Qué es el “pet parenting”: cómo influye en la salud física y emocional de perros y gatos

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El pet parenting propone unaEl pet parenting propone una crianza activa que contempla el desarrollo físico, emocional y cognitivo de perros y gatos desde temprana edad (Imagen Ilustrativa Infobae)

En la última década, el concepto de “pet parenting” cobró una relevancia significativa. Llegó para transformar la manera en que las personas interactúan con sus animales de compañía. No se trata solo de alimentarlos y darles un lugar para vivir, sino de participar activamente en su desarrollo emocional y cognitivo.

Esta idea refleja un cambio profundo, donde los animales de compañía se consideran cada vez más como miembros de la familia. A partir de esto, reciben un nivel de cuidado y atención similar al de los hijos, como lo describe un estudio sistemático sobre este fenómeno.

Dentro de este marco de atención integral, la nutrición adecuada durante los primeros meses de un cachorro o gatito emerge como un pilar fundamental para asegurar su bienestar durante toda su vida.

La alimentación impacta no solo en el crecimiento físico, sino también en el desarrollo mental y conductual. Así, la elección cuidadosa de dietas especialmente formuladas para las etapas tempranas se torna indispensable.

La crianza responsable requiere comprenderLa crianza responsable requiere comprender que perros y gatos tienen tiempos, necesidades y formas de comunicación distintas a las humanas (Imagen Ilustrativa Infobae)

El término surgió de la necesidad de describir la relación cada vez más estrecha entre las personas y sus animales de compañía, especialmente perros y gatos. Este fenómeno implica un enfoque de cuidado que adopta estrategias similares a las utilizadas en la crianza de hijos, ya que atienden no solo a las necesidades físicas, sino también a las emocionales y cognitivas.

Omar Robotti, médico veterinario etólogo, lo explicó de la siguiente manera en diálogo con Infobae: “El pet parenting se basa en tratar a los animales domésticos como miembro de la familia, con un trato similar a la crianza y relación como un familiar humano. Es decir, ser padres o madres de ese animal”.

Por otro lado, el Dr. Juan Enrique Romero amplió a Infobae el concepto al afirmar que “nadie tiene la autoridad moral suficiente para discutir el tipo de afecto que le brinda uno a otro ser vivo. Si consideramos personas no humanas a los perros y a los gatos, y a cualquier animal, el afecto puede ser tal que uno simbólicamente llama hijo a su perro sin que realmente lo sea”.

El Dr. Marcelo Zysman, médico veterinario especialista en medicina del dolor, lo definió de la siguiente manera: “Ocuparte de su salud y de su felicidad integral tiene que ser amplio, desde la nutrición hasta los controles veterinarios, que reciba afecto y tenga un lugar digno para descansar”.

Tratar a los animales comoTratar a los animales como parte de la familia implica atender también sus requerimientos cognitivos y no solo sus necesidades básicas (Imagen Ilustrativa Infobae)

A su vez, el experto en comportamiento animal, Fernando Catrina, advirtió que “no tenemos que olvidarnos que siguen siendo perros y gatos, por más que vivan estrechamente con nosotros y hasta prácticamente íntimamente, porque estamos todo el día con ellos y hasta duermen en nuestras camas”.

El modo en que los tutores interactúan con los animales de compañía incide directamente en su desarrollo conductual, físico y emocional. Según Romero, “el 80% del comportamiento final del perro está determinado por el ambiente, y ese ambiente somos los seres humanos que lo rodean”.

Esta influencia se manifiesta especialmente durante los primeros cuatro meses de vida, un periodo que especialistas denominan “sensible” o de “impronta”. En esa etapa, se establece la base emocional y social del animal.

Romero advierte sobre el interrumpir el desarrollo social natural del cachorro al separarlo demasiado pronto de su madre o al evitar procesos adecuados de socialización. Este desequilibrio puede derivar en animales que no saben interactuar de forma sana con su entorno.

La socialización temprana gradual yLa socialización temprana gradual y controlada favorece una convivencia equilibrada y previene trastornos de conducta en los animales (Imagen Ilustrativa Infobae)

Catrina coincide: “Transmitimos nuestras frustraciones a los perros, y muchas veces les exigimos que piensen o reaccionen como nosotros”. Subraya que, al no respetar los códigos propios de su especie, se generan confusiones que derivan en ansiedad o comportamientos inestables. La ansiedad, a su vez, altera la convivencia cotidiana: “es importante capacitarse para evitar trastornos de comportamiento que pueden desencadenar en explosiones emocionales del animal”.

Desde una perspectiva etológica, Robotti señala que muchos problemas surgen cuando se priorizan las necesidades humanas por sobre las del animal: “Se corre mucho riesgo a que el animal se enferme comportamentalmente”. El experto enfatiza que una tenencia responsable debe contemplar tanto la salud física como la emocional, y alerta sobre las consecuencias de relaciones desequilibradas como la aparición de ansiedad por separación, hiperapego o agresividad.

Zysman subraya que los animales son como los tratamos: “Es importante poner reglas claras y trabajar con paciencia para que el perro o el gato sea mucho más seguro y menos miedoso. Desde este lugar el animal se hace mucho más sociable y demuestra menos entusiasmo hacia las conductas que no queremos que tenga. La clave en esto es que la crianza es la base de todo. El ambiente es fundamental”.

