Una leyenda de la NFL murió el pasado sábado. El cubano Luis Sharpe, extackle izquierdo de Arizona Cardinals, falleció a los 65 años. Así lo informó Tameka Williams-Sharpe a través de un comunicado en redes sociales.
“Con profundo pesar y amor, les comparto que mi amado esposo, Luis Sharpe, ha fallecido. Su fuerza, amor y fe fueron una luz para todos los que lo conocieron. Agradezco cada momento que compartimos”, escribió Williams-Sharpe.
Posteriormente, los Cardinals emitieron una declaración firmada por el propietario Michael Bidwill. En el escrito confirmaron el fallecimiento de la leyenda, a quien despidieron con cariñosas palabras.
“A lo largo de su larga y exitosa carrera con los Cardinals, Luis Sharpe exhibió una fuerza y tenacidad excepcionales que lo llevaron a ser un jugador exitoso. Enviamos nuestras más sinceras condolencias a todos los que amaron a Luis, en particular a su familia y excompañeros”, escribieron.
Luis Sharpe, el cuarto cubano que jugó en la NFL
Luis Sharpe nació en La Habana, Cuba, el 16 de junio de 1960. Con la Revolución Cubana haciendo estragos en la isla, su familia migró a Detroit cuando tenía seis años.
Comenzó su camino en la Universidad de California, en Los Ángeles. Jugó como tackle ofensivo y fue parte del equipo All-Pac-10 en 1981 y del All-Rookie Team en 1982.
Fue elegido en el puesto 16 de la primera ronda del Draft de la NFL en 1982 por St. Louis Cardinals. Se convirtió en el cuarto jugador nacido en Cuba que jugaba en la NFL. El primero fue Ignacio Saturnino Molinet, quien en 1927 jugó para los Frankford Yellow Jackets.
Posteriormente, lo hicieron Joseph Francis Lamas (Pittsburgh Steelers, en 1942); y Rafael Ortega, (Atlanta Falcons, 1975-78, y Miami Dolphins, 1979-80).
Sharpe fue hombre de una sola franquicia y jugó con los Cardinals desde 1982 hasta 1994. 13 temporadas en las que vio a St. Louis pasar a Phoenix y luego a Arizona. Fue titular en 189 partidos y recuperó seis fumbles.
Participó en tres Pro Bowls consecutivos (1987, 1988, 1989). Fue elegido Segundo equipo All-Pro en 1990. También jugó brevemente en la USFL con los Memphis Showboats en 1985.
Luego de dejar la NFL, Sharpe tuvo una dura lucha contra su adicción a las drogas y el alcohol que le provocaron varios problemas con la ley que lo llevaron a prisión.
Tras superar este episodio de su vida, se convirtió en embajador de Hall of Fame Health, dando charlas junto a su hija Rebekah sobre recuperación y salud mental.