“Es contagioso”, afirma Agustina Tavella, especialista en optimización de espacios y fundadora de En orden, al describir el efecto expansivo que genera el orden en el hogar.
Cuando una persona organiza su habitación, esa energía se traslada a otros ambientes: la mesa de entrada, el living, el baño. El hábito de poner cada cosa en su lugar se propaga, facilitando la vida cotidiana y mejorando la funcionalidad de la casa.

Tavella compartió con Infobae Deco los principios esenciales para transformar el placard y otros espacios domésticos sin inversiones costosas ni soluciones complejas.
La clave, según Tavella, reside en adaptar el espacio real a las necesidades y no al revés. “Nuestros espacios son finitos. Si no entra más ropa, hay que tener menos”, sostiene. El primer paso consiste en asumir que la organización no debe ser una obsesión, sino una herramienta funcional.

Ser organizados es una cuestión de actitud y no de perfeccionismo. El paso número uno es comenzar por acciones simples: ordenar las camisas por color, colocar todas las perchas en la misma dirección y abrochar los cuellos para evitar que se deformen. La experta comparte: “No requiere dinero ni salir a comprar contenedores. Solo abrir el placard y categorizar: camisas, por un lado, pantalones por otro, sweaters y abrigos detrás, todo por color”, explica.

El componente visual resulta tan relevante como el funcional. Tavella destaca que la mayoría de las personas tiene mayor memoria visual, por lo que organizar la ropa por colores y categorías facilita encontrar lo que se busca, especialmente en las mañanas cuando cada segundo cuenta. “Perder tiempo buscando cosas es lo más tedioso que hay. Se te va la vida buscando las llaves o una camisa”, advierte. Por eso, insiste en que cada prenda debe tener su propia percha y estar siempre accesible, en perfectas condiciones y sin arrugas.

El orden, además, simplifica los hábitos diarios. Ubicar siempre la camisa blanca en el mismo lugar, por ejemplo, permite automatizar rutinas y reservar energía para tareas más complejas. “Lo fácil hay que hacerlo más fácil todavía”, resume Tavella. Esta lógica se extiende a otros objetos: “Se puede aplicar estos consejos en su casa hoy mismo, sin ninguna inversión”.

En cuanto al calzado, Tavella observa que muchas personas subestiman la cantidad de pares que poseen y suelen almacenarlos de forma inadecuada, lo que provoca deterioro. Recomienda utilizar cajas con visor para ver todos los zapatos sin mover nada y facilitar el acceso directo. “Si saco un par, lo uso y lo vuelvo a guardar. Así, cada cosa tiene su lugar y es más fácil mantener el orden”, señala. Este método también ayuda a recordar y utilizar todo el calzado disponible, evitando que algunos pares queden olvidados.

El error más común, según Tavella, es creer que el desorden es una cuestión de personalidad, cuando en realidad falta un sistema adaptado a las necesidades funcionales de cada uno. Organizar por color, categoría o temporada no solo mejora la funcionalidad, sino que también transforma la estética del espacio. “Visualmente cambia un montón. Es expansivo, porque notas la diferencia y querés replicarlo en otros ambientes”, afirma.
Aprovechar los espacios verticales es otro consejo central. “No hablamos de crear espacios, sino de optimizar los que ya tenemos”, explica Tavella. Apilar zapatos sin protección daña los pares inferiores y dificulta su uso. Utilizar cajas y contenedores permite aprovechar la altura del placard y mantener todo visible y accesible.

La organización debe extenderse a los cajones, mesas de luz y baños. Tavella sugiere empezar por pequeñas “batallas”: ordenar la mesa de luz, separar remedios, cables y accesorios, y eliminar lo innecesario. “Abrir un cajón y ver todo en su lugar es práctico y evita el desborde”, asegura. En el baño, recomienda descartar medicamentos, cremas y maquillajes vencidos para liberar espacio. “Ropa que no te entra, medias sin par, ropa interior gastada: dejala ir. Ese es el primer paso”, aconseja.

El proceso de organización, según Tavella, genera motivación y bienestar. “Empezás a agarrar el gustito y ves lo funcional que puede ser tener todo organizado”, dice.
El orden no solo facilita el día a día, permite hacer espacio para que entren cosas nuevas y hacer circular objetos que ya no se usan, dando lugar a ocupar nuestra energía hacia lo que de verdad importa.
*Fotos y Video: Belen Altieri - IWoKFilms
*Fotos: Unsplash