Marcos Rojo rompió el silencio tras su salida de Boca Juniors, la llegada de un momento a otro a Racing, su debut en la Academia por Copa Libertadores y la clasificación a los cuartos de final del certamen ante Peñarol. En una extensa entrevista con ESPN, el defensor contó detalles inéditos de lo que fueron sus charlas con Juan Román Riquelme y Miguel Ángel Russo antes de despedirse del Xeneize.
“¿Por qué me fui de Boca? Ni yo sé todavía. Empezó todo en el partido con Independiente, que me sentí mal y se dijeron barbaridades, un montón de mentiras. Al otro día me presenté y entrené, Herrón me sacó y empezó todo el quilombo. De un día para el otro era el culpable de la eliminación. Dijeron que me había ido a Paraguay al cumpleaños del Pipa Benedetto. Duele porque tengo hijas y la más grande lee y mira. Por ese lado me jodía, me hicieron cargo de algo que no había hecho”, inició su relato Rojo.
Más tarde, admitió que tuvo un entredicho con Mariano Herrón, interino hasta ese entonces antes de la llegada de Miguel Russo: “¿Si me peleé con él? Discutimos, pero cosas de fútbol, nada más. Nada extrafutbolístico. No sé si Román ahí se puso del lado de Herrón, yo hablé cuando nos dieron unos días libres antes de la preparación para el Mundial de Clubes. Se decía que yo estaba peleado con todos y que estaba afuera del Mundial de Clubes. Yo volví a prepararme para jugarlo porque venía haciéndolo en el torneo”.
Y confió sobre su último careo con Riquelme en el club: “Lo crucé a Román, me acerqué, le pregunté de frente si había un problema conmigo y me dijo en la cara que no. Que si él tenía algún problema me lo iba a decir. Quedamos muy bien. Él me dijo que no había problemas, seguimos para adelante y llegó Miguel. Viajamos a Estados Unidos, me preparé para el primer partido y dos días antes llegó Ayrton (Costa) y Russo me comunica que no iba a jugar, que no me iba a tener en cuenta, que iba a ser suplente”.
Rojo ventiló cuál fue la frase que marcó el final de su ciclo con la camiseta de Boca por parte de Russo: “Me dijo que no iba a contar conmigo, es duro lo que me dijo, muy duro. No me lo esperaba, me dijo que no tenía la edad, que no podía jugar a ese nivel. Le respondí que lo entendía, que si él contaba con Ayrton yo lo aceptaba, que no pasaba nada. Que iba a entrenar ahí tirando para adelante hasta el día que llegara a Argentina para arreglar las cosas y salir del club. Yo me sentía en muy buena forma y quería seguir jugando. Me dijo perfecto”.
El defensor de 35 años recordó además que tras el debut de Ayrton Costa ante Benfica, Russo volvió a hablarle para consultarle cómo estaba físicamente ya que Costa estaba tocado: “Le dije que podía contar conmigo y entrené con los titulares para jugar contra Bayern Múnich. Al otro día me doy cuenta que estaba afuera y no dije nada, seguí entrenando. Antes del partido con Auckland yo estaba cargado de un cuádriceps por un trabajo fuerte que habíamos hecho y pedí no entrenar. (Marco) Pellegrino había llegado con un desgarro y Miguel se enojó conmigo, tuvimos una discusión y me di cuenta que me iba a sacar de ese partido”. Tras esta discusión, Rojo aclaró que habló con los miembros del Consejo de Fútbol para informarlos sobre su situación con el DT y les pidió que cuando volvieran a Argentina arreglaran su salida porque pretendía seguir jugando.
“Acá seguí entrenando, nadie me decía nada y al final tomaron la decisión de rescindirme. ¿Quién me sacó de Boca? No lo sé. Si lo digo, miento. Se dicen muchas cosas y nunca supe la verdad. Nadie vino y me dijo las cosas de frente. Nunca lo supe y creo que no lo voy a saber tampoco. No volví a hablar con Riquelme, la última vez fue en el Mundial de Clubes. No lo volví a ver en el Predio y el día que rescindí él no apareció, así que ni lo pude saludar”.
