La Cámara de Representantes en Washington aprobó el gran proyecto de ley presupuestaria impulsado por el mandatario, que combina exoneraciones fiscales y recortes de gastos federales, tras un derroche financiero durante décadas.
El megaplan, que aún debe ser aprobado por el Senado, le permitiría a Trump cumplir varias promesas de campaña, como extender las enormes exoneraciones fiscales aplicadas desde su primer mandato (2017-2021), que expiran a finales de año.
El proyecto "grande y hermoso ha sido aprobado por la Cámara de Representantes", celebró el presidente Trump en redes sociales.
"¡Podría decirse que esta es la legislación más importante que se haya firmado jamás en la historia de nuestro país!", agregó.
El proyecto de ley de la Casa Blanca abarca importantes asuntos transformadores para el país y para el futuro de la denominada “Era dorada de los estadounidenses”. De allí el enorme interés de Trump y los republicanos en su aprobación final.
La plataforma incluye temas como la eliminación del despilfarro del dinero de los contribuyentes; reducción histórica de impuestos desde el trabajador simple hasta las grandes empresas; independencia energética, cambios en cuidados de salud, que incluye una amplia reducción del precio de medicamentos, y la reindustrialización de EEUU, entre otros puntos. Todos forman parte de las promesas del Presidente al pueblo norteamericano.
“Sólo quiero tres cosas”
La propuesta de 4,9 billones (trillions) de dólares prevé una reducción del 22,6% del gasto no relacionado con la defensa, donde la Casa Blanca aumenta un 13%, que equivale a más de un billón (trillion) de dólares.
El proyecto de ley persigue también el aumento y la extensión de las exenciones fiscales del primer mandato de Trump, junto al crédito tributario por hijos; y agrega nuevas exenciones fiscales a los salarios con propinas, al pago de horas extras, las prestaciones de la seguridad social y los créditos en la compra de vehículos fabricados en Estados Unidos, que el líder republicano prometió durante su campaña electoral.
Además, se triplican las deducciones de impuestos estatales y locales de 10.000 hasta 30.000 dólares por pareja, mientras se designan otros 350.000 millones de dólares a la seguridad en la frontera, deportaciones y otros asuntos vinculados a la inmigración.
Los medios de la ultraizquierda repiten una y otra vez, junto a senadores demócratas, que el proyecto de Trump busca la reducción de grandes fondos de Medicaid y Medicare. Totalmente falso.
El inquilino de la Casa Blanca acaba de reiterar: “No vamos a tocar nada, sólo quiero tres cosas: que no haya despilfarro fraude ni abuso. Así de simple”.
Mientras esto sucedía en el Capitolio de Washington, el Presidente de EEUU recién concluía su primer viaje al extranjero, donde estampó uno de los capítulos más trascendentales en política exterior en la historia de la Gran Nación Americana. No sólo en el plano económico, sino lo que significa para la estabilidad de la región y para Israel, el gran aliado de EEUU en la zona.
Rotundo éxito
Además, de forma directa, Trump presionó a Irán y lo condujo a un diálogo en busca del cese de su programa nuclear, que se aceleró durante los cuatro años de gobierno demócrata y una agenda de ultraizquierda.
En ese período, donde rechazó todas las solicitudes de Washington al diálogo, Teherán enriqueció uranio a más del 60% de pureza en busca de la capacidad de fabricar armas o misiles nucleares, algo que por supuesto niega el régimen iraní.
El recibimiento al presidente Trump representó una carta abierta para la estabilidad y acuerdos de paz en el Medio Oriente, a pesar de lo complicado que ha sido siempre que EEUU logre aunar voces de diferentes naciones árabes.
La confirmación de lo anterior fue el anuncio del levantamiento de las sanciones de EEUU a Siria, donde se ha instaurado un nuevo gobierno interino por el que Arabia Saudita y Turquía habían pedido a Washington una nueva oportunidad y el levantamiento de las medidas restrictivas impuestas por la administración de Joe Biden o quienes realmente dirigían en la sombra la Oficina Oval.
Trump se reunió con el nuevo líder sirio Ahmed al Sharaa, el primer encuentro en 25 años entre un jefe de Estado norteamericano y la cúpula siria, tras el derrocamiento del denominado dictador asesino Bashar al- Assad.
Trump ha demostrado ser un negociador por excelencia y resulta muy importante que potenciales enemigos o tradiciones muestren respeto y deseos de negociar con el líder republicano en momentos en que los cuatro años de la administración predecesora dejó al mundo en plena ebullición con grandes conflictos armados y decenas de estallidos sociales o guerras internas.
Entre las naciones involucradas estaban Ucrania, Nigeria, Sudán del Sur, Yemen, Pakistán, Siria, Myanmar, Camerún, Líbano, Israel, la Franja de Gaza, Somalia, entre otros.
