesante que he recibido de su parte durante años. Scooter me despojó de la obra de mi vida, no se me dio la oportunidad de comprarla…”, escribió.

La compositora relató que había intentado negociar directamente con Braun para recuperar su música, pero se negó a firmar un acuerdo de confidencialidad que le impedía hablar negativamente sobre el empresario.
Cuando los derechos de sus masters pasaron a Shamrock Capital, Swift manifestó su preocupación porque Braun seguiría beneficiándose económicamente de su catálogo. Esa situación fue, según la artista, algo que obstaculizaba cualquier colaboración con la firma.
Como aún no había posibilidad de adquirir sus masters, Swift optó por una estrategia inusual pero efectiva: regrabar sus primeros seis álbumes y lanzarlos como “Taylor’s Version”. Desde 2021 ha publicado nuevas versiones de Fearless, Red, Speak Now y 1989, todas con gran éxito comercial y apoyo de sus seguidores.
En su reciente carta, la artista explicó por qué aún no ha regrabado Reputation: “Fue tan específico para ese momento de mi vida, y siempre me encontraba con un bloqueo cuando intentaba rehacerlo”.
Por ello, afirmó que ese es el único álbum de su etapa en Big Machine que no creía que pudiera mejorar con una nueva versión.