En el contexto de inmigración en Estados Unidos, los términos "arresto", "detención" y "deportación" por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tienen significados distintos y, en medio de las redadas que se están realizando, es importante reconocer cada término.
Arresto se refiere a la aprehensión de una persona, generalmente por sospecha de violaciones a leyes de inmigración. El ICE puede arrestar a personas por diversas situaciones: durante operativos de ICE, en controles de carretera o incluso dentro de instalaciones, como cárceles.
El propósito del arresto es detener a la persona para que no evada las autoridades migratorias y para que se inicie el proceso para determinar su estatus migratorio.
Por su parte, la detención implica la custodia de esa persona, generalmente en un centro de detención de ICE, mientras se determina su situación migratoria. La deportación, por último, es el proceso de expulsión de Estados Unidos de una persona que ha sido encontrada en situación migratoria irregular.
El protocolo de detención indica que, después de un arresto, el ICE puede detener a la persona en un centro.
La detención puede ser por un período indefinido, mientras se procesa el caso de inmigración del individuo. Es por ello que los detenidos por ICE tienen derecho a ciertos procedimientos legales, como audiencia ante un juez de inmigración.
¿Qué implica la deportación?
La deportación es el proceso formal de expulsión de una persona de los Estados Unidos. Si un juez de inmigración determina que una persona no tiene un estatus legal en el país, puede ordenar su deportación.
La deportación implica el retorno de la persona a su país de origen. Después de una deportación, la persona puede enfrentar restricciones para regresar a los Estados Unidos.
El proceso migratorio de ICE implica un arresto, seguido posiblemente de una detención y, en caso de no poder regularizar su situación, una deportación.
FUENTE: REDACCIÓN