En 2024, el número de conflictos armados alcanzó un pico histórico desde la Segunda Guerra Mundial. Más de 120 enfrentamientos estaban activos a finales de 2024, un mes antes de que la extrema izquierda dejara la Casa Blanca.
En su exitosa gira por tres países del Medio Oriente, Trump logró lo que ningún otro mandatario estadounidense, tanto en política exterior como en economía.
Los acuerdos de inversiones firmados en Arabia Saudita, Catar y Emiratos Árabes sumaron más de tres billones (trillions) de dólares, incluidos los 200.000 millones de dólares de Qatar Arlines en pedidos de aviones al gigante aeronáutico Boeing, contratos en defensa, energía y tecnología.
Sin embargo, quedaron pendientes nuevas y potenciales inversiones que podrían llegar a los 7 billones (trillions) de dólares, como manifestó el jefe de la Oficina Oval en Washington.
En Arabia Saudita, Trump obtuvo el compromiso de más de 600.000 millones de dólares, en Catar la cifra fue de 1.2 billones (trillions) y en Emiratos Árabes Unidos el dato asciende a 1.4 billones (trillions).
Inversiones y chantaje fallido
El pacto con Boeing obligó a China a dar un paso hacia atrás en su verticalidad frente a los nuevos aranceles de Washington a los productos chinos.
El presidente del régimen comunista decidió escalar en la guerra de aranceles contra EEUU y atacó como chantaje uno de los flancos inestables en estos momentos de la economía estadounidense: la situación actual de Boeing, que anunció el despido del 10% (17.000 empleados) de su fuerza laboral dentro y fuera de EEUU, en medio de una reestructuración general, demandas judiciales por accidentes, críticas a los controles de calidad en sus producciones y otros problemas internos.
Se estima que los convenios de inversiones dentro de EEUU, firmados en la gira por el Medio Oriente, generen unos dos millones de nuevos empleos de forma directa y el impacto histórico en infraestructura, energía, minería, sector aeronáutico, automotriz y en tecnología.
De forma indirecta, la cifra de empleos podría aumentar a más de cinco millones en los próximos tres años, si se suman las potenciales inversiones, de acuerdo con analistas.
El megaplan económico, estratégico y geopolítico de la actual administración combina la llegada de billones (trillions) de dólares en inyección directa de capital extranjero, junto a los fondos de la recaudación impuestos por aranceles y el aumento global de liquidez de dólar de los bancos centrales en la compra de oro como reserva, frente al debilitamiento intencional y forzado del billete verde en aras de captar inversiones rápidas.
Al final, el objetivo se traduce en la reducción de impuestos para los contribuyentes estadounidenses, disminución al mínimo de la inflación con la caída de los precios del petróleo -debido en gran parte al aumento de la producción y exportación de crudo y refino de EEUU-, que ha presionado para que los países productores de crudo reaccionen en su conjunto y estén obligados bajar el valor del barril.
Nada de esto se logra con diálogo únicamente, sino con la imposición de fuerza, firmeza, liderazgo y estrategias que ha emprendido Trump desde el primer día en la Casa Blanca.
China contra la pared y giro al comercio mundial
En estos momentos y a menos de cinco meses de asumir la Presidencia, el líder republicano ha dado un giro de 180 grados a la geopolítica y al comercio mundial y ha vuelto a posicionar a EEUU como eje central frente a las claras intenciones de China de desbancar el poderío estadounidense.
La plataforma estructurada del Presidente está acorralando a China, su principal enemigo y ha puesto a otros enemigos como Irán y Siria a dialogar.
Los adversarios entendieron que Trump viene este vez más firme y certero que en su primer mandato. No viene a perder el tiempo en distracciones internas, como ocurrió en su primer período de gobierno cuando tuvo que enfrentar dos intentos de destitución y campañas de la extrema izquierda de ataques directos e incesantes a su gestión. A diferencia de esta ocasión, el Presidente sólo tenía el apoyo de una ligera mayoría en el Senado. Esta vez tiene ambas Cámaras del Congreso con mayoría republicana.
El gobierno de Trump sigue a velocidad supersónica y avanza cada semana en puntos transcendentales de su programa tanto dentro como fuera de EEUU.
El nuevo inquilino de la Casa Blanca acaba de firmar cuatro decretos para impulsar la energía nuclear de uso industrial i civil en EEUU, otro de los campos en que el país se ha quedado rezagado con fallidas estrategias durante décadas tanto de gobiernos demócratas como republicanos.
Estados Unidos sigue siendo la primera potencia nuclear civil del mundo, con 94 reactores operativos, pero su edad media está aumentando (42 años).
"Firmamos importantes órdenes ejecutivas que realmente nos convertirán en la verdadera fuerza de esta industria", declaró Trump a periodistas al sellar los cuatro decretos en el Despacho Oval.
Trump pretende acelerar la construcción de nuevos reactores e impulsar la minería y el enriquecimiento de uranio en todo el país, dado que Estados Unidos depende de importaciones para la mayor parte de ese combustible crucial.
