
La historia de una mujer de 31 años, originaria de Bangladesh, refleja una problemática creciente en los Estados Unidos: el uso del estatus migratorio como herramienta de control en relaciones abusivas.
Según reportó CBS News, la mujer llegó al país en 2022 con una visa de estudiante para cursar una maestría en tecnología de la información. Poco después, conoció a un hombre con quien se casó en febrero de 2024 en la ciudad de Nueva York. Sin embargo, lo que comenzó como una relación prometedora terminó en denuncias de abuso y amenazas de deportación.
La mujer, quien pidió mantener su anonimato por motivos de seguridad, relató que tras mudarse a la casa de la familia de su esposo en Brooklyn, la relación se deterioró rápidamente. Luego de varios incidentes de abuso verbal y físico, decidió separarse.

Según documentos revisados por CBS News, su exesposo comenzó a enviarle mensajes amenazantes, incluyendo advertencias de que contactaría a ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) para deportarla. Uno de los mensajes decía: “ICE puede aparecer cualquier día y deportarte”.
De acuerdo con Esther Limb, directora de práctica de inmigración en la organización sin fines de lucro Her Justice, este tipo de amenazas son cada vez más comunes. Limb explicó que los abusadores suelen aprovechar el clima político y las políticas de inmigración para ejercer control sobre sus parejas.
“Usar el estatus migratorio contra las víctimas es una táctica común, pero ahora, con el aumento de las deportaciones y la retórica antiinmigrante, estas amenazas son más efectivas que nunca”, afirmó.
La mujer entrevistada por CBS News presentó una petición bajo la Ley de Violencia contra las Mujeres (VAWA, por sus siglas en inglés). Según datos del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS), en 2024 se presentaron 35.917 peticiones bajo VAWA, un aumento del 350% en la última década. Sin embargo, el proceso puede ser largo y complicado, con tiempos de espera que superan los 36 meses debido a los retrasos en la tramitación.
Además de VAWA, las víctimas de violencia doméstica también pueden solicitar una visa U, diseñada para inmigrantes que han sido víctimas de ciertos delitos. No obstante, el tiempo de espera para la aprobación final de estas visas supera los ocho años, con más de 238.000 casos pendientes en la actualidad, según USCIS. En 2024, se presentaron 41.558 solicitudes de visas U, el doble que hace una década.

Mientras esperan una resolución, muchas víctimas viven en un estado constante de miedo. La mujer entrevistada por CBS News confesó que a menudo llora en el trabajo y se despierta en la noche preocupada por su seguridad. Tras cortar todo contacto con su esposo y su familia, recibió apoyo de su hermana, quien la animó a no regresar a la relación. Sin embargo, las amenazas no cesaron. Según los mensajes revisados por CBS News, su exesposo insistía en que, como su “peticionario”, tenía control sobre su estatus migratorio.
Crystal Justice, directora de asuntos externos de la Línea Nacional de Atención sobre Violencia Doméstica, señaló que este tipo de abuso no es aislado. Según Justice, han observado un aumento en los casos donde los agresores amenazan con deportar a sus parejas o retienen documentos legales para limitar su movilidad.
Para muchas víctimas, el miedo a la deportación supera incluso el temor al abuso físico. Limb destacó que el riesgo de ser separadas de sus hijos o deportadas a sus países de origen es una de las mayores preocupaciones de sus clientes. “Para muchos de nuestros clientes, ser deportados, expulsados o separados de sus hijos es aún más aterrador”, afirmó.