Violento enfrentamiento entre ultras del Inter y PSG en un metro de Alemania previo a la final de la Champions League

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Disturbios en un metro de Múnich entre ultras de PSG e Inter

Un enfrentamiento violento entre aficionados del París Saint Germain y del Inter de Milán en el metro ha generado conmoción debido a las imágenes que han circulado ampliamente. Según los reportes, los incidentes ocurrieron en el contexto de la previa de la final de la Liga de Campeones de la UEFA, un evento que atrae la atención de millones de seguidores en todo el mundo.

Los seguidores radicales de ambos equipos protagonizaron una pelea en una estación de metro, dejando escenas de gran violencia que han sido ampliamente difundidas en redes sociales. Este tipo de enfrentamientos entre grupos ultras no es nuevo en el fútbol europeo, pero la magnitud de los hechos ha despertado preocupación entre las autoridades y los organizadores del torneo.

El altercado se produjo mientras los aficionados se dirigían al estadio para presenciar el partido decisivo. Las imágenes muestran a los involucrados utilizando objetos contundentes y lanzando golpes en un espacio reducido, lo que puso en peligro no solo a los participantes, sino también a otros pasajeros que se encontraban en el lugar. Este tipo de incidentes subraya los riesgos asociados con la presencia de grupos ultras en eventos deportivos de gran envergadura.

Disturbios en un metro de Múnich entre ultras de PSG e Inter

Las autoridades locales han iniciado investigaciones para identificar a los responsables y determinar las medidas necesarias para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro. Además, se ha reforzado la seguridad en torno a los eventos relacionados con la final de la Champions, con el objetivo de garantizar la seguridad de los asistentes y prevenir nuevos episodios de violencia.

Según informó el diario alemán Bild, las autoridades bávaras han catalogado el evento como de alto riesgo debido a la llegada de grupos de aficionados radicales de ambos equipos, lo que ha llevado a un operativo de seguridad sin precedentes en la ciudad alemana. Se estima que unos 500 ultras del Inter y 150 del PSG han viajado a Múnich, lo que ha encendido las alarmas de las fuerzas de seguridad locales. Más de 2.000 agentes, apoyados por helicópteros, están encargados de vigilar los puntos clave de la ciudad. Mientras tanto, en París, el despliegue policial supera los 5.000 efectivos, con medidas adicionales como el cierre de comercios ante el temor de posibles disturbios si el PSG logra su primer título de Champions League.

El ambiente en Múnich, sin embargo, no es únicamente de tensión. Las plazas principales de la ciudad, como la Odeonsplatz y la Königsplatz, han sido asignadas a los aficionados del Inter y del PSG, respectivamente, y se han llenado de camisetas, bufandas y cánticos. Además, se han instalado pantallas gigantes en el Parque Olímpico, donde se encuentra la llamada “Villa de los Campeones”, un espacio con actividades y la presencia de exfutbolistas. Según las estimaciones, más de 20.000 aficionados italianos han viajado sin entrada para seguir el partido desde estas zonas habilitadas.

Los ultras del Inter llegaronLos ultras del Inter llegaron en mayor número que los del PSG (REUTERS/Claudia Greco)

En Italia y Francia también se esperan grandes concentraciones de aficionados. En Milán, el estadio de San Siro abrirá sus puertas para recibir a más de 50.000 personas que seguirán la final en una pantalla gigante. Por su parte, en París, las autoridades han tomado medidas preventivas para evitar incidentes similares a los ocurridos en Inglaterra tras la celebración del Liverpool en años recientes.

El partido no solo genera expectativas por el despliegue de seguridad, sino también por el simbolismo deportivo que lo rodea. El Inter de Milán, subcampeón de la Serie A, busca redimirse tras haber sido eliminado de la Copa italiana y haber perdido la final de la Champions en 2023 contra el Manchester City. Además, el equipo italiano jugará con brazaletes negros en homenaje a Ernesto Pellegrini, histórico presidente del club, quien falleció la mañana del partido. Este sería el primer título europeo del Inter desde el triplete conseguido en 2010.

Por su parte, el PSG, que ha invertido miles de millones desde su adquisición por el fondo soberano de Qatar en 2011, busca finalmente coronarse campeón de Europa. El equipo parisino, dirigido por el técnico español Luis Enrique, llega a la final tras conquistar la Ligue 1, la Copa de la Liga y la Supercopa de Francia. Luis Enrique, quien ya ganó la Champions en 2015 con el Barcelona, declaró en rueda de prensa que su equipo tiene “la oportunidad de escribir la historia” y aseguró que jugarán “al mejor nivel”.

Estiman que unos 150 fanáticosEstiman que unos 150 fanáticos radicales de la barra del PSG viajaron a Múnich (REUTERS/Tom Nicholson)

El camino hacia la final ha sido diferente para ambos equipos. El PSG tuvo un inicio complicado en la competición, clasificándose para la fase final solo a través de la repesca. Sin embargo, logró eliminar a equipos de alto nivel como el Liverpool, el Aston Villa y el Arsenal. Por otro lado, el Inter ha demostrado consistencia bajo la dirección de Simone Inzaghi, quien destacó la importancia del esfuerzo colectivo por encima de las diferencias económicas entre los clubes. “En el terreno de juego no está la nómina ni el volumen de negocio, sino los jugadores”, afirmó el técnico italiano.

Esta edición de la Champions League también marca el debut del nuevo formato de 36 equipos en una sola vuelta, un modelo que ha sido recibido con opiniones divididas entre aficionados y clubes. Mientras algunos lo ven como un paso hacia una superliga europea, otros critican su impacto en la competitividad del torneo.

La final de este sábado no solo definirá al campeón de Europa, sino que también pondrá a prueba la capacidad de las autoridades para gestionar un evento de alto riesgo en términos de seguridad. Con miles de aficionados desplazados y la tensión latente entre los ultras, tanto Múnich como París se preparan para una noche que promete ser histórica tanto dentro como fuera del campo.

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