Según un asesor, se busca un "renacimiento" de la energía nuclear civil en Estados Unidos, con la ambición de cuadruplicar la producción de energía nuclear en los próximos 25 años.
El mandatario estadounidense, quien prometió procedimientos "rápidos y muy seguros", quiere que el examen de una solicitud de construcción de un nuevo reactor nuclear no exceda los 18 meses, y se propone reformar la Comisión de Regulación Nuclear, al tiempo que impulsa la extracción y el enriquecimiento de uranio.
El secretario de Interior, Doug Burgum, dijo que el desafío es "producir suficiente electricidad para ganar el duelo de inteligencia artificial con China".
Francia, con 57 reactores, sigue siendo el país más nuclearizado por habitante y anunció en 2022 un nuevo programa de seis o hasta 14 reactores, el primero en 2038.
China iguala a Francia con 57 reactores en su territorio y tiene otros 27 en construcción. Rusia, en tanto, sigue siendo el primer país exportador de plantas nucleares
Y el propósito final es que todo repercuta en más dinero en los bolsillos de los trabajadores estadounidenses, la recuperación del poder de la clase media, el respaldo directo a la pequeña, mediana y a la gran empresa; el regreso de las producciones dentro del país mediante la reindustrialización, el reforzamiento de la seguridad nacional con fronteras seguras y del sector de la defensa en general.
Defensa: prioridad no negociable
Durante su visita a una base militar estadounidense en Catar, donde fue ovacionado varias veces, Trump informó de una sustancial subida de salarios y pensiones para el personal activo y los veteranos, gracias a su plan económico y de presupuesto basado en gravámenes extranjeros, aumento de exportaciones, más empleos y drásticos recortes en el despilfarro y la malversación en Washington durante décadas.
El presidente Trump anunció la construcción de un sistema de defensa antimisiles "Cúpula Dorada", siguiendo el modelo de la "Cúpula de Hierro" israelí.
A finales de enero, Trump firmó un decreto para desarrollar una "Cúpula de Hierro estadounidense" o, según la Casa Blanca, un escudo antimisiles para proteger todo el territorio.
Rusia y China criticaron entonces el anuncio. Moscú lo consideró un plan "comparable a la Guerra de las Galaxias", apoyado por Ronald Reagan durante la Guerra Fría.
"En mi campaña prometí a los estadounidenses que construiría un escudo antimisiles de vanguardia", dijo Trump en el despacho oval de la Casa Blanca.
"Hoy me complace anunciar que hemos seleccionado oficialmente una arquitectura para este sistema de última generación", añadió e informó que Canadá se sumará a la iniciativa.
El sistema estará operativo al final de su mandato, aseguró, y costará en total "unos 175.000 millones de dólares”; apenas la mitad de los 350.000 millones que el gobierno de ultraizquierda de Biden entregó a Ucrania.
La expresión "Cúpula de Hierro" hace referencia a uno de los sistemas de defensa de Israel que protege al país de ataques con misiles y cohetes, pero también con drones.
Este sistema ha interceptado miles de cohetes desde que entró en servicio en 2011. Tiene una tasa de interceptación de alrededor del 90%, según la empresa militar israelí Rafael, que ayudó a diseñarlo.
"Donald Trump es un fenómeno"
El gran proyecto del Presidente se basa en la concatenación simultánea de acciones y medidas económicas y fiscales de efecto inmediato y a corto plazo, con una alta prioridad a la seguridad nacional.
De ahí que su primer viaje al exterior se centrara en una región con relevantes fuentes de riquezas a las que EEUU les abre las puertas como parte de la llamada plataforma “America First” (América Primero), “The Golden era” (La era dorada) y “Make America Great Again” (MAGA o Hacer a América grande otra vez).
En algunos momentos de la historia contrarios a las políticas estadounidenses, Trump ha logrado despertar en las naciones árabes el interés de cooperar con Washington y dejar atrás el pasado de políticas inflexibles.
La aceptación de Trump en el Medio Oriente no tiene precedentes y representa una luz verde para una región repleta de enfrentamientos culturales, étnicos y territoriales. Ningún presidente de EEUU en la historia había logrado tal popularidad y compromisos en esa parte del mundo.
"¡Donald Trump es un fenómeno que los países extranjeros no habían visto antes!", dijo en una entrevista durante el primer mandato de Trump el exsecretario de Estado, Henry Kissinger, quien falleciera en 2023.
"Los liberales nunca lo admitirán. Nunca admitirán que él es un líder verdadero. El hombre está haciendo cambios como nunca antes en la historia de EEUU y lo hace por el bien y el futuro cercano de la gente de esta nación".
En este segundo mandato, Kissinger no sólo hubiera reiterado sus palabras, sino que hubiera hecho más grandilocuente su declaración frente a la transformación abarcadora y general que lleva a cabo el presidente Trump.
FUENTE: Con información de AFP y otras fuentes