
El objetivo ya no es “quitar años”, sino conservar lo que te hace vos. Las personas quieren cuidarse sin dejar de verse real.
En ese camino, tecnologías no invasivas, protocolos de bioestimulación y tratamientos con exosomas ocupan un lugar central.
En Seleme Medical Beauty conviven muchas plataformas tecnológicas: láseres híbridos (CO₂ + Erbium:Glass), ultrasonidos microfocalizados (Ultherapy), depilación médica inteligente, radiofrecuencias, criolipólisis (coolsculpting), sistemas para celulitis, manchas, flacidez y rejuvenecimiento.
Pero, la clave no es tenerlo todo, sino saber qué, cuándo y para quién.
No compramos un equipo por moda. Lo evaluamos clínicamente, investigamos su seguridad, respaldo científico, tiempos de recuperación y resultados reales. Un auto de carrera sin un piloto entrenado no sirve. Y con la tecnología pasa lo mismo.
Cada tratamiento se indica después de una evaluación médica: historia clínica, diagnóstico facial en 3D, análisis de piel, expectativas del paciente. No se trata de hacer, se trata de indicar. Y a veces, de no hacer.
La cirugía sigue siendo necesaria, incluso en tiempos de tanta tecnología. Porque hay cosas que solo la precisión quirúrgica puede resolver. En mi práctica, trato integralmente el rostro: realizo lifting facial, blefaroplastías, rinoplastías y abordajes de cuello con técnicas subplatismales.
Dentro de estas intervenciones, el lifting facial ocupa un lugar central. Y no es el mismo de antes. Las imágenes de rostros inmóviles y estirados quedaron atrás. Hoy se busca firmeza, definición y frescura, sin perder expresión ni dejar rastros visibles.

La técnica Deep Plane marcó un antes y un después. Con ella reposiciono las estructuras profundas del rostro —ligamentos, grasa, SMAS— como una unidad. Esto permite resultados naturales, duraderos y con una recuperación mucho más rápida que los liftings tradicionales.
El buen resultado no se nota, se percibe. Se integra a tu cara como si siempre hubiese estado ahí.
Nada se realiza sin diagnóstico clínico. No existen los tratamientos “full face” prearmados ni los paquetes estándar. Cada paciente es evaluado de manera integral y cada protocolo es único.
Un paciente no es una tendencia. Es una persona con historia, estructura, emociones. No trabajamos con moldes ni con fotos de famosas. Trabajamos con lo que hay, para potenciarlo.
A eso se suma algo fundamental, saber cuándo no intervenir. Parte de mi trabajo también es acompañar con criterio, y eso a veces implica decir que no. No todo tratamiento es para todos. La estética es también salud. Y eso requiere responsabilidad.
En Seleme Medical Beauty, el 40% de los pacientes son hombres. Muchos llegan después de los 45, con nuevas parejas, más vida social o simplemente con ganas de verse mejor.
Los procedimientos más elegidos por ellos: blefaroplastias, tensado facial con láser o ultrasonido, depilación definitiva en cuello o espalda, tratamientos reductores de abdomen.
Hoy los hombres consultan sin vergüenza. Buscan verse prolijos, frescos, pero sin perder masculinidad. Y la estética médica puede darles eso, sin exceso ni artificialidad.
Con la proliferación de centros y promesas milagrosas en redes sociales es importante: informarse y exigir respaldo.
Tres claves para elegir un tratamiento con seguridad:
- Formación del profesional: ¿Es especialista? ¿Pertenece a sociedades científicas serias?
- Consulta médica real: No alcanza con una charla por WhatsApp. Hay que evaluar cara a cara.
- Seguimiento: No se trata solo de aplicar bien. También hay que saber resolver si algo no sale como se esperaba.
En Seleme Medical Beauty, yo estoy presente. Conozco cada paciente y acompaño cada tratamiento.

- Nueva cirugía facial: Técnicas como el Deep Plane, las blefaroplastias mínimas y los abordajes de cuello más precisos logran resultados naturales, con menos inflamación y mejor recuperación.
- Estética preventiva: Cada vez más personas empiezan antes. Desde los 30-35 años, protocolos con Ultherapy Prime ayudan a mantener firmeza y retrasar los signos del envejecimiento.
- Láser y LPI: Se usan no solo para tratar, sino para prevenir manchas y cuidar la calidad de la piel a lo largo del tiempo.
- Tecnología híbrida: Equipos que combinan láser CO₂ y Erbium permiten mejorar arrugas, poros y flacidez con menor tiempo de reposo.
- Bioestimuladores: Productos que estimulan la producción de colágeno y mejoran la firmeza de la piel desde adentro.
- Exosomas: La nueva frontera en regeneración celular. Derivados de biotecnología, mejoran la textura, elasticidad y cicatrices.
- Evaluación personalizada: Ya no se trata de aplicar lo mismo para todos. Hoy el tratamiento se diseña según el rostro, la edad y lo que cada paciente realmente necesita.
La estética no es una urgencia. Es una decisión emocional, médica y personal. Nuestro rol como médicos es orientar, proteger y acompañar.