
Un estudio reciente reveló un alarmante deterioro en la salud mental de las madres en Estados Unidos, destacando una severa reducción en el porcentaje de aquellas que reportan sentirse en excelente estado.
Según la investigación, publicada en JAMA Internal Medicine, solo el 25,8% de las madres encuestadas en 2023 describieron su salud mental como “excelente”, lo que representa una disminución significativa frente al 38,4% registrado en 2016.
Este declive pone de manifiesto una emergencia en la salud de millones de familias y el impacto que este problema puede tener no solo en las madres, sino en sus hijos y en comunidades enteras.
El estudio, que abarcó a 189.417 madres entre 2016 y 2023, también refleja un incremento en el porcentaje de mujeres que definen su salud mental como “buena”, que pasó del 18,8% al 26,1%, mientras que aquellas que reportaron un estado de salud “regular o malo” aumentaron del 5,5% al 8,5%.

“Encontramos un aumento dramático en las madres que reportan una salud regular o mala, equivalente a un incremento del 64%”, explicó Jamie Daw, autora principal del estudio y profesora asistente en la Escuela Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, en declaraciones a ABC News.
Daw añadió que estas tendencias negativas comenzaron incluso antes de la pandemia del COVID-19, lo que apunta a factores sociales y estructurales de mayor amplitud. A estos problemas se suma un deterioro en la salud física de las madres.
El estudio indica que un 15% menos de mujeres reportaron tener una salud física “excelente” en 2023 en comparación con 2016, con más participantes indicando que su salud física era apenas “buena”. Este descenso no afecta a todas las mujeres por igual.
De acuerdo con los datos, son las madres más vulnerables —particularmente aquellas jóvenes, solteras, con niveles educativos bajos, con hijos multirraciales o sin acceso a seguros de salud adecuados— las más impactadas por estos problemas.

Los especialistas advierten que el deterioro de la salud mental de las madres no es un problema aislado. Según los expertos consultados por ABC News, la mala salud materna puede desencadenar efectos en cadena que afectan a futuras generaciones.
Jade Cobern, pediatra certificada y miembro de la Unidad Médica de ABC News, subrayó que “sabemos que una mala salud mental materna contribuye a la mortalidad materna y aumenta el riesgo de otros resultados negativos tanto para la madre como para el bebé”.
Cobern añadió: “Como pediatra, sé de primera mano que la salud de una madre es integral para el bienestar general de su hijo. Siempre digo a las madres de mis pacientes que cuidar su propia salud es parte de cuidar la salud de su bebé y debe ser una prioridad”.
El estudio también señala que el deterioro en la salud mental paterna ha seguido una tendencia similar, aunque las madres presentan tasas consistentemente peores: una de cada 12 mujeres indicó tener una salud mental “regular o mala”, en comparación con uno de cada 22 hombres.
Este dato refuerza la necesidad de abordar la salud mental de los padres desde una perspectiva más amplia, y no limitarse únicamente al periodo del embarazo o postparto.

Daw enfatizó que es crucial ampliar la conversación sobre la salud mental materna. “Necesitamos redefinir cómo abordamos la salud mental materna para no enfocarnos únicamente en el embarazo y el postparto. Las madres estadounidenses que crían a hijos de todas las edades están reportando una peor salud mental”, afirmó.
En línea con esta recomendación, el Cirujano General de Estados Unidos emitió en agosto de 2024 una advertencia sobre las crecientes presiones que enfrentan los padres, instando a implementar cambios en las políticas públicas, fomentar programas comunitarios y promover acciones individuales para apoyar la salud mental de los cuidadores. En el comunicado, consideró esta problemática como una prioridad de salud pública.
Cobern reiteró la necesidad de fortalecer los recursos de salud mental para los padres. “Como sociedad y comunidad médica, tenemos que continuar protegiendo y priorizando los recursos de salud mental para que todas las familias puedan prosperar. No hay vergüenza en hablar sobre la salud mental. Buscar ayuda cuando se necesita es una señal de gran fortaleza”, afirmó en sus declaraciones al medio.
El impacto de estas cifras y las advertencias de los expertos plantean la urgencia de llevar a cabo esfuerzos coordinados para abordar esta crisis en la salud mental de las madres y padres estadounidenses.
Al garantizar el acceso a apoyo y recursos adecuados, no solo se protege a los cuidadores, sino también a las generaciones futuras que dependen de ellos.