
Cedric Lodge, de 57 años, extrajo durante años restos humanos de cadáveres donados a la Escuela de Medicina de Harvard, para luego venderlos en transacciones electrónicas que incluían mensajes con referencias a películas de zombis. Esta semana, se declaró culpable de un cargo federal por el transporte interestatal de restos humanos, confirmó la Fiscalía del Distrito Medio de Pensilvania.
Lodge se desempeñaba como gerente de la morgue del prestigioso centro académico cuando, según la acusación formal, sustrajo cabezas, cerebros, pieles, huesos y otras partes del cuerpo humano. Las víctimas eran personas que habían donado sus cuerpos para la investigación científica y la formación médica. Según el documento judicial citado por PEOPLE, los restos eran extraídos tras su uso académico, pero antes de ser incinerados o entregados a las familias, como establece el acuerdo de donación.
El caso ha generado indignación tanto en la comunidad médica como en las familias afectadas, que acusan a la institución de haber fallado en sus responsabilidades éticas y de comunicación.
El esquema no se limitaba al accionar de Cedric Lodge. Su esposa, Denise Lodge, también se declaró culpable en 2024 de los mismos cargos. Durante un período de tres años, recibió más de 37.000 dólares por la venta de restos humanos que su esposo le entregaba. El comprador, un residente del estado de Pensilvania, enviaba los pagos mediante la plataforma PayPal, incluyendo en los conceptos anotaciones como “head number 7” y “braiiiiiiins”, en aparente tono irónico o macabro.
En otro caso citado por la acusación federal y documentado por PEOPLE, Cedric Lodge se reunió en al menos una ocasión dentro de la morgue con una mujer residente en Massachusetts, a quien entregó dos rostros humanos disecados. Sabía, además, que la misma persona estaba utilizando piel humana que él le suministraba para ser curtida.
La transgresión fue sistemática, ejecutada durante al menos cinco años. Las autoridades alegan que Lodge aprovechó su acceso privilegiado para apropiarse de partes humanas que luego comercializaba, quebrantando el espíritu de la donación voluntaria con fines científicos y médicos.

Entre las víctimas se encuentra Nick Pichowicz, cuyo cuerpo había sido donado a Harvard por voluntad propia. Fue su hija, Darlene Lynch, quien intentó confirmar si su padre estaba entre los afectados. Llamó dos veces antes de recibir una confirmación no oficial a través de medios locales.
“Queríamos asegurarnos de que no fuera cierto. Esperábamos que no lo fuera”, dijo Lynch a PEOPLE. La noticia fue devastadora para la familia. El hijo de Pichowicz, Nicholas, relató sentirse “conmocionado, triste y enojado” tras enterarse de lo sucedido. “Nos sentimos extremadamente traicionados por estos individuos y por la escuela”, agregó.
En medio del escándalo, la familia aún intentaba recuperar los restos de la madre, quien también había sido donante del programa de Harvard. “Incluso ahora, siento náuseas”, declaró Lynch. “Cuando me enteré, quería vomitar. Es enfermizo que alguien pueda hacer esto. Es una locura, está todo mal, es inimaginable.”
El fiscal federal Gerard M. Karam fue tajante en su valoración del caso. “Algunos crímenes desafían la comprensión”, dijo en un comunicado citado por PEOPLE. “El robo y tráfico de restos humanos ataca la esencia misma de lo que nos hace humanos. Es particularmente atroz que muchas de las víctimas se ofrecieran voluntariamente para contribuir al conocimiento médico y científico”.
Según los procedimientos oficiales de la Escuela de Medicina de Harvard, todo cuerpo donado es tratado con respeto y puede ser incinerado, enterrado o devuelto a los familiares según los deseos del difunto o sus allegados. Las autoridades académicas mantienen registros rigurosos de todos los cuerpos y restos.
Sin embargo, en este caso, Lodge habría vulnerado esos protocolos desde adentro, utilizando su posición para acceder a los restos, extraer partes seleccionadas y concretar su venta sin el consentimiento ni el conocimiento de la institución ni de las familias.

El próximo paso en el proceso judicial será la investigación del Servicio de Libertad Condicional de los Estados Unidos, que elaborará un informe previo a la sentencia del acusado. A partir de dicho documento, el juez determinará la condena que deberá enfrentar Cedric Lodge por sus acciones.