
Sumergirse en una ducha al final del día puede ser uno de los momentos más relajantes de la rutina nocturna. Muchas personas, en busca de optimizar el tiempo y disfrutar de una sensación de frescura, deciden ir a la cama con el cabello mojado.
Sin embargo, lo que parece un gesto cotidiano e inofensivo, esconde riesgos que suelen pasar desapercibidos.
Dormir habitualmente con el cabello húmedo puede afectar no solo la apariencia del pelo, sino también la salud del cuero cabelludo, ocasionando problemas que van más allá de un simple mal día capilar. ¿Por qué los expertos advierten sobre esta costumbre tan extendida? Entender las consecuencias de este hábito puede ser clave para quienes desean mantener un cabello saludable y evitar complicaciones dermatológicas innecesarias.
El cabello mojado se encuentra en su estado más vulnerable, tal como aclara la Dra. Khetarpal: “El cabello puede ser más frágil cuando está mojado, lo que significa que es más propenso a romperse, estirarse o quebrarse”.
Durante el sueño, la fricción repetida entre la funda de la almohada y el cabello húmedo hace que aumenten las roturas y aparezcan más quiebres, afectando la textura, el brillo y el volumen a largo plazo. Además, dormir con el cabello recogido en colas o trenzas mientras aún está húmedo empeora el problema, ya que favorece una mayor tensión en la fibra capilar y el cuero cabelludo.

Este daño físico del cabello se evidencia con el tiempo a través de puntas abiertas, mayor facilidad para enredarse, aparición de frizz y dificultades para peinarlo. A su vez, quienes utilizan productos de styling y dejan el cabello mojado durante horas pueden experimentar una acumulación de residuos, lo que debilita todavía más la hebra capilar.
Para evitar estos problemas, la Dra. Khetarpal recomienda dejar que el cabello se seque al aire antes de acostarse, o en caso de requerir un secado rápido, recurrir al secador en temperaturas bajas o frías, limitando el uso de calor extremo para no dañar la fibra capilar. Además, aconseja elegir fundas de almohada de satén o seda en vez de algodón, ya que estos materiales reducen la fricción, minimizando la rotura y el encrespamiento.

Otra recomendación útil es cepillar suavemente el cabello antes de dormir, usar peines de dientes anchos y evitar productos fijadores antes del descanso nocturno para no sobrecargar el cabello húmedo.
Más allá de los daños en el pelo, el hábito de dormir con el cabello mojado también incide directamente en la salud del cuero cabelludo.
La humedad mantenida durante varias horas genera un ambiente ideal para el crecimiento de bacterias y hongos, lo que puede derivar en afecciones como la foliculitis —una inflamación de los folículos pilosos que se manifiesta con bultos dolorosos similares al acné— o en un aumento de la caspa y descamación.

La Dra. Khetarpal advierte que una exposición prolongada al ambiente húmedo puede intensificar molestias como el picor, el enrojecimiento o la irritación.
A largo plazo, estos problemas pueden favorecer la caída del cabello, alterar su ciclo vital natural y aumentar la sensibilidad cutánea, especialmente en personas predispuestas a dermatitis o condiciones dermatológicas previas.
Si aparecen síntomas como caspa persistente, comezón, bultos, dolor al tacto, descamación u otras alteraciones en el cuero cabelludo, es importante buscar la orientación de un especialista. Solo un dermatólogo podrá identificar el origen de los síntomas y recomendar un tratamiento personalizado para recuperar la salud capilar y cutánea.
Prevenir es la clave. Cambiar el hábito de dormir con el cabello mojado por secarlo adecuadamente antes de ir a la cama es una simple acción que protege la salud y la belleza del cabello a largo plazo.
Utilizar fundas de almohada suaves, secar el pelo al aire siempre que sea posible y mantener una rutina de higiene adecuada pueden marcar la diferencia en la prevención de roturas, infecciones y pérdida de vitalidad.

Aunque dormir con el cabello mojado puede parecer inofensivo, la ciencia dermatológica demuestra que este hábito facilita daños en la fibra capilar y crea un entorno propicio para problemas en el cuero cabelludo.
Cuidar estos aspectos de la rutina nocturna es una inversión sencilla y eficaz para mantener un cabello fuerte, brillante y un cuero cabelludo saludable. Ante cualquier síntoma anormal, consultar cpm un dermatólogo es fundamental para prevenir complicaciones mayores y preservar el bienestar general del cabello.