Pero el mayor general, venezolano y de 65 años, de carácter muy reservado y con dificultades de expresión, “no es el tipo de persona que dejaría rastros”, según expertos en seguridad que lo rastrearon en el pasado y que siguen su caso judicial.
El consultor policial Iván Simonovis, exsecretario de Seguridad de la Alcaldía Metropolitana en Caracas, no sabe si Carvajal tuvo que ver o no con su detención arbitraria y las torturas a que fue sometido en 2004, tras ser vinculado junto con otros policías, en un proceso irregular, con la muerte de dos personas en hechos de violencia en 2002, por lo que permaneció preso durante 14 años.
No hay pruebas de eso, dice, aunque no duda de que “estaba perfilado” por la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DIGCIM). “Siempre estuve en todas las listas de ‘estás pendiente de este tipo’, porque tenía un alto perfil con la oposición, además del perfil policial”.
Carvajal y casos oscuros
En predios judiciales tampoco se conoce si Carvajal, quien manejaba armas y explosivos, tuvo relación con el asesinato del polémico fiscal del Ministerio Público, Danilo Anderson, quien murió con la detonación de un artefacto C-4 que colocaron en su vehículo en 2005.
Fue un caso de impacto que el gobierno de Chávez convirtió en “símbolo” de “justicia revolucionaria” y al que vinculó, sin prueba alguna, a políticos y empresarios durante un año hasta que el Tribunal Supremo impuso un veto para impedir información pública sobre el caso.
Sin embargo, el exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (SEBIN), Manuel Cristopher Figuera (2018-2019) relató cómo “se coordinaban procedimientos con la DIGCIM para ‘sembrar’ evidencias y fabricar casos”, tras dejar el cargo, al vincularse con un movimiento de la oposición, refiere Simonovis.
“Y así habría centenares de casos”.
“Padre de la represión”
Lo que no dudan los investigadores es que el director de la antigua Dirección de Inteligencia Militar (DIM) que luego convirtió en la DIGCIM fue el encargado de “crear” grupos de choques, de persecución política y militar, además de estructuras de máxima represión durante el gobierno de Chávez, entre 2004 y 2011.
Su impronta en la DIGCIM se prolongó y profundizó especialmente entre los años 2019 y 2022, con las detenciones de personas y la muerte por torturas del capitán retirado de la Marina, Rafael Acosta Arévalo, detenido — desaparecido— por supuesta conspiración contra Nicolás Maduro en 2019.
Por este caso atroz, un teniente y un sargento de la DIGCIM fueron condenados a 30 años de prisión, pero nunca se investigó la cadena de mando.
“La DIGCIM fue una estructura creada por ellos a la medida de lo que necesitaban y junto con Carvajal, en la creación de ese monstruo de persecución y violencia, estaban Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, según testigos”, señala Simonovis, con base en investigaciones y cuya carrera policial corría paralela a la de Carvajal en la Fuerza Armada Nacional (FAN).
Carvajal, asegura, fue el “padre” de esa entidad militar, involucrada en desapariciones y torturas.
Inteligencia en Venezuela
En fecha reciente, trascendió que uno de los testigos que declaró ante la fiscalía de EEUU sobre el caso de Carvajal afirmó que fue víctima de “terribles torturas” durante días, porque colaboraba con la DEA en operaciones antidrogas en Venezuela.
La fuerza y la represión serían características “de cómo funciona el régimen venezolano”, afirma el exmilitar Jesús Romero, especialista en inteligencia y seguridad.
El experto cita informaciones acerca del venezolano Gabriel Hurtado-Cariaco, de 30 años, que fue arrestado en Nebraska en junio pasado, por “aplicarle una violenta llave” a una agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) que intentó detenerlo durante un operativo de inmigración. “Casi la mata”.
Las autoridades creyeron que era miembro de la organización criminal Tren de Aragua, declarada terrorista en EEUU, pero su expediente reveló que era un sargento primero del Ejército que trabajó directamente para directores del SEBIN y estuvo asignado a la seguridad presidencial.
“Se supo que recibió entrenamiento equivalente a lo que recibiría una fuerza especial”, apunta Romero. “Este señor, contrariamente a lo que haría cualquier otro ciudadano, trato de matar. Ahora está en manos de la justicia y podría tener una pena de prisión de hasta 20 años”.
Simonovis advierte, sin embargo, que aquella DIGCIM represiva de Carvajal “bastante discreta”, pese a todo, no es la misma de ahora, al mando del coronel Alexander Gramko. Y lo afirma no solamente por la alta y sistemática práctica represiva contra personas que se oponen al régimen de Maduro, según organismos internacionales de derechos humanos.
“Esta es la única Inteligencia del mundo que tiene a funcionarios con una vistosa chaqueta que los identifica como tal. Es como si el Mossad (Agencia de inteligencia exterior de Israel) estuviese en la calle con chaquetas que digan ‘somos del Mossad”.
Nexos FARC y narcotráfico
Hugo Carvajal, que culminó sus estudios castrenses en 1981 y fue el militar más cercano a Chávez desde 1985 cuando fue su instructor, es percibido como “una persona estructurada, callada y operativa”.
“Chávez sabía de esas potencialidades y una de las tareas más importantes que le impuso fue el vínculo de la guerrilla de las FARC y el narcotráfico”, afirman cercanos a Carvajal.
Según ratifica Simonovis, fue el “gran facilitador” en todas las grandes operaciones de narcotráfico. “Fue el encargado de escoger los lugares que debían utilizar y de crear pistas de aterrizaje clandestinas”.
El exjefe de la DIM-DIGCIM apareció en la primera lista de militares sancionados por EEUU, entre 2004 y 2006, cuando ya se hacía pública la existencia del cártel de los Soles, una poderosa estructura paralela de narcotráfico, de la cual Carvajal es cofundador.
Una fuente vinculada a la acusación del militar asegura que un testigo bajo el nombre de CW1, dijo que, en una reunión de la cúpula chavista en 2005, se ordenó que todos los jueces que no cooperaran con las operaciones con las FARC fuesen destituidos de sus cargos, temporales en su mayoría.
“En esa reunión estuvieron presentes Maduro, como canciller, y Cabello. El objetivo era inundar de droga a EEUU para crear desestabilización, según consta en un informe y eso lo siguió Carvajal paso a paso”, indica.
Un facilitador
El mismo testigo declara que en otra reunión con Carvajal, Cabello habría dado instrucciones a unidades de Inteligencia militar y policía para facilitar el trabajo de la guerrilla con el narcotráfico, según señala.
El trabajo ilegal de Carvajal continuó aun siendo diputado de la Asamblea Nacional en 2015.
Ese año, el militar fue detectado por agentes antidrogas como invitado a una boda de la hija de un empresario venezolano, que se celebró en Manta, uno de los principales puertos de Ecuador y centros de droga.
Agentes realizaban un operativo para hallar un cargamento importante de cocaína, según reportes de prensa, pero les llamó la atención que había al menos 12 jets ejecutivos de bandera venezolana en el lugar. Pero Carvajal no fue detenido, sino hasta en 2019 cuando fue capturado en España por segunda vez, por un pedido de extradición de EEUU.
“Para el sistema de justicia de EEUU, el cártel de los Soles representa una de las estructuras más peligrosas y sofisticadas de narcotráfico internacional, y una cosa que ha quedado claro en el caso: Carvajal ha mencionado a militares y civiles que están comprometidos con estas grandes operaciones de narcotráfico”, afirma la fuente judicial.
FUENTE: Entrevistas a al comisario Iván Simonoivs y al militar retirado Jesús Romero