El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, recibió este martes en Kiev al director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, en una reunión centrada en la seguridad nuclear del país europeo, en especial sobre el destino de la central de Zaporizhzhia, ocupada por las fuerzas rusas desde marzo de 2022.
“Nos centramos en el tema más importante: la seguridad en todas las instalaciones nucleares de Ucrania”, escribió Zelensky en la red social X tras el encuentro. El mandatario fue tajante respecto a los planes del Kremlin: “Cualquier idea de Rusia sobre reiniciar la central nuclear de Zaporizhzhia sin Ucrania es absurda y peligrosa”.
Grossi, en su duodécima visita al país desde el inicio de la invasión rusa, compartió la evaluación. En una entrevista con la agencia Reuters desde Kiev, el jefe del OIEA afirmó que las condiciones técnicas para reactivar la planta de Zaporizhzhia están lejos de cumplirse. “No estamos en una situación de reinicio inminente de la central. Lejos de eso, pasaría bastante tiempo antes de que pudiera hacerse”, declaró.

El director del OIEA explicó que, para cualquier eventual puesta en marcha, sería necesario restaurar el bombeo de agua desde el río Dnipro, fuente crucial para el sistema de refrigeración del complejo, y garantizar un suministro eléctrico estable, condiciones que actualmente no se dan. Además, agregó que la maquinaria de la planta, inactiva desde hace tres años, requeriría inspecciones exhaustivas antes de un reinicio.
Pese a que Moscú ha manifestado públicamente su intención de reactivar la central, Grossi subrayó que no existen condiciones para hacerlo a corto plazo. Según explicó, los técnicos rusos poseen conocimientos técnicos suficientes, aunque reconoció que el conflicto con Ucrania sobre la certificación del personal introduce una dimensión política al debate. Kiev ha advertido que los operadores rusos no están certificados para manejar la planta y que una reactivación bajo su mando sería peligrosa.
Otro de los puntos abordados en la reunión de este martes fue el acceso del personal del OIEA a la planta de Zaporizhzhia. Actualmente, los inspectores deben ingresar a través de zonas ocupadas por Rusia, lo que ha sido motivo de protesta por parte de Ucrania. Grossi sostuvo que la decisión busca garantizar la seguridad de sus equipos, y admitió que, por el momento, no cuenta con garantías suficientes de Moscú para cruzar la línea del frente hacia territorio controlado por Kiev, como ya se había hecho en visitas anteriores.

Zelensky, por su parte, expresó su agradecimiento al personal del OIEA que permanece en la central y que, según dijo, “está mostrando al mundo la situación real”. También reiteró que el organismo internacional debe operar “sin obstáculos artificiales a su trabajo o a la rotación del personal”.
Durante la reunión, el presidente ucraniano y Grossi también conversaron sobre otros temas relacionados con el desarrollo del sector energético nuclear de Ucrania. Zelensky mencionó en X el avance en la construcción de la central de Jmelnitski, la ampliación de la extracción de uranio y las tareas de reparación del sarcófago que cubre el reactor accidentado de Chernóbil.
Grossi reafirmó su compromiso con la seguridad nuclear en Ucrania y su disposición a cooperar en los proyectos energéticos mencionados. La visita tiene lugar en un contexto de creciente tensión por el control de las infraestructuras estratégicas en Ucrania, donde la energía nuclear —que representa una parte sustancial del suministro eléctrico— se ha convertido en un factor clave de disputa.

Desde su ocupación, la planta de Zaporizhzhia ha sido escenario de múltiples incidentes que han generado preocupación internacional. Es la central nuclear más grande de Europa y alberga seis reactores. A lo largo de los dos últimos años, el OIEA ha mantenido una presencia constante para monitorear la seguridad, pese a las restricciones impuestas por las fuerzas rusas.
El encuentro entre Zelensky y Grossi evidencia la urgencia de establecer un marco de garantías internacionales para evitar un accidente nuclear en medio de la guerra. Por ahora, la central permanece detenida, pero el debate sobre su posible reactivación —y bajo qué condiciones— continúa marcando una línea de tensión en el conflicto.
(Con información de Reuters)