
El consumo diario de té frío preparado en leche o bebidas vegetales ganó popularidad entre quienes buscan opciones refrescantes y asociadas al bienestar. Sin embargo, según Very Well Health, no existe evidencia concluyente de que esta alternativa resulte más saludable que el té caliente, aunque suma ciertos compuestos beneficiosos y nutrientes adicionales.
La principal diferencia radica en que el té frío combinado con leche o bebidas vegetales podría ofrecer una mayor concentración de polifenoles y antioxidantes, compuestos vegetales vinculados a la protección celular y la reducción de la inflamación.
Además, esta preparación suele ser menos ácida, lo que puede resultar preferible para personas con sensibilidad gástrica. Los especialistas consultados explican que la simple infusión en frío no transforma automáticamente al té en una bebida más saludable.

Uno de los beneficios más citados del té, ya sea frío o caliente, es su relación con la salud cardiovascular. Very Well Health indica que el consumo regular se asocia a un riesgo ligeramente menor de enfermedades cardíacas, como infartos.
En línea con esta información, un estudio publicado en 2022 por Frontiers in Nutrition analizó 35 estudios observacionales y concluyó que el consumo moderado de té verde se asocia a una reducción en el riesgo de enfermedad arterial coronaria, especialmente en poblaciones asiáticas.
El té también se vinculó con una menor probabilidad de accidente cerebrovascular. Según el medio, quienes toman tres o más tazas al día, especialmente de té verde, podrían experimentar una reducción de entre 20% y 25% en el riesgo de sufrir un ictus frente a quienes apenas lo incluyen en su dieta.

Los flavonoides, presentes en el té, contribuyen a una mejor función vascular, presión arterial estable y niveles saludables de colesterol.
Respecto a la salud cerebral, el té verde y el negro fueron estudiados por su potencial protector contra problemas de memoria, demencia y enfermedad de Alzheimer. Los compuestos presentes en el té podrían reducir la inflamación y limitar la acumulación de proteínas nocivas en el cerebro.
El consumo considerado óptimo se sitúa entre dos y cuatro tazas diarias, favoreciendo el aporte de antioxidantes y compuestos vegetales, sin los efectos adversos de un exceso de cafeína.

En el terreno de la prevención del cáncer, la evidencia resulta menos sólida. Very Well Health señala que el té podría reducir levemente el riesgo de cáncer oral y de vejiga, aunque los datos son inconsistentes y no existen beneficios claros para cánceres frecuentes, como pulmón, mama o próstata.
El té verde fue el más investigado, con indicios de protección frente a cánceres del tubo digestivo superior, aunque factores como el tabaquismo y el consumo alcohólico pueden incidir en estos resultados. Aunque los expertos subrayaron que el té no debe ser considerado una herramienta principal de prevención oncológica.
Además, el té sobresale por su aporte de antioxidantes y su efecto antiinflamatorio. El consumo regular puede contribuir a reforzar las defensas del organismo y promover el bienestar general.
En ese sentido, una revisión sistemática publicada en 2020 por la Colaboración Cochrane, una organización internacional reconocida por la evaluación rigurosa de evidencia científica en salud, analizó más de un centenar de estudios sobre el consumo de té verde y la prevención del cáncer.
El trabajo no halló evidencia concluyente de que el té verde reduzca el riesgo global de cáncer, aunque observó una tendencia protectora en algunos tipos específicos. De todos modos, los autores recalcaron, al igual que los expertos, que no se justifica recomendar el té verde como herramienta preventiva principal.

Incorporar leche o bebidas vegetales a la preparación suma nutrientes. La leche de vaca aporta proteínas de alta calidad, calcio, vitamina D y vitamina B12.
Las alternativas vegetales fortificadas, como la de soja, pueden ofrecer cantidades similares de proteína y nutrientes, mientras que las de almendra y avena suelen aportar menos proteínas, pero pueden añadir antioxidantes y micronutrientes si están enriquecidas.
Sus beneficios sobre la salud cardiovascular, cerebral o ante algunos tipos de cáncer suelen ser modestos y no reemplazan otros hábitos de prevención. El té, en cualquiera de sus formas, resulta un complemento interesante dentro de un estilo de vida balanceado.