Netanyahu dijo que él reconoce el genocidio armenio, aunque el parlamento de Israel no lo ha hecho

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Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.Primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu. REUTERS/Ronen Zvulun/Pool/Foto de archivo

Por primera vez en la historia de Israel, un primer ministro reconoció públicamente el genocidio armenio. Benjamin Netanyahu lo hizo en una entrevista difundida esta semana, en la que admitió que el Imperio Otomano llevó a cabo la masacre sistemática de armenios, asirios y griegos a principios del siglo XX.

La declaración se produjo durante una charla con Patrick Bet-David, conductor de un podcast y empresario estadounidense de origen asirio. Cuando le preguntaron por qué Israel nunca había reconocido oficialmente el genocidio armenio, Netanyahu contestó: “Creo que sí. Creo que la Knéset aprobó una resolución en ese sentido”. Sin embargo, esa iniciativa parlamentaria nunca se convirtió en ley.

Las 12 columnas que seLas 12 columnas que se inclinan hacia la llama votiva en Ereván representan la atención que deberían prestarle las personas a la memoria del genocidio perpetrado contra los armenios

Ante la insistencia de Bet-David, que quería saber por qué ningún jefe de gobierno israelí había hecho ese reconocimiento, Netanyahu fue aún más explícito: “Acabo de hacerlo. Aquí tiene”, respondió. Con esas palabras, el premier rompió con décadas de cautela diplomática por parte de Israel.

La comunidad armenia lleva más de un siglo reclamando justicia y reconocimiento internacional por las matanzas ocurridas entre 1915 y 1923, en el ocaso del Imperio Otomano. Se calcula que un millón y medio de armenios fueron asesinados a través de deportaciones forzadas, encarcelamientos y masacres, en lo que numerosos historiadores definen como un claro proceso de limpieza étnica.

Armenios siendo ejecutados.Armenios siendo ejecutados.

Turquía, heredera del Imperio Otomano, niega categóricamente que se haya tratado de un genocidio.

“La declaración de Netanyahu sobre los acontecimientos de 1915 es un intento de explotar tragedias pasadas por razones políticas”, dijo en respuesta a los comentarios del líder israelí que efectivamente reconocieron que las matanzas masivas de armenios en la era de la Primera Guerra Mundial en el Imperio Otomano fueron un “genocidio”, un término que Turquía rechaza firmemente.

La imágenes de madres queLa imágenes de madres que tratan de salvar a sus pequeños acarreándolos bajo un sol implacable fueron tomadas por el poeta alemán Armin Theophil Wegner, seudónimo Johannes Selbdritt, quien documentó la brutalidad del genocidio y consiguió preservar parte del material.

“Netanyahu, que está siendo juzgado por su papel en el genocidio cometido contra el pueblo palestino, está intentando encubrir los crímenes que él y su gobierno han cometido”, afirma el comunicado del ministerio.

Reconoce muertes y desplazamientos, pero lo atribuye al caos de la Primera Guerra Mundial y rechaza cualquier definición que implique responsabilidad sistemática. Esta postura se ha mantenido firme durante más de un siglo y ha condicionado las relaciones diplomáticas con múltiples países.

Las marchas forzozas de familiasLas marchas forzozas de familias armenias a lo largo del desierto provocaron hambre, sed, enfermedad y muerte de centenares de miles de personas en el siglo pasado

Hasta hoy, sólo 34 gobiernos reconocieron formalmente el genocidio armenio. Uruguay fue el primero en 1965. Pero gran parte de la comunidad internacional, incluida Israel hasta ahora, evitó pronunciarse en ese sentido por temor a comprometer sus vínculos estratégicos y comerciales con Ankara, que cuenta con el segundo ejército más grande de la OTAN y una fuerte influencia regional.

La postura israelí estuvo atravesada por una tensión permanente: por un lado, la memoria del Holocausto como tragedia fundante del Estado; por otro, la necesidad de mantener buenas relaciones con Turquía, un socio clave durante décadas en materia económica y de seguridad.

Armenios siendo transportados en vagonesArmenios siendo transportados en vagones de carga.

Algunos líderes israelíes defendieron la negativa oficial alegando que el carácter único del Holocausto no podía relativizarse en una lista de genocidios históricos. Pero otros insistieron en que la experiencia judía obligaba a reconocer y solidarizarse con el sufrimiento de otros pueblos.

“Nosotros, los judíos, como principales víctimas del odio asesino, tenemos una doble obligación de ser sensibles, de identificarnos con otras víctimas”, declaró en el año 2000 el entonces ministro de Educación Yossi Sarid, cuando propuso incluir el genocidio armenio en los programas escolares.

Hasta hoy, sólo 34 gobiernosHasta hoy, sólo 34 gobiernos reconocieron formalmente el genocidio armenio. Uruguay fue el primero en 1965.

Incluso Reuven Rivlin, expresidente de Israel, sostuvo en su etapa como titular de la Knéset que era “impensable” que el Parlamento ignorara esa tragedia. Sin embargo, ya como jefe de Estado optó por una postura más ambigua: habló de “el asesinato del pueblo armenio” en un discurso ante la ONU, pero evitó usar la palabra “genocidio”.

El reconocimiento de Netanyahu no puede separarse del contexto actual. Las relaciones entre Israel y Turquía atraviesan su punto más bajo en décadas, en gran medida por la guerra en Gaza. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, es uno de los más duros críticos del Estado hebreo y un aliado declarado de Hamas. Su gobierno llegó incluso a elogiar el ataque del 7 de octubre de 2023 contra el sur de Israel, que dejó 1.200 muertos y más de 250 secuestrados.

El presidente de Turquía, RecepEl presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. (AP Foto/Markus Schreiber, archivo)

En ese marco de enfrentamiento abierto, las consideraciones de realpolitik parecen haber perdido peso en la estrategia israelí. Netanyahu, al pronunciar la “palabra prohibida”, envía un mensaje claro a Ankara y a la comunidad internacional: Israel está dispuesto a dar un giro histórico en su política exterior.

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