Sanción de EEUU contra Cristina Fernández de Kirchner, consecuencia de la corrupción transnacional

hace 1 mes 12

El 21 de marzo el Gobierno republicano anunció sanciones de prohibición de ingreso a EEUU a Fernández de Kirchner, extensivo a sus hijos Máximo y Florencia Kirchner, y a su ministro de Planificación, Julio Miguel de Vido, por su participación en hechos de “corrupción significativa” durante su tiempo en cargos públicos.

Ante esta sanción por parte de Washington, la exmandataria peronista arremetió contra el presidente argentino, Javier Milei, fuerte aliado de Trump. “Fue un pedido tuyo”, alegó. Para tratar de excusarse, Fernández de Kirchner, además, se refirió al escándalo de la criptomoneda promocionada por Milei, e hizo un “guiño” a los juicios en contra de Trump que promovieron los demócratas en un intento de frenar su regreso a la Casa Blanca.

Para la exembajadora del gobierno interino de Venezuela ante Argentina, Elisa Trotta Gamus (2019-2020), la expresidenta recurre a un “discurso victimista” típico de los regímenes y líderes populistas.

“Ella alega lo que alegan los corruptos, que no saben dónde esconderse cuando se han comprobado sus delitos”, sostiene la diplomática y activista de los derechos humanos venezolana-argentina en conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS.

Consecuencia a los corruptos

La exmandataria argentina ha estado involucrada en varios casos de corrupción tanto de su presidencia, como la de su difunto esposo, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007). Entre ellos, se encuentra la trama conocida como “Causa Vialidad”, por la que fue condenada en diciembre de 2022 a seis años de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, en una sentencia que fue confirmada en noviembre de 2024.

En este caso, estaría involucrado el empresario Lázaro Báez, quien habría recibido alrededor de 51 fraudulentos contratos de obras públicas por un valor superior a los 1,000 millones de dólares.

En diciembre de 2024, además, la Corte Suprema de Argentina confirmó el pase a juicio de Fernández de Kirchner por el caso Hotesur - Los Sauces, con el cual la expresidenta habría lavado millonarias sumas de dinero mediante contratos de alquiler falsos relacionadas con los negocios hoteleros e inmobiliarios de su familia.

A juicio de Trotta, la reciente sanción de la administración de Trump no sólo en relación a Argentina, sino a regímenes dictatoriales como el de Venezuela, debe ser el accionar de “todos los países que respeten las instituciones y democráticos del mundo”.

“Tiene toda la lógica del mundo sancionar a funcionarios, en este caso la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, su familia y a uno de sus funcionarios más cercanos, como Julio De Vido, involucrados en casos de corrupción investigados, probados, comprobados y condenados”, subraya.

Considera que estos hechos de corrupción, que tienen repercusiones “trágicas” para la vida social de un país, deben acarrear implicaciones legales que vayan a su máxima pena, como la cárcel, e ir acompañadas de medidas ejecutivas como la tomada por EEUU, para que los corruptos “empiecen a ver las consecuencias de sus actos”, mientras se espera por los “tiempos de la justicia”.

La corrupción mata, es un hecho; la corrupción empobrece, la corrupción deja a las poblaciones totalmente sumergidas, como es el caso de Venezuela, en crisis humanitaria, y eso debe tener consecuencias”, apunta.

La punta del iceberg

A los casos investigados y condenados, se le suman los estrechos lazos de corrupción que unen al kirchnerismo con el chavismo, que datan al menos de 2007, con el famoso “escándalo del maletín” del empresario venezolano-estadounidense Guido Antonini Wilson, a quien se le encontró una valija con cerca de 800,000 dólares que servirían para financiar la campaña presidencial del Fernández de Kirchner.

Esto parece ser solo la punta del iceberg de la “corrupción transnacional” en la que estaría involucrada la izquierda latinoamericana, que habría contado con el financiamiento del régimen venezolano, desde que Hugo Chávez se encontraba en el poder.

De acuerdo con el exjefe de inteligencia venezolano, Hugo “El Pollo” Carvajal, preso en EEUU desde julio de 2023, el chavismo habría aportado al menos 21 millones de dólares para la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner en 2007.

Lo que hizo esta valija (la de Antonini Wilson) fue revelar la existencia de un flujo constante de dinero oscuro entre Caracas y Buenos Aires. Hubo muchos testigos protegidos, sobre todo en Estados Unidos, que expusieron incluso cómo PDVSA y otros organismos venezolanos eran utilizados para financiar” campañas electorales en la región, explica la diplomática venezolana-argentina.

Trotta menciona, por ejemplo, una investigación realizada por la ONG Transparencia Venezuela, en conjunto con diversos medios y con apoyo de Organized Crime and Corruption Reporting Project, que revela cómo los fondos públicos venezolanos fueron “manejados por los amigos del poder sin ningún tipo de control”.

Negocios turbios

El chavismo habría lavado más de 30,000 millones de dólares provenientes de PDVSA mediante “sofisticados esquemas” de corrupción que permitió el enriquecimiento de figuras próximas al poder en toda Latinoamérica, donde Chávez consolidó su poder, bajo la tutela de Cuba.

En el caso de los Kirchner, estarían involucrados, por ejemplo, en el blanqueo de 30 millones de dólares, mediante el empresario Lázaro Báez, y de 14.5 millones de euros provenientes de PDVSA, mediante un fondo de inversión maltés, con una compleja red de lavado de dinero que involucra a exfuncionarios y altos cargos chavistas. Además, de la denominada operación “Money Flight”, investigada por EEUU, con la que se habrían blanqueado 1,200 dólares provenientes de la corrupción de la petrolera venezolana.

“Lo de Venezuela y Argentina, encabezados por estos regímenes populistas, no es solo una cuestión de afinidad ideológica, sino que tiene que ver negocios turbios que enriquecieron a muy pocas personas, pero que condenaron a la miseria a millones de venezolanos y argentinos”, señala la exembajadora.

En su opinión, esta relación entre el kirchnerismo y el chavismo es un “caso paradigmático” que demuestra “cómo los populismos se sostienen a través de redes de corrupción transnacional”.

“Hay muchos que, al menos todavía, no nos hemos enterado porque fueron años y años de tramas de corrupción conjunta disfrazados en esto que ellos llaman la cooperación internacional (...) El caso de Antonini Wilson, que fueron 800 mil dólares, es nada más, es como un pequeño ejemplo de lo que realmente significó esto y cómo ese era un flujo constante de dinero entre ambos regímenes”, agrega.

Aunque el kirchnerismo logró el sobreseimiento de los casos por enriquecimiento ilícito, por el aumento considerable de su fortuna de seis millones de dólares en 2003 a 43 millones de dólares en 2008 mediante jueces presuntamente afines a su gobierno, las investigaciones por corrupción lograron avanzar en Argentina.

Esa impunidad que ellos pretenden, evidentemente no la van a lograr (...) La reciente decisión de Estados Unidos en relación a la familia Kirchner y algunos de sus aliados, básicamente nos dice que no va a haber impunidad, no va a haber perdón y no va a haber olvido por parte de la justicia, de la comunidad internacional y, por supuesto, por parte de la ciudadanía”, asevera Trotta.

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