Taiwán se toma en serio su defensa ante el acoso de China: inversión, reformas y movilización social

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 El presidenteFOTO DE ARCHIVO: El presidente de Taiwán, Lai Ching-te, posa para una foto de grupo en la base aérea de Songshan, en Taipéi (Taiwán), el 21 de marzo de 2025. REUTERS/Ann Wang/Foto de archivo

En un cambio sin precedentes, Taiwán ha adoptado una postura mucho más decidida y activa para fortalecer su autodefensa frente a la creciente amenaza de China. Bajo el liderazgo del presidente Lai Ching-te, la isla ha implementado reformas estructurales en su aparato militar, incrementado el gasto en defensa y movilizado a la sociedad civil para prepararse ante un posible conflicto en el Estrecho de Taiwán.

Según un análisis de Matthew Kroenig -profesor de Georgetown University- publicado por Foreign Policy, este cambio marca una ruptura con décadas de cautela y refleja la gravedad con la que Taipéi percibe el riesgo de una invasión por parte del régimen chino de Xi Jinping, una potencia nuclear que ha dejado clara su intención de controlar la isla.

El nuevo enfoque de Taiwán en materia de defensa se manifiesta en una serie de reformas impulsadas desde la cúpula del gobierno. Lai Ching-te ha sido más explícito que sus predecesores al señalar la amenaza que representa China, a la que ha calificado como una "fuerza extranjera hostil“.

Entre las medidas adoptadas destaca el nombramiento de Wellington Koo como el primer ministro de Defensa verdaderamente civil de la historia reciente de Taiwán, una decisión que rompe con la tradición de liderazgo militar en el Ministerio de Defensa, marcada por la resistencia a las reformas y una cultura heredada del autoritarismo del Kuomintang.

Koo ha liderado la consolidación de políticas clave, como la extensión del servicio militar obligatorio de cuatro meses a un año, una medida que busca mejorar la preparación de los jóvenes taiwaneses ante un posible conflicto. Además, se han implementado ejercicios militares no guionizados, diseñados para simular escenarios realistas y fortalecer la capacidad de respuesta de las fuerzas armadas.

El ejército taiwanés lleva aEl ejército taiwanés lleva a cabo un ejercicio de fuego real con el sistema de misiles Land Sword II en la base de Jiupeng, en Pingtung (Taiwán), el 13 de mayo de 2025 (Reuters)

Estas reformas representan un cambio significativo respecto a estrategias anteriores, que se centraban en detener a las fuerzas chinas en la costa, una visión considerada poco realista ante el actual desequilibrio de poder.

La estrategia defensiva de Taiwán ha evolucionado hacia lo que el ministro Koo denomina una "estrategia de erosión“. Este enfoque busca desgastar a las fuerzas invasoras chinas y luchar por cada centímetro del territorio insular, con el objetivo de ganar tiempo para que intervengan aliados externos, principalmente Estados Unidos.

Para respaldar esta estrategia, el gobierno ha incrementado el gasto en defensa, que ha pasado del 2% del Producto Interno Bruto hace seis años a un 2,5% proyectado para 2025. El presidente Lai ha prometido elevar esta cifra al 3%, aunque algunos expertos estadounidenses consideran que Taiwán debería aspirar a niveles similares a los de los países de la OTAN más expuestos, que planean destinar hasta un 5% de su PIB a defensa.

Este aumento presupuestario se destina principalmente a capacidades asimétricas, consideradas esenciales para contrarrestar una invasión anfibia o un bloqueo por parte de China. Entre estas capacidades destacan los misiles antibuque y los sistemas de defensa aérea y antimisiles, que permiten a Taiwán maximizar su capacidad de resistencia frente a un adversario mucho más poderoso.

El cambio de enfoque en la adquisición de armamento ha sido otro pilar de la nueva política de defensa. Durante años, las autoridades taiwanesas solicitaron la compra de sistemas de armas costosos y sofisticados, como los aviones F-35, que según funcionarios estadounidenses no se adaptan a las amenazas más probables.

El ejército taiwanés realiza unEl ejército taiwanés realiza un ejercicio de fuego real con el sistema de misiles Land Sword II en la base de Jiupeng, en Pingtung (Taiwán), el 13 de mayo de 2025. REUTERS/Ann Wang El ejército taiwanés realiza su primer lanzamiento de prueba con fuego real del sistema de artillería de alta movilidad (HIMARS) en la base de Jiupeng, en Pingtung (Taiwán), el 12 de mayo de 2025 (Reuters)

Ahora, Taiwán ha alineado sus compras con las recomendaciones de los planificadores de defensa de Estados Unidos, priorizando equipos que refuercen su capacidad de disuasión asimétrica.

