Los impuestos a las ‘Big Tech’ que enfurecen a Trump y tensan el diálogo con la UE: de la ‘tasa Google’ de España al impuesto digital francés

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 Eduardo Parra - EuropaFoto: Eduardo Parra - Europa Press

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha encontrado en los aranceles la herramienta perfecta para conseguir lo que quiere. No existe una única motivación que explique el por qué ni qué busca exactamente: paliar el déficit comercial, atraer industria a su país, reducir los impuestos o simplemente cualquier cosa que él entienda que está perjudicando a su país.

El ‘modus operandi’ de la Administración Trump 2.0 se basa en la confrontación primero —ya sea acompañado de un arancel del 10%, del 25% o del 145%, como ha aplicado a China— y después, esos países afectados tendrán la oportunidad de “negociar”. Los europeos son uno de los más perjudicados en la larga lista de gravámenes anunciados por Trump, con un gravamen universal del 20% que asciende al 25% en productos como el acero o el automóvil.

¿Y cuál es ahora la zanahoria que propone Trump? Quiere que los europeos pongan fin a los impuestos hacia las grandes tecnológicas estadounidenses como Meta, Amazon, Google o X que, según argumenta Washington, son “un impuestos a EEUU“.

Misma exigencia impuso el secretario del Tesoro de EEUU al ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, que viajó este martes a Washington para “consolidar las relaciones bilaterales entre ambos países”, en un intento de calmar a los inversores. El Gobierno apuntó que la cita no tenía como objetivo tratar cuestiones aduaneras, ya que competen exclusivamente a la Comisión Europea. Sin embargo, la fecha del viaje ‘obligaba’ al ministro a tomar partida en el despliegue diplomático de la UE para desencallar las negociaciones entre Washington y Bruselas, ahora limitadas “a nivel de expertos”.

En su encuentro, el secretario del Tesoro Scott K.H. Bessent impuso entre sus condiciones para negociar la eliminación de la ‘tasa Google’, un impuesto especial que afecta a las grandes empresas tecnológicas. La ‘tasa Google’, oficialmente conocida como Impuesto sobre Determinados Servicios Digitales (IDSD), fue introducida en España en enero de 2021. Este impuesto grava el 3% de los ingresos generados por servicios digitales como la publicidad en línea, la intermediación en plataformas digitales y la venta de datos de usuarios. Fue diseñado como parte de una iniciativa europea más amplia para regular la tributación de las grandes empresas tecnológicas.

Este impuesto se aplica a aquellas multinacionales cuyos ingresos netos de su cifra de negocios mundial supere los 750 millones de euros; y que su facturación en España supere los tres millones de euros. Entre las afectadas se incluyen Facebook, Google o Amazon.

Infobae España se ha puesto en contacto con el Ministerio de Hacienda para preguntar sobre el futuro de este impuesto, pero las fuentes consultadas no han querido hacer comentarios. Según datos de la cartera que dirige María Jesús Montero, la recaudación de la ‘tasa Google’ reportó a las arcas públicas 375 millones de euros en 2024. Entre enero y febrero de 2025 fue de 105 millones de euros.

Von der Leyen: los nuevos aranceles de EEUU son "un duro golpe para la economía mundial".

España se convirtió en el primer país europeo en implementar esta medida, tras la aprobación de un anteproyecto de ley en octubre de 2018, mientras la Comisión Europea evaluaba la posibilidad de extender esta política a nivel comunitario, aunque este asunto está todavía pausado.

Pero ya existen otros países con fórmulas similares a la ‘tasa Google’, entre ellos Francia, donde también ha tenido choque con Washington. Después de su aprobación el pasado 2021, Trump llegó a amenazar con aranceles sobre productos franceses como el vino espumoso, el queso o los bolsos de lujo. París grava a aquellas empresas con ingresos de más de 25 millones de euros en su territorio y 750 millones de euros a nivel mundial. En 2023, según datos oficiales, esta medida alcanzó los 700 millones de euros.

Desde 2021, Austria tiene un impuesto digital del 5% sobre los ingresos procedentes de la publicidad en línea para aquellas empresas con los mismos ingresos que el criterio francés. Según explica el Gobierno austriaco en su página web, el impuesto austriaco se centra exclusivamente en la publicidad digital, buscando la paridad con los impuestos publicitarios tradicionales. En este caso, la recaudación no es tan significativa como el impuesto francés o español, ya que apenas recaudó 34 millones de euros en 2023. El Departamento de Comercio de EEUU criticó que aquella medida discrimina a las empresas de servicios digitales estadounidenses, además de contravenir “irrazonablemente los principios fiscales internacionales”.

La batalla política sobre las tecnológicas determinará el futuro de los aranceles. De hecho, la Comisión Europea no descarta reactivar el debate sobre un posible impuesto europeo a las grandes tecnológicas de EEUU en el caso de que las negociaciones para eliminar los aranceles impuestos por Washington no tenga un resultado “beneficioso”. Bruselas afirma que la prioridad es el diálogo, pero subraya que “todas las opciones permanecen en la mesa”.

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