Para todos los especialistas, el punto en común es la necesidad de comprender que perros y gatos no solo son especies distintas entre sí, sino también respecto de los humanos. Por eso, los estilos de crianza deben adaptarse a sus requerimientos naturales, respetando sus tiempos, espacios y formas de comunicación.

La nutrición en los primerosLa nutrición en los primeros meses influye en la salud futura del animal, al igual que la alimentación en la infancia impacta en las personas (Imagen Ilustrativa Infobae)

En el marco del “pet parenting”, y teniendo en cuenta el bienestar integral de los animales, la nutrición adecuada se convierte en un componente esencial. Sobre todo en los primeros meses de vida, donde el alimento es la fuente de nutrientes vital para su correcto crecimiento. Las necesidades nutricionales en esta etapa son específicas y críticas para que el desarrollo sea apropiado.

Romero subraya que “la calidad y cantidad adecuada de alimentación en los primeros meses influirá marcadamente en el desarrollo futuro del animal, de la misma manera que un chico mal alimentado resulta con problemas de cognición y aprendizaje”.

Además, destaca que la dieta puede ser comercial o casera, siempre que esté diseñada por un profesional veterinario, y que lo fundamental es “la calidad de la proteína y el valor biológico, es decir, la cantidad y calidad de aminoácidos esenciales”.

La RSPCA, organización benéfica inglesa enfocada en la prevención de crueldad animal, también resalta la importancia de proporcionar a los gatitos una dieta completamente equilibrada. Debe contar con productos formulados específicamente, lo cual asegura que reciban los nutrientes esenciales para su desarrollo.

La RSPCA advierte que losLa RSPCA advierte que los gatitos no deben alimentarse con comida para perros por riesgo de deficiencia de taurina, una proteína esencial (Imagen Ilustrativa Infobae)

“Nunca alimente a su gatito con alimento para cachorros o perros, ya que tendrá deficiencia de taurina, una proteína esencial que los gatos solo pueden obtener a través de los alimentos”, indican sus expertos.

Por su parte, el American Kennel Club recomienda una dieta específica para cachorros desde el inicio, ya que la comida para perros adultos no cubre las necesidades nutricionales requeridas en la etapa de crecimiento. Esta orientación permite que alcancen su máximo potencial físico y mental.

Para la médica veterinaria Luciana Mor, “la alimentación no es solo lo que come, es una herramienta concreta para construir salud desde el inicio“. Señaló que en los primeros meses no solo se desarrollan órganos y funciones vitales, sino que también “se programan procesos epigenéticos que pueden activar o silenciar genes, lo que condiciona la predisposición a enfermedades futuras”. Advirtió que una nutrición inadecuada en esta etapa puede aumentar el riesgo de obesidad, alergias, trastornos articulares o cardiacos, y que elegir correctamente el alimento puede prevenir muchas de estas afecciones.

“Un buen alimento es el que respeta la biología del animal y le permite desplegar su máximo potencial”, afirmó. Y agregó que, si bien existen muchas opciones comerciales, es clave “leer bien las etiquetas, identificar ingredientes de calidad y, cuando sea posible, consultar con un profesional formado en nutrición”.

En línea con esto, Royal Canin aborda las necesidades específicas de cachorros y gatitos durante sus primeros meses de vida, una etapa marcada por la vulnerabilidad inmunológica y digestiva. Las formulaciones de su programa Start of Life priorizan la digestibilidad, el aporte adecuado de proteínas y minerales, y la adaptación del alimento a cada fase del crecimiento.

Ignorar las necesidades específicas deIgnorar las necesidades específicas de cada especie puede provocar frustraciones, ansiedad o conductas agresivas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Los especialistas coinciden en que una crianza responsable es clave para construir una relación estable con perros y gatos. Romero recomienda no separar al cachorro de su madre y hermanos antes de los 60 días, y continuar con una socialización gradual sin aislarlo por completo. “Ahondar los procesos de sociabilización en los primeros meses es esencial para una buena convivencia”, sostuvo.

Desde una mirada conductual, Catrina destaca la importancia de la coherencia y la confianza: “los perros necesitan respuestas previsibles; si no confían en nuestras reacciones, toman decisiones por su cuenta, lo que puede generar incidentes”.

Por su parte, Robotti remarcó la necesidad de prevenir el hiperapego y fomentar el autocontrol desde temprana edad. También advirtió que los gatos tienen requerimientos distintos, y que un entorno adaptado a su especie es esencial para evitar frustraciones o agresiones. “Un manejo afectuoso y adecuado, acorde a cada especie animal, lleva a un vínculo humano-animal, equilibrado y armónico”, concluyó.

Finalmente, Zysman destacó algunas claves que pueden ayudar a fortalecer el vínculo: “Compartir tiempo de calidad, interpretar el idioma, ya que perros y gatos se comunican con nosotros con un idioma propio que debemos saber interpretar y traducir. Cuidado con la alimentación, porque especialmente en Argentina solemos dar amor con la comida. Pero con los animales debe existir un control. En los perros, por ejemplo, los paseos, y los juegos son claves en los gatos. Respetarlos como individuos, respetar sus espacios, sus tiempos e incluir la figura del profesional veterinario como un aliado incondicional y permanente. Este vínculo tiene que siempre formarse desde el respeto, la confianza, el afecto, donde los animales y nosotros nos entendamos y disfrutemos la compañía de unos y otros. Si invertís, vas a cosechar”.

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