
El lenguaje entre jóvenes es, desde siempre, un terreno en constante cambio. Nuevas expresiones surgen con rapidez, a menudo impulsadas por el ritmo vertiginoso de las redes sociales, las plataformas digitales y la cultura popular globalizada.
Estos modismos no sólo funcionan como herramientas de identificación grupal, sino que reflejan también las emociones, ideas y tendencias dominantes en un momento específico.
Influenciados por el inglés y adaptados al español, términos como “mood”, “vibes” y “glow up” se han vuelto parte de la cotidianidad de la comunicación de muchos jóvenes, traspasando fronteras y adquiriendo significados propios en diversos países hispanohablantes.

La palabra “mood” se ha instalado con fuerza entre los jóvenes, especialmente en espacios digitales como redes sociales y mensajería instantánea.
Si bien su traducción literal es “estado de ánimo”, su uso contemporáneo va mucho más allá de lo emocional. “Mood” permite resumir en una sola palabra cómo una persona se siente en un instante preciso o cómo percibe una situación, convirtiéndose en una expresión sintética de estados internos o de climas colectivos.
No es extraño encontrar publicaciones acompañadas de la palabra “mood” para explicar, sin más palabras, la esencia de una fotografía, un video o una situación cotidiana.
Por ejemplo, una imagen de alguien disfrutando de un día soleado puede ir simplemente acompañada de “mood”, dando a entender que esa sensación de calma, placer o descanso es exactamente aquello que la persona quiere manifestar.

Asimismo, si una canción se ajusta perfecto a los sentimientos de un momento determinado, muchos eligen compartirla junto a este término.
En contextos grupales, “mood” también puede definir la atmósfera general de un evento o de una reunión. Decir “el mood de la fiesta era genial” implica que el ambiente y la energía compartida eran positivos.

El término “vibes”, surgido del inglés “vibrations”, se utiliza para describir la impresión o la sensación intuitiva que transmite una persona, un lugar o una situación.
En el presente, su forma plural se ha impuesto, reflejando esa idea de energía que se percibe más allá de lo tangible. Para los jóvenes, hablar de “vibes” es hablar sobre cómo perciben la energía de un entorno o de una persona, sin necesidad de racionalizarlo o buscar explicaciones lógicas.
En el habla cotidiana, “vibes” aparece en frases como “esto tiene buenas vibes”, señalando que el conjunto de sensaciones que emanan de un espacio o de un grupo es positivo y acogedor.
Si, en cambio, una experiencia resulta incómoda o tensa, es común la expresión opuesta: “malas vibes”. Es frecuente encontrar este término descrito junto a imágenes, playlists, eventos o incluso prendas de vestir, como una manera de captar el “clima emocional” que se asocia a ellos.
Esta economía de palabras ayuda a los jóvenes a comunicarse de forma ágil, estableciendo rápidamente el tono y la energía de cualquier interacción.
El término también ha dado lugar a combinaciones como “good vibes”, donde se busca enfatizar la positividad, y se ha extendido progresivamente más allá del universo adolescente, permeando la cultura popular y la publicidad actual.

El concepto “glow up” ha adquirido popularidad como sinónimo de cambio positivo y transformación visible, usualmente en la apariencia física, pero también en la actitud y el bienestar emocional.
Esta expresión se refiere al proceso en el que una persona evoluciona hacia una versión más luminosa y segura de sí misma, a través de mejoras en diferentes áreas de su vida.
A diferencia de un simple cambio estético, el “glow up” apunta a un bienestar integral. Por ejemplo, una persona que pasa por un “glow up” puede compartir en redes sociales el antes y el después de su proceso, mostrando mejoras tanto en su aspecto como en su actitud y energía diaria.