Finalmente, Rojo comentó sobre las conversaciones que tuvo con Russo con uno de sus ayudantes de campo como testigo: “Me dio mucha bronca lo que me dijo Miguel. Úbeda estuvo siempre en las charlas. Tuve una charla que él sabía que nunca le había faltado el respeto a Miguel, dijeron que le grité y eso nunca pasó. Me recontra dolió, lo sentí injusto, pero lo acepté. Hablé con quien tenía que hablar para arreglar mi salida y nada más”.
Su llegada a Racing. “Desde que llegué, noté la intensidad con la que trabajan y las ganas que tienen de ganar la Copa. Yo estaba al tanto de que no iba a poder jugar el torneo. Era solo la Copa. Decidí arriesgar igual, a que sea el cruce con Peñarol o la fase que nos toque en Copa Argentina. Era eso o entrenar solo en Boca y no quería. A esta altura de mi carrera, no lo pensé ni un minuto. Después de la firma, no sé si fue real el llamado para que vuelva a Boca a rescindir, no estuve al tanto. ¿Si llamé a alguien? Metí llamado, olvidate, intenté todo. Le pregunté (al Chiqui Tapia) si se podía hacer algo, pero no se pudo. Las reglas están claras y no se pudo".
Sus charlas con Costas, Milito y Saja. “Costas es un loco lindo, desde el primer llamado me hizo reír mucho, él está muy encima del jugador, transmite mucho el ADN del club, la pasión. Yo no soy de acá, de las entrañas, y me transmite eso. Milito y Saja me dijeron lo mismo que Gustavo, que llegara al club por mi jerarquía, la cantidad de partidos que tenía en mi carrera, afuera y en Copa Libertadores. Que venga a ayudar y aportar. Que les faltaba un poco de esos jugadores que tengan experiencia de transmitir desde el lugar que me toque”.
Los otros clubes en los que pudo haber jugado. “Tuve varios llamados, les agradezco a todos. Newell’s, Vélez y con Estudiantes también hablé. Estuve esperando hasta último momento, vi la mejor opción y fue Racing. Me sedujo que es candidato a ganar la Copa o pelear hasta el final. Esto que te dan estos clubes grandes a nosotros nos llama y tira para venir y tratar de hacer lo mejor. ¿Si llamó Gimnasia? Eso fue por un asado con el Pata Castor y se hizo una historia terrible, pero la gente sabe que en La Plata siempre jugué en Estudiantes y estoy muy identificado con esa camiseta".
Por qué no se dio su vuelta a Estudiantes de La Plata. “De los 10 a los 20 años estuve en el club y siempre me sentí cómodo. Pasaron mil cosas en el medio, es largo de contar. Esta vez la intención era volver y jugar ahí, hubo charlas con Alayes y Verón, pero al final no se decidieron o tomaron la iniciativa y tocó seguir esperando en Boca. Ahí me llegó el llamado de Diego (Milito) de un momento para otro. Yo sabía que estaba dividida la opinión de la gente de Estudiantes conmigo. Que había gente desde el momento en que decidí ir a Boca. No es tan fácil como piensan. Yo nunca dije lo que pasó, pero entiendo que la gente no esté contenta porque dije que siempre iba a jugar en Estudiantes. Los jugadores tienen que tomar decisiones. Veía los comentarios de la gente y estaba tensa la cosa, pero estaba dispuesto a volver y revertir esta situación. Al final no se dio y hoy toca hacer lo mejor sobre Racing. Pensé que estaba todo bien para volver, pero después la propuesta final nunca llegó, no sé qué pasó en el medio”.
Su expulsión contra Peñarol. “Era mi primer partido, pero Gaby Arias me dijo que hablara yo con el árbitro (como jugador de campo designado). El árbitro (Wilmar Roldán) estaba mal predispuesto, yo me acercaba con respeto porque ahora está lleno de cámaras y hay que tener cuidado con lo que se le dice. Me pareció raro que él siempre miraba mal o como sobrando el momento. Le dije que nos tratara con respeto a nosotros y los uruguayos. Después terminó todo mal, me expulsó y todo. La cosa venía rara. En ningún momento salí del banco, le pregunté qué hacía. Me sacó la amarilla en el banco. Almendra me dijo que me calle. Seguía mirándome y yo me empecé a reír. Yo insulto, pero estoy de espaldas a la cancha".
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