
Aunque las raíces de la pizza se encuentran en Italia, este estilo con rúcula y jamón crudo representa una evolución moderna dentro del repertorio de las pizze bianche (pizzas sin salsa de tomate). Es típica del centro-norte italiano, especialmente de Emilia-Romaña y Toscana, donde el jamón curado como el prosciutto di Parma se utiliza en recetas que valorizan sus matices salados y delicados. A diferencia de las pizzas tradicionales horneadas con todos sus ingredientes, en esta receta el jamón crudo y la rúcula se colocan después de la cocción, lo que preserva su frescura, textura y aroma. Acompañada con un buen aceite de oliva extra virgen y queso parmesano, esta pizza se convierte en una opción gourmet lista en muy poco tiempo.
Esta receta rápida de pizza de rúcula y jamón crudo parte de una masa simple —que incluso puede comprarse ya lista si se busca una opción exprés— y se arma con una base de queso fundido sobre la cual se agregan los ingredientes frescos al salir del horno. Es una opción ideal cuando se quiere algo sabroso, diferente y sin demasiado trabajo.

La combinación de lo cálido y lo fresco genera una experiencia de sabores contrastantes: la mozzarella derretida y la masa crujiente se equilibran con la textura crujiente y el toque ligeramente picante de la rúcula, más la profundidad del jamón crudo. Todo coronado con un chorrito de aceite de oliva que realza cada bocado.
Tiempo total estimado: 40 minutos
- Preparación de la masa (si es casera): 15 minutos + 30 minutos de reposo (opcional)
- Preparación de ingredientes: 10 minutos
- Armado de la pizza: 5 minutos
- Cocción en horno: 10-12 minutos
- Montaje final (rúcula y jamón crudo): 2-3 minutos
Si se utiliza una masa comprada lista para usar, el tiempo total se reduce a unos 25 minutos.
- 1 masa para pizza (casera o comprada, de unos 30 cm de diámetro)
- 200 g de mozzarella rallada o en fetas
- 100 g de jamón crudo (prosciutto, jamón serrano o similar)
- 1 taza bien colmada de rúcula fresca
- 2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
- Queso parmesano (opcional)
- Sal y pimienta a gusto
- (Opcional) 1 diente de ajo y/o un poco de orégano seco para espolvorear antes del horneado

1- Precalentar el horno a 220-230 °C con calor superior e inferior. Si se tiene piedra para pizza o bandeja metálica caliente, mejor aún.
2- Estirar la masa sobre una superficie con un poco de harina o directamente en la placa de horno aceitada.
3- Distribuir la mozzarella sobre la base, dejando un pequeño borde libre.
4- (Opcional) Agregar un poco de ajo picado o orégano sobre el queso para dar más aroma.
5- Llevar la pizza al horno por 10 a 12 minutos, hasta que la masa esté dorada y crujiente y el queso bien fundido.
6- Retirar del horno y, con la pizza aún caliente, distribuir por encima las lonjas de jamón crudo.
7- Agregar la rúcula fresca por encima, y si se desea, algunas lascas de queso parmesano.
8- Terminar con un chorrito de aceite de oliva virgen extra y, si se quiere, una pizca de pimienta negra recién molida.
9- Servir inmediatamente.
Esta receta rinde aproximadamente 2 a 3 porciones si se sirve como plato principal, o hasta 4 porciones si se presenta como parte de una picada o entrada.
Cada porción contiene aproximadamente:
Calorías: 420
Grasas: 20 g
Grasas saturadas: 8 g
Carbohidratos: 35 g
Azúcares: 2 g
Proteínas: 22 g
Cabe señalar que estas son estimaciones, y los valores nutricionales precisos dependen de los ingredientes específicos utilizados en la preparación y las cantidades de cada porción.

La pizza de rúcula y jamón crudo se conserva bien en la heladera hasta 2 días, pero lo ideal es consumirla recién hecha, ya que la rúcula pierde textura y frescura al refrigerarse. Si se desea guardar, se recomienda retirar la rúcula antes y añadir una porción fresca al momento de recalentar.