La escena parece sacada de una película de ficción. Tras más de 48 meses en el retiro, a sus 46 años, el filipino Manny Pacquiao salió del retiro y ofreció una destacada pelea contra el mexicoamericano Mario Barrios.
El combate, que se llevó a cabo en el MGM Grand Arena de Las Vegas, se extendió hasta los 12 rounds y se convirtió en una auténtica guerra. La decisión fue dividida, pues dos de los tres jueces adjudicaron un empate (114) en sus tarjetas.
El tercero terminó dando ventaja a Barrios de 115-113. El nacido en Wisconsin pudo retener su título welter del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). El campeón en ocho divisiones diferentes terminó viendo como los fans se pusieron de su lado y abuchearon el veredicto.
La sorpresa de Manny Pacquiao
Se retiró a los 42 años, pero al filipino se le metió entre ceja y ceja, querer ser el boxeador más longevo en ganar en la división welter y el segundo en toda la historia del pugilismo. Pacquiao sorprendió a todos con su estrategia de pelea y resistencia física.
En el primer asalto, lanzó algunas combinaciones con la izquierda y se le vio ágil esperando el contraataque. Barrios notó que el veterano olió sangre y en los dos capítulos siguientes mantuvo la distancia con su jab y no dejó que la intensidad y el ritmo de la pelea incrementaran.
Dicen que más sabe el diablo por viejo y ‘Pacman’ sacó a relucir su experiencia en el cuarto y quinto asalto. Empezó a lanzar combinaciones cruzadas y ganchos al cuerpo.
Barrios se soltó y comenzó a atacar también. La pelea se desarrolló en la distancia corta con golpes que iban y venían. Así fue hasta el octavo round.
En el noveno, el mexicoamericano tuvo uno de sus peores rounds ante un Pacquiao que le hizo mella en la cara. Increíblemente, el filipino calló bocas a los escépticos que pronosticaban una caída de su rendimiento por cansancio en los últimos compases del pleito.