
George Clooney se encuentra en el centro del debate sobre la versatilidad en la actuación tras sus recientes declaraciones en torno a su papel protagónico en la nueva película de Noah Baumbach, Jay Kelly.
El actor de 63 años interpreta a una estrella de cine que enfrenta una crisis personal y profesional en el film que tendrá su estreno mundial en el Festival de Venecia antes de llegar a salas seleccionadas el 14 de noviembre y a Netflix el 5 de diciembre.
La película, escrita por Baumbach y Emily Mortimer, marca el regreso del director al cine tras White Noise y su colaboración como guionista en el éxito de taquilla Barbie.
En Jay Kelly, Clooney comparte pantalla con figuras como Adam Sandler, quien interpreta a su manager, y Laura Dern, en el papel de su publicista.
La trama sigue a Jay Kelly, una celebridad en la sexta década de su vida, mientras recorre Europa y asiste a un festival de cine italiano donde será homenajeado.

Durante el viaje, tanto el personaje de Clooney como el de Sandler se enfrentan a decisiones pasadas y reflexionan sobre los vínculos con sus seres queridos y el legado que dejarán.
Al abordar el proceso de rodaje con Noah Baumbach, George Clooney explicó que no pudo adaptarse completamente al método del director, conocido por realizar múltiples tomas para una misma escena.
“Literalmente le dije: ‘Noah, me encanta el guion. Me encanta que seas el director, pero tengo 63 años, amigo, no puedo hacer 50 tomas. Ya no tengo esa energía. Mi rango actoral va de la A a la B’”, relató Clooney.
Sobre su experiencia en el filme, manifestó: “Cuando tienes mi posición y mi edad, encontrar papeles como este no es nada común. Si no puedes aceptar envejecer, tienes que dejar el negocio y desaparecer. Ahora soy el tipo que, cuando persigue a un villano, resulta gracioso y no genera suspenso. Eso me parece bien. Lo acepto totalmente”.
Una de las aristas que explora Jay Kelly es la percepción de que Clooney siempre se interpreta a sí mismo en los proyectos donde participa, una crítica frecuente sobre su carrera. Consultado al respecto, el actor fue tajante.

“¿La gente dice que siempre me interpreto a mí mismo? Me importa un carajo”, expresó y continuó en su declaración: “No hay muchos actores de mi grupo etario que puedan hacer comedias como O Brother, Where Art Thou? y luego pasar a Michael Clayton o Syriana”.
En esa misma línea, insistió en que las críticas no le afectan. “Si eso significa que siempre hago de mí mismo, me importa un carajo. ¿Alguna vez han intentado hacer de ustedes mismos? No es fácil”, sostuvo.
George Clooney añadió que su trayectoria no siempre estuvo marcada por el éxito inmediato, factor que, según él, permitió una visión más equilibrada de su trabajo y de la industria.
“He sido beneficiario del hecho de que mi carrera no fue un éxito rotundo en direcciones distintas. No tuve verdadero éxito, de ese que puede ser cegador, hasta los 33 años. Llevaba 12 años trabajando antes. Eso me dio una comprensión real de lo efímero que es todo y de lo poco que depende de ti, con sinceridad”, explicó.

La película también pone en primer plano la labor de Adam Sandler, elogiado por Clooney por su capacidad dramática. “Este filme, más que cualquier otro que haya hecho Adam, muestra lo hermoso y sentido que es como actor”, señaló.
El actor comentó que pidió al elenco y el equipo que no trataran a Sandler como un “comediante”. “Cuando hace otros trabajos como Diamantes en bruto, la gente recuerda eso. No es solo un buen comediante”, destacó.
Jay Kelly cuenta, además, con un reparto integrado por Laura Dern, Billy Crudup, Riley Keough, Grace Edwards, Stacy Keach, Jim Broadbent, Patrick Wilson, Eve Hewson, Greta Gerwig, Alba Rohrwacher, Josh Hamilton, Lenny Henry, Emily Mortimer, Nicôle Lecky, Thaddea Graham, Isla Fisher, Louis Partridge y Charlie Rowe.

Para el director Noah Baumbach, el objetivo era claro desde el inicio: una estrella real debía interpretar a una estrella ficticia.
“Las estrellas son nuestros avatares. Son personas en las que invertimos, sobre las que proyectamos y a través de las cuales vivimos. Un protagonista famoso necesitaba interpretar a alguien famoso. Estaba en el ADN de la película: ¿qué significa si una estrella interpreta a una estrella y refleja nuestras propias vulnerabilidades y preguntas sobre la vida?”, indicó.