
La imagen de armonía que proyectaba The Mamas & The Papas en los años sesenta encubría una historia marcada por excesos, traiciones y heridas profundas.
Detrás de éxitos como California Dreamin’ y Monday, Monday, el cuarteto californiano experimentó una realidad muy distinta a la que sugerían sus melodías: consumo de drogas, infidelidades, discriminación y violencia.
En años recientes, las acusaciones de Michelle Phillips, última integrante viva, junto con nuevos testimonios y biografías, renovaron el interés por el costado oscuro de uno de los grupos fundamentales de la contracultura estadounidense.
El origen de la banda se sitúa en 1965, durante el auge del movimiento hippie en la Costa Oeste de Estados Unidos. John Phillips, guitarrista y compositor, y su esposa Michelle Phillips, junto a Denny Doherty y Cass Elliot, formaron el grupo en Los Ángeles.
El nombre surgió tras escuchar en televisión a un miembro de los Hells Angels referirse a las mujeres del club como “Mamas”. Cass Elliot manifestó su deseo de ser una “Mama” y, entre risas, así se decidió el nombre definitivo, descartando la opción inicial de “Magic Cyrcle”, según relataron Michelle Phillips y Owen Elliot-Kugell en sus memorias.
El éxito no tardó en llegar. Tras firmar con Dunhill Records, California Dreamin’ fue lanzada en diciembre de 1965 y se convirtió en un himno generacional; la canción alcanzó el cuarto lugar en la lista Billboard y permaneció diecisiete semanas en el ranking.
El álbum debut, If You Can Believe Your Eyes and Ears (1966), llegó al número uno, mientras que Monday, Monday les valió tres premios Grammy en 1967, incluyendo mejor interpretación vocal de grupo pop. En ese momento, la banda se consolidó en la historia del pop y el folk-rock.

Desde el principio, la banda fue escenario de conflictos internos. John Phillips, perfeccionista y controlador, dudó en admitir a Cass Elliot por considerar su sobrepeso un posible obstáculo comercial.
A pesar de su enorme talento, Elliot soportó discriminación y bromas crueles sobre su aspecto, heridas que la acompañaron durante toda su carrera. Su hija, Owen Elliot-Kugell, subrayó el impacto de la gordofobia en la industria musical.
Pero la vida privada del grupo resultó desordenada y dolorosa. Entre los integrantes se tejieron vínculos sentimentales cruzados: Michelle Phillips, casada con John, mantuvo una relación con Denny Doherty, mientras Cass Elliot, enamorada de Doherty, padeció un amor no correspondido.

Cuando Michelle fue descubierta junto a Doherty, John la expulsó temporalmente y la reemplazó por Jill Gibson. La ausencia de Michelle modificó la química y el sonido, y pese a una breve gira con Gibson, la formación original se restableció, aunque las tensiones persistieron.
El consumo de drogas y alcohol era habitual y afectó tanto las relaciones personales como las presentaciones en vivo. Un crítico describió a los músicos como completamente drogados sobre el escenario durante un concierto en la Universidad de Fordham en 1966.
Las diferencias se acentuaron en los últimos años de la banda, especialmente durante la grabación de los discos finales y en momentos clave como el Monterey Pop Festival de 1967, donde su actuación fue considerada débil frente a la de otras figuras del rock.

La ruptura llegó tras sucesivos enfrentamientos. La grabación de The Papas and The Mamas (1968) estuvo marcada por disputas, principalmente entre John Phillips y Cass Elliot. Un incidente en Londres terminó de fracturar la relación, cuando Elliot fue arrestada por una deuda de hotel y la discusión pública con John derivó en su salida definitiva.
El grupo se separó oficialmente en 1969, después de publicar cuatro álbumes y dieciséis sencillos que vendieron aproximadamente 40 millones de copias. Un último reencuentro en 1971, motivado por compromisos contractuales, dio lugar al álbum People Like Us, grabado por separado y sin la cohesión de los primeros años.
La vida posterior de los integrantes estuvo marcada por tragedias y transformaciones. Cass Elliot inició una carrera solista exitosa y murió en 1974 en Londres, a los 32 años, por un infarto. John Phillips atravesó problemas severos de adicción y murió en 2001 a los 65 años por insuficiencia cardíaca.

Denny Doherty, afectado también por el alcoholismo, falleció en 2007 a los 66 años a causa de complicaciones renales. Michelle Phillips, única sobreviviente, se reinventó como actriz y dedicó parte de su vida a defender y reinterpretar el legado del grupo.
El perfil público del grupo adquirió un cariz más sombrío con las acusaciones de incesto y abuso sexual que surgieron contra John Phillips en 2009, cuando Mackenzie Phillips, hija de John, publicó su libro: High on Arrival.
“Defiendo mi verdad como siempre lo he hecho y como siempre lo haré. ¿Quién diablos inventaría una historia como la mía? No es exactamente algo para presumir en un currículum, por el amor de Dios… High on Arrival es verídico, y me correspondía a mí contar esa historia”, afirmó Mackenzie Phillips a Rolling Stone. Michelle Phillips expresó dudas sobre la versión de Mackenzie, aunque reconoció la complejidad y el dolor alrededor del caso.

El impacto de estas revelaciones modificó la imagen pública de la banda, en un contexto de revisión histórica y una mirada más crítica desde la perspectiva de género. La discriminación sufrida por Cass Elliot en vida y tras su muerte fue reivindicada por su hija Owen, quien destaca la importancia de reconocer el talento y la resiliencia de su madre en una industria marcada por la desigualdad.
A pesar de los escándalos y las tragedias, el legado musical de The Mamas & The Papas persiste y mantiene vigencia. Sus canciones fueron versionadas por distintos artistas y su influencia sigue percibiéndose en la cultura pop, con un resurgimiento en redes sociales y proyectos biográficos en marcha.
Michelle Phillips, ahora enfocada en la producción de una película sobre la banda, resume el espíritu de supervivencia: “Una vez que han sanado las heridas del corazón, se convierte en una historia maravillosa. Haremos posible esta película, contra viento y marea”.
La música de The Mamas & The Papas sigue llegando a nuevas audiencias, confirmando que, más allá de escándalos y modas, su arte trasciende el tiempo y las sombras de su historia.