No obstante, la entrega de armamento estadounidense enfrenta retrasos debido a limitaciones en la capacidad industrial de defensa de Washington, lo que ha generado preocupación en Taipéi. Para compensar estas demoras, Taiwán ha intensificado el desarrollo de tecnología militar propia.

La vicepresidenta Hsiao Bi-khim ha impulsado la creación de una oficina inspirada en la Defense Innovation Unit del Departamento de Defensa de Estados Unidos, destinada a fomentar la innovación en el sector. Empresas locales como Geosat, especializada en drones aéreos, y Lungteh Shipbuilding, fabricante de embarcaciones no tripuladas, han adquirido un papel relevante en este esfuerzo.

La defensa de Taiwán no se limita al ámbito militar. El gobierno ha puesto en marcha iniciativas para fortalecer la resiliencia de la sociedad ante un posible ataque o bloqueo chino. En colaboración con Estados Unidos, se ha creado un comité de resiliencia nacional que involucra a todos los sectores de la sociedad.

Entre las medidas adoptadas figura la instalación de un sistema de satélites para garantizar el acceso a internet en caso de que el régimen de China corte los cables submarinos, así como inversiones en energías renovables, especialmente la eólica marina, para reducir la dependencia de las importaciones energéticas.

El gobierno también ha establecido la Agencia de Movilización de Defensa Total, encargada de organizar, entrenar y equipar una reserva militar de más de 1,5 millones de personas, compuesta principalmente por exconscritos.

Gente espera el autobús duranteGente espera el autobús durante la puesta de sol en Taipéi, Taiwán, el 23 de abril de 2025 (Reuters)

Los ministerios han realizado simulacros para asegurar la provisión de servicios esenciales durante una crisis, y se han producido contenidos mediáticos, como la miniserie televisiva "Zero Day“, que busca concienciar a la población sobre la amenaza real de un ataque chino.

La sociedad taiwanesa enfrenta desafíos internos que inciden en su capacidad de resistencia. La opinión pública se encuentra dividida entre el Partido Progresista Democrático (DPP), de tendencia independentista y actualmente en el poder, y el opositor Kuomintang, más cercano a las posiciones del régimen comunista.

Foreign Policy señala que las campañas de desinformación impulsadas por el Partido Comunista Chino han logrado que una parte significativa de la población culpe al DPP y a Estados Unidos de la escalada de tensiones.

Sin embargo, la identidad nacional taiwanesa ha experimentado una transformación, especialmente entre las generaciones más jóvenes, que muestran una mayor disposición a defender la isla y un rechazo creciente hacia el Partido Comunista Chino. El relevo generacional está reforzando la cohesión social y la voluntad de resistencia, factores considerados clave para la defensa integral del país.

A pesar de los avances, Taiwán aún enfrenta retos importantes. Las reservas energéticas de la isla son limitadas: los depósitos de gas natural licuado están legalmente obligados a cubrir solo ocho días de consumo en caso de bloqueo, una cifra insuficiente ante la posibilidad de un conflicto prolongado.

El equipamiento de los reservistas también representa un desafío, ya que muchos de los 1,5 millones de integrantes de la reserva son, en la práctica, solo nombres en una base de datos. Foreign Policy subraya la necesidad de dotar a estas fuerzas de armas, municiones y formación en el uso de drones, así como de mejorar la logística para su despliegue.

En cuanto al gasto militar, aunque el aumento al 3% del PIB es significativo, algunos analistas consideran que Taiwán debería acercarse a los niveles de los países de la OTAN más expuestos, como Lituania, que planea destinar un 5,25% de su PIB a defensa en el próximo año.

El fortalecimiento de la defensa taiwanesa se apoya en un contexto económico favorable. La economía de la isla ha registrado un crecimiento anual sostenido del 3 al 4% en los últimos años, lo que ha incrementado la riqueza de la población. El Producto Interno Bruto per cápita de Taiwán supera actualmente al de Japón, lo que proporciona recursos adicionales para financiar la modernización militar y las iniciativas de resiliencia social.

La transformación de la postura defensiva de Taiwán tiene implicaciones directas para la estabilidad en Asia y el equilibrio geopolítico global. De acuerdo a la publicación, la determinación de la isla para convertirse en un "puercoespín" —una nación difícil de conquistar— es fundamental para disuadir al régimen conducido por Xi Jinping y asegurar el respaldo de Estados Unidos.

El apoyo internacional, especialmente de Washington, dependerá en gran medida de la capacidad de Taiwán para demostrar que está dispuesta a defenderse por sí misma. Mantener y profundizar estas reformas será clave para que la isla siga contando con el apoyo necesario para preservar su autonomía y contribuir a la paz en la región, de acuerdo al